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Roberto Garrone
“Si tienen algo para ofrecer, Sergio les puede dar algo”. La oferta a referentes de la industria pesquera nacional corrió por cuenta de Guillermo Michel en una de las últimas reuniones donde el sector volvió a insistir con sus penurias y a pedir por un dólar diferenciado para poder equilibrar los rojos que generó la pesca de langostino entero tras el epílogo de la temporada en aguas nacionales.
El nuevo titular de Aduana desde que Massa desembarcó en el rol de super ministro de Economía y recientemente sumado a las filas de los que erosionan la figura de su antecesor, Martín Guzmán, no recibió más que malos presagios de sus interlocutores.
“Lo único que anticipamos es un panorama catastrófico para el año que viene si este contexto se mantiene”, murmuró uno de los invitados por lo bajo. El 2023 es año electoral, habrá elecciones anticipadas en varias provincias como intento de supervivencia de los gobernadores oficialistas para escaparle a la suerte de Alberto y nadie quiere conflictos sociales. La pesca avisa hoy que la situación de varias empresas es insostenible.
Los referentes empresarios lamentan que este diagnóstico no puedan describirlo con lujo de detalles ante el propio Ministro, que sigue siendo la figurita difícil del álbum del protocolo. La nueva falsa promesa es una nueva reunión con el secretario Bahillo una vez regresado de Asia. Solo kilómetros para ampliar los puntos de la Serviclub
Alcanza para mirar las exportaciones pesqueras hasta octubre que resume CAPECA para comprobar que nada tiene la pesca para ofrecer en un esquema donde, más allá de las intenciones en cuenta gotas que llegan desde la Subsecretaría de Pesca, fundamentalmente con el calamar, mayoritariamente se exporta materia prima entera con (casi) nulo valor agregado.
En los diez primeros meses del año las exportaciones alcanzaron un volumen total de 379 mil toneladas que generaron 1568 millones de dólares, un 9,5% menos que las divisas generadas en el mismo período del año pasado.
En el tablero de las principales especies, la merluza en filet incrementó un +15,7% su valor exportado, el langostino entero mermó sus ventas un -28,1%, las colas de langostino cayeron un -19,3% y el calamar registró un aumento del +26,0%.
En el comparativo octubre contra el octubre del 2021 la caída global se escribe con números más rojos. Las toneladas exportadas se redujeron más de un 25%. 38.319 toneladas contra 31.273 toneladas del mes pasado.
Y la generación de divisas, lo que pide Sergio Massa, también se desbarrancó cerca del 30% en la comparación interanual. Habían sido 201 millones los liquidados en el décimo mes del año pasado, contra 141 millones de octubre 2022.
Las caídas de ventas son reales y tienen que ver con lo que pasa en los principales mercados de Europa y Estados Unidos, pero también encierra alguna porción de especulación por una mega devaluación que el gobierno se encarga de postergar a fuerza de ampliar las alianzas financieras con China y liquidar bonos en pesos para impedir que se dispare el CCL.
“La merluza negra registró un significativo aumento en el valor exportado del +115,0% influenciado principalmente por la suba en su precio del 74%. La merluza en filet registró subas promedio en los precios del +16,4% con relación al mismo período del 2021 y el calamar subió un +4,7%”, reseña el resumen que elabora CAPECA.
Es curioso porque la suba promedio de la merluza ya no se siente en la plaza marplatense donde los frigoríficos que exportan a Brasil exportan el interfoliado con escaso margen de rentabilidad. Lejos de los 4400 dólares que llegó a estar luego de la invasión de Rusia a Ucrania, el precio promedio del mes pasado fueron 3504 dólares.
El mercado interno tampoco da descanso. Mientras Massa habilita dólares para que los supermercados importen lo que necesiten con tal de no aumentar los precios por cuatro meses, la industria nacional que no forma parte de “Precios Justos” solo puede aumentar un 4%.
“Acabamos de cerrar un acuerdo con el gremio con un reajuste del 60% y no nos compran si actualizamos más que eso”, reportó un industrial que aporta su producción mayormente al mercado interno.
El pescado entero no aumentó en muelle pese al incremento salarial en los básicos de los tripulantes marítimos. Pese a que algunos armadores están pensando seriamente en parar los barcos porque los números no les cierran por ningún lado, otros en cambio se animan a seguir ampliando la lista de activos en mar y tierra.
La ventaja de dominar el territorio de la subdeclaración de merluza tiene sus beneficios y márgenes de rentabilidad. Sino que lo digan Francisco Di Leva, Leandro Cicollela y Pedro Baldino, nombres de una transacción comercial que todavía no está cerrada pero casi. Era hora que Pedro tendrá obreros bajo relación de dependencia.
Volvamos al reporte de CAPECA y los dólares que no llegan para emocionar a Sergio y generar alguna oferta tentadora de dólar diferenciado. “Las colas de langostino registraron un aumento del +9,5% en los precios que permitió “paliar” la caída significativa en el volumen exportado que fue cercana al -26%”, revela el informe en las puertas de la apertura de la zafra en aguas provinciales de Chubut.
La pesca ya perdió todas las esperanzas en lograr un poco de oxígeno que mejore sus variables con un tipo de cambio diferenciado. En algo se emparenta con las intenciones gubernamentales: nadie quiere que la bomba explote el año próximo. ¿Quién zafa?