Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata
El prolongado conflicto en la planta de Gaveteco, situada en la calle Antonio Valentini 349 de nuestra ciudad, parece acercarse, lenta pero firmemente, a una solución. Desde agosto, las instalaciones permanecen ocupadas de forma pacífica por un grupo de más de 20 trabajadores de los 170 iniciales que, lejos de renunciar a la causa, han optado por cuidar cada rincón de la fábrica. Este acto no solo simboliza un reclamo legítimo por lo adeudado, sino también un voto de confianza hacia las promesas de la empresaria Ki Soo Yoo, conocida popularmente como “Estrella ”.
Durante más de cinco meses de arduas negociaciones, la empresaria ha mantenido un diálogo constante con la delegada de los trabajadores, Adriana Orrego. En palabras de la propia delegada: «la idea es que la semana próxima Estrella se acerque a las oficinas y negocie directamente para identificar quiénes desean continuar trabajando y quiénes optan por cobrar lo adeudado y retirarse, después de encontrar la forma entre partes « . Este acercamiento representa un avance significativo en un proceso donde la desconfianza inicial ha dado paso a un reconocimiento mutuo de las intenciones para superar la crisis.
El estado actual de las instalaciones refleja el esfuerzo de quienes han decidido permanecer: todo parece haberse detenido en el tiempo desde los primeros días de agosto cuando se dio inicio a la toma. No obstante, algunos aspectos operativos exigen pronta resolución. Uno de los primeros pasos a seguir por Estrella es que finalizada la inspección visual de la planta por un emisario afín a su entorno, el mismo constató que el techo de una de las cámaras de frío había colapsado, la idea es que el personal autorice el ingreso de quienes comenzarán a reparar las instalaciones, para después, proveer insumos para poner en marcha la planta. La expectativa y primeras previsiones son que las operaciones puedan reiniciarse para los primeros días de enero, marcando un punto de inflexión en esta historia.
En un gesto destinado a revertir la percepción generada tras el default y su ausencia en la empresa desde hace algo más de 7 meses; es que Ki Soo Yoo adelantó a la delegada que » en principio cuenta con una armador que a partir de enero puede ofrecer materia prima, merluza y lo que descargue, por otro lado el compromiso que la semana próxima se instale en las oficinas de acá al lado, y tenga una charla con cada uno de los trabajadores para resolver en forma particular su futuro, identificando con quienes puede contar y con quienes ya a esta altura solo desean cobrar lo adeudado y retirarse del negocio «, resaltó Orrego. Este gesto, para algunos, puede parecer una táctica más; pero para muchos otros, representa una nueva oportunidad, una luz al final del túnel que aviva la esperanza de un futuro digno retornando la senda del trabajo.
La Dualidad de una solución
La situación plantea interrogantes y emociones encontradas. Por un lado, persiste el escepticismo entre quienes han enfrentado largos meses de incertidumbre y precariedad. Por otro, se mantiene intacta la llama de la esperanza en aquellos que creen en la posibilidad de reconstruir. Como bien señala Orrego: “No se trata solo de reclamar lo adeudado; se trata de recuperar la dignidad a través del trabajo ”.
Este conflicto, que en sus inicios pareció un callejón sin salida, hoy se convierte en una lección de resistencia y voluntad colectiva. A sabiendas que toda toma, por lo general termina con desintegrar las instalaciones, por el contrario, aca cada trabajador mostró respeto, compromiso y mucha educación demostrando la hidalga defensa de su lugar de trabajo. Los próximos días serán determinantes para confirmar si este capítulo llega a un cierre definitivo, marcado no solo por acuerdos económicos, sino también por el renacimiento de una comunidad laboral dispuesta a mirar hacia adelante, con el trabajo como símbolo de dignidad y progreso.
En este panorama, hay que destacar la encomiable tarea de la delegada y representante de los trabajadores frente a la patronal, la envasadora Adriana Orriego, quien media para encontrar los equilibrios y formas justas entre sus pares y poder transmitir -y viceversa- frente a Estrella, quien por momentos se dudaba su aparición, generando puntos álgidos y conflictivos en la negociación y fundamentalmente en las formas de protesta que hasta al día de hoy, estuvo a la altura, más arriba de lo decoroso, por personas que han perdido la fuente laboral, se le adeudan más de 5 meses de trabajo y no tuvieron respuesta de ningún organismo oficial para brindar apoyo o tan solo marcar un camino. Asimismo es loable el comportamiento de trabajadores que, aun con fuertes compromisos económicos en sus respectivas familias, protestaron en paz y con suma educación, gestos que se destacan en esta sociedad cada vez más conflictiva y violenta.
Gaveteco, en medio de sus ruinas, críticas y promesas, se erige como un recordatorio de que la fortaleza de las personas es capaz de sostener la esperanza incluso en los momentos más difíciles, porque lo mas importante de Gaveteco, siempre fue su gente. Si las partes logran alcanzar un consenso, el reinicio de actividades será más que una victoria operativa; será un triunfo de la perseverancia sobre la adversidad.