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by Roberto Garrone
Liberman destacó el aumento del 12,3% del sector en enero, cuando la flota potera arrancó la temporada 10 días más tarde pero casi duplicó las descargas que en 2020. En muchos frigoríficos no hay merluza y el SOIP entrega bolsones. WOFCO reprocesará langostino de Conarpesa en tierras guaraníes.
Quién puede creen que la actividad pesquera en enero haya crecido un 12,3% en la comparación interanual según reflejó el INDEC en las últimas horas y que destacó con esmero el subsecretario de Pesca, Carlos Liberman en las últimas horas.
En los primeros meses del año la estadística pesquera es dominada por el calamar. Su abundancia o escases ejerce una influencia determinante sobre los números generales de la pesca. Pero el año pasado la zafra de calamar comenzó 10 días más tarde y muchos de los barcos poteros no alcanzaron a terminar la primera marea cuando concluyó enero.
En tierra el panorama de inactividad fue general las primeras dos semanas en que mucho personal en Mar del Plata estuvo de vacaciones. Los tripulantes que volvieron al agua debieron cumplir un período de aislamiento para evitar un crecimiento en la ola de contagios.
Todo este contexto se contradice con lo que muestra la estadística oficial. En 15 días de zafra los desembarques de la flota potera fue de 9379 toneladas cuando el año pasado, con más días de pesca, habían sido apenas 5518 toneladas. Al menos curioso.
Pero dejemos la estadística que al menos se mueve no como la Comisión de Trabajo que se creó en el 2019 para fortalecer las medidas de reducción del by catch en las pesquerías y que quedó reflejada en el Acta 8 del Consejo Federal Pesquero.
“A casi dos años de la primera convocatoria y tras la realización de varios encuentros, no se conocen resultados concretos de su tarea, ni se ha logrado incluir la participación de la sociedad civil en las actividades”, destaca Juan Espil en el informe institucional de Círculo de Políticas Ambientales.
El crecimiento del sector que destaca Liberman no se contrasta con lo que ocurre en tierra. Al menos no en Mar del Plata donde la inactividad en algunos frigoríficos es una constante desde hace varios meses y no se contrarresta con merluza sino con bolsas negras que contienen alimentos no perecederos.
El reparto de estos bolsones no es nuevo en el gremio del pescado. Ya ocurrió durante la administración pesquera anterior, cuando comenzó a consolidarse la transferencia de cuota de barcos fresqueros a congeladores.
Pero Liberman asumió y a una de las primeras que llamó fue a Cristina Ledesma. La Secretaria General del SOIP incluso recibió hace poco a Julián Suárez, el director Nacional de Coordinación. Siempre con la premisa de fortalecer el trabajo en tierra pero los resultados no se ven.
“Los destinatarios de los bolsones son compañeros efectivos bajo convenio en los frigoríficos de Mattera, El Marisco, 14 de Julio que están con garantía horaria. Muchos forman parte del anexo Pyme cuya garantía implica $21.600 pesos”, explican en el SOIP.
En las últimas semanas se acentuó la falta de merluza por los barcos retenidos de Moscuzza y Pesquera Veraz y la pelea con los gremios marítimos por la manera en que se liquida el salario de los marineros que son contactos estrechos por casos de covid.
En las últimas horas hubo algún acercamiento. Al menos alguno de los barcos de Veraz quedó liberado y el fresquero homónimo zarpó el martes por la tarde. Desde los gremios refieren a una tabla de valores que se basa en el aumento de los otros gremios pero se contemplan unos ítems que estaban desvalorizados. Pasando en limpio, cada empresa arreglará a su manera.
En tierra, con el aumento de contagios, el covid vuelve a ocupar buena parte de las conversaciones entre los empresarios. Nadie duda que la pesca seguirá siendo una actividad “esencial” pero no por eso quedará ajena de contagios.
El año pasado cada uno abonó el salario de los exceptuados por edad, enfermedades prevalentes, positivos y contactos estrechos, como pudo. La mayoría se reintegró más que por el decreto presidencial que los devolvió a la actividad por la necesidad de ganar productividad. Los que no dejan integrarse es a los inspectores de pesca. La fiscalización en muelle y alta mar sigue siendo más precaria que antes de la pandemia, donde ya dejaba mucho que desear.
Sellado el acuerdo salarial con los congeladores para el 2021, ahora falta cerrar la puerta abierta del 2020. Qué harán las empresas de CEPA con la mala liquidación de las mareas del año pasado y que motivó medidas de fuerza del SOMU y del SIMAPE.
Esa instancia se mantiene en conciliación obligatoria con pocos avances y vence este viernes. El lunes habrá una última audiencia y pocos son optimistas en que las empresas paguen lo que piden los gremios. Qué hará el SIMAPE en ese escenario, ese también es un interrogante que sobrevuela por estas horas. En el SOMU aclararon que ese conflicto sigue en pie y “más firme que nunca”, subrayó Damian Basail. “Los barcos de esas empesas no salen al langostino sino pagan lo que deben”, amplió
Con los supermercados de Brasil haciendo lugar en las heladeras para exhibir el langostino patagónico ahora que se levantó la barrera, asoman incentivos para producir un langostino que en los días de la prospección apareció concentrado y con poca merluza acompañante, al menos los lances de la flota que operó bien cerca del 41°S.
“Hay que coordinar con el embajador por todo el tema publicitario”, reconoció un industrial que ya cruzó la frontera con langostino en diversas variedades. Daniel Scioli se merece esa foto. Fue uno de los artífices del logro.
El trabajo que falta en Mar del Plata parece que seguirá siendo regalando a terceros países. Worldwide Fishing Company (WOFCO), se fundó en 2016 y dispone de todos los eslabones de producción, desde flotas a plantas de reproceso en distintos países del mundo.
Es que su conformación societaria es bien cosmopolita. La empresa tiene como socios a Alberto Barreiro, Borja Tenorio, quienes trabajan desde Vigo; Alfredo Mendez, otro español pero radicado en Vietnam. También la integra Giansandro Perotti, un empresario armador de Ecuador. La frutilla del postre viene de Asia: Kunming Yang, propietario de plantas y barcos en China.
WOFCO fue noticia en estos días con el anuncio de su desembarco en Paraguay donde invertirá 10 millones de dólares para el reproceso de langostino. que aportará Conarpesa, empresa española que este año cumple 25 años de residencia en Argentina donde tiene una flota de dos docenas de barcos pesqueros y activos en varios puertos patagónicos.
En el marco de sus bodas de plata en Argentina, Conarpesa piensa realizar donaciones masivas a comedores de Ciudad de Buenos Aires y el conurbano como acciones solidarias. Hasta es posible que las coronen con las presencias de Máximo Kirchner y el propio Liberman.
“La problemática más grande que tenemos, ya no en la pesca sino en toda la industria se enmarca en un lugar donde el trabajador no entra en las cadenas de valor”, dice Walter Castro, secretario General del SANAM, el sindicato de la actividad naval de Mar del Plata. “La no inserción de los trabajadores en el agregado de valor es una política de estado. Las materias primas se van de manera primaria. Acá pescan en Argentina, reprocesan en Paraguay, descargan en Vigo y cotizan en Wall Street. Claramente se ha instalado algo, para desgracia de los trabajadores argentinos, y es la no inserción en la proyección de generación de valor agregado”, completa el dirigente sindical.
Acá los trabajadores reciben bolsones con alimentos no perecederos y los vecinos del conurbano, porciones gratis de langostino. Es lo que parece que nos toca: recibir migajas, sobras de una industria que exporta por casi 1800 millones de pesos. Que creció el 12,3% en enero, como destacó Liberman. Mientras el trabajo lo hacen otros con nuestros recursos pesqueros.