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Roberto Garrone
La cordura en tierras chubutenses parece haberse recuperado en parte, aunque al cierre de esta columna se conocieron imágenes de un bloqueo en el acceso al puerto de Comodoro Rivadavia. Es un reclamo de estibadores que pararon la operatoria de merluza hasta que puedan descargar langostino. El pequeño problema es que no hay barcos que evalúen descargar en esa terminal.
Asi parecen cuidan el trabajo en Chubut. Hace unos meses la flota costera de Rawson y el SOMU acordaron salir a pescar sin cerrar la paritaria para atender un pedido de los estibadores y reactivar el muelle con merluza fresca. Ahora piden un langostino que no existe. Subsidio en tres… dos…
La zafra de langostino que anima la flota fresquera de altura vuelve a fluir por el muelle de Camarones y reanima, de manera paulatina, los circuitos productivos en los frigoríficos de la jurisdicción, anémicos tras la medida de fuerza del STIA, antes de la firma del acuerdo con CAPIP.
La rúbrica con Nuñez provocó un verdadero cataclismo en las oficinas de la calle 28 de Julio. Si ya no causaba mucha gracia que el sector industrial sea encabezado por Buenaventura Lafuente, la cara visible de Estrella Patagónica, la llave con la que Pescapuerta faena en Argentina sin dejar de operar en Malvinas, violando la legislación vigente, la firma de la imposición que aplicó el gremio de la alimentación fue la gota que rebalsó el vaso.
Si CAPIP ya no representaba a todo el arco del reproceso de langostino en tierra, con Conarpesa como abanderada de esa crisis de representación, tras el acuerdo que descomprimió la tensión en las plantas y también en los bloqueos de Ruta 3, también se fueron de la cámara las empresas Veraz y San Isidro.
Las primeras versiones el viernes a la noche, cuando el polvo de la implosión todavía flotaba en el ambiente, daban cuenta que también había pegado el portazo Iberconsa. Desde la pesquera española controlada por el fondo común americano rechazaron los rumores aunque reconocían que cada vez estaban más lejos de la toma de decisiones.
“Se fueron los que piensan, sacan números y hacen cuentas”, resumía un industrial de la provincia al que le costaba encontrar rentabilidad entre el incremento hasta los 2,6 dólares por kilo de langostino fresco para la flota que opera en aguas nacionales y la venta de cola en bloque para reprocesar en terceros países.
Ayer fue el día de la reunión con Liberman y en la comitiva que viajó desde Chubut para intentar persuadirlo a introducir alguna modificación a la Resolución 9, también hubo intenciones de juntar los pedazos de CAPIP que habían volado por el aire el fin de semana.
En algunos el enojo había mutado a algo parecido al desencanto. Al hastío por no poder explicar, siquiera traducir el momento que atraviesa el sector. Maquillar el reajuste en sumas fijas y no en porcentajes no le quita impacto a la actualización del 83% en algunas categorías. Y tampoco sirvió para disimular el hartazgo de algunos por la situación que se repite en los últimos años.
La comitiva se fue como había llegado. Pareció un gesto más para hacer catarsis colectiva que para revertir o sobre todo incluir algunas medidas restrictivas para con la flota marplatense. Hoy se juntan con Massa, el referente de Arcioni. En la agenda figura la chance de devolver los reintegros a las exportaciones patagónicas. Lindo contexto para que camine…
Estos primeros días de la crisis disparada por Chubut –causa gracia que Arcioni haya convocado a la Gendarmería para garantizar el libre tránsito en la Ruta 3, circulación que el propio Gobernador había condicionado con el cuento del langostino de Nación para los chubutenses- y luego por el período de mal tiempo en zona de pesca, lo concreto es que hasta ahora las plantas reciben materia prima en cuenta gotas y los costos fijos del personal efectivo y del temporario corren desde el minuto uno.
Para colmo algunas partidas llegaron con langostino chico, pescado al oeste de las subáreas 13 y 15, que llevaron a los investigadores del INIDEP, rápidos de reflejo, a sugerir el cierre parcial de ambas zonas para evitar la captura de juveniles. El “Petrel” por ejemplo, completó 400 cajas en su última marea de un recurso de tallas chicas.
Al menos la cola tiene un poco más de demanda en estos momentos y eso explica el precio para arriba que pagan las fábricas. El panorama para los tangoneros congeladores es más complejo aunque no se nota una merma en la urgencia por pescar, según reflejó el informe de la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera.
Casi 40 barcos completaron marea en menos de 10 días. El único que no fue inspeccionado al momento de la descarga fue el “Aresit”. Si alguno se tentó con superar el 30% de producción de cola… “hasta el momento no hemos terminado el análisis”, reconocieron desde la Dirección
La descarga de langostino entero suma stock a un inventario que tiene poca demanda en estos momentos y el precio se ha desplomado, según refieren exportadores marplatenses. “Hay desesperación de los vendedores y eso ha provocado el derrumbe del precio”, reflejó.
Por estas horas ese dato se vería reflejado en el informe mensual que elabora Capeca con las exportaciones hasta mayo. Quienes chusmearon los cuadros anticipan que hubo una merma de 1 dólar por kilo en el langostino entero
Hasta abril, la evolución de las ventas reflejaban un horizonte no tan gris. Un valor promedio de 6365 dólares la tonelada que representaba una mejora del 8,5% en relación al primer cuatrimestre del 2021. Lo que había caído era el volumen, un 5,3% en la comparación interanual.