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by Roberto Garrone
Moscuzza y Solimeno se quejan de la “imposición” de las autoridades pesqueras para que desguacen los barcos. Deberían haberlo hecho hace años pero sin sanciones todavía dan vueltas y se quejan que no tienen espacio. Loba Pesquera presentó plan de hundimiento del Sirius. Ministerio de Trabajo homologó a la fuerza un acuerdo que el SOMU nunca firmó con CEPA. . La novela no terminó. Como la del uso del varadero de la Base Naval donde Merlini hizo todo mal.
“La imposición para el desguace de barcos es de imposible cumplimiento dada la inexistencia de lugares adecuados para proceder a dicha operatoria y existen impedimentos con la Armada Argentina y se necesita la utilización del varadero en la Base Naval Mar del Plata”
Ese punto es el primero y único que figura en el apartado “Desguace de Barcos” del capítulo “Comercio Exterior-Logística y Puertos”, de un documento más integral y ambicioso que reúne las necesidades del sector pesquero y que se analizó el martes pasado. Hablan de “imposición” los que nunca movieron un dedo para hacer lo que les corresponde. Sacar los barcos del agua y desguazarlos. Sin sanciones ni multas ni nada. la repetida impunidad que gozan a pleno.
El encuentro formó parte del cónclave de la Mesa Pesquera, agenda para el desarrollo, una de las tantas mesas que tiene la pesca y el Consejo Agroindustrial que busca incrementar las exportaciones y la generación de empleo.
Con Liberman como uno de los máximos referentes del gabinete nacional que escuchaba vía zoom a los representantes patronales de la industria pesquera, la guía resume aspectos del comercio exterior, derechos de exportación y reintegros; relaciones laborales; el mencionado que puso aviso de la imposibilidad del desguace, e importaciones de capital.
No toda la pesca debe desguazar buques inactivos por lo que esos párrafos incluidos en el documento son made in CEPA/CaIPA. Sus socios Moscuzza, Solimeno, lo que queda del Grupo Caputo, son los principales promotores de ese cementerio flotante que perdura en el muelle 2.
Aunque luego se sumaron varios más: Baldino.., Romano…, y las últimas joyas que se sumaron a la colección como el Sirius de Loba y el Sirius II que era de El Marisco y también pasó a manos de Pedro Baldino.
Por estos días ingresó en Prefectura el Plan de Hundimiento del buque de Loba. En el juzgado 10 en lo Civil y Comercial que tramita el concurso no estaban al tanto de la iniciativa de la empresa armadora. Tal vez ya salió el fallo de Cámara que ratifica la decisión de Tonto de Bessone de mantener el activo en manos de “Toro” Baldino, su nuevo socio mayoritario.
Recordemos que Pedro, su tío, apeló la decisión de la Jueza, luego de intentar quedárselo y depositar una seña de medio millón de dólares. Hasta ayer los abogados de Baldino no estaban notificados del fallo de Cámara.
“Va bastante encaminado, quizás salga aprobado antes que el Romeo Ersini”, reconoció una fuente de Prefectura. En el Consorcio revelaron que ya lo corrieron a muelle en la Escollera Norte para comenzar con las tareas de acondicionamiento. La limpieza habría comenzado hace unos meses con los motores, guinches e instrumental.
El Romeo Ersini es el fresquero de Mattera que inició gestiones impulsado por los clubes de buceo en el último trimestre del año pasado pero que hasta ahora cosechó pocos avances. “Menos mal que lo vamos a donar; mirá si lo queríamos vender”, lamentan en la empresa la burocracia que demora los trabajos.
Hundir barcos para alimentar el Parque Submarino Cristo Rey a pocas millas de la costa frente al Faro de Punta Mogotes es un camino más sencillo y, sobre todo, barato, que alivianarlos a pie de muelle y luego desguazarlos en seco.
Pero tanto Moscuzza y Solimeno tuvieron tiempo para extraer los barcos del agua una vez que cedieron sus permisos en favor de nuevas embarcaciones. Lo que hizo el Consorcio con SPI para el desguace de los dos Chiarpesca podría haberse aplicado al “Mar Azul” o al “Magritte”, al “Ribazón Dorine” o al “María Luisa”. Estos dos todavía siguen hundidos en el espejo interior del puerto en inmediaciones de la cuarta sección. Los otros esperando que TPA termine con las reparaciones de temporada. Esta semana ya bajó el “Marbella”.
Las gradas de TecnoPesca serán el lugar para desguazar finalmente al “Mar Azul”. El 25 de noviembre del 2020 se cumplieron 10 años de la última vez que entró a puerto. Diez años abandonado y ocupando espacio operativo. Cinco años desde que lo incluyeron en la reformulación que devino en el José Américo.
Pero dicen que no tienen lugar para desguazarlo. Falta que digan que no disponían de tiempo. O de dinero para pagar una grada privada.
Igual en CEPA por estos días estuvieron ocupados en que el SOMU firme el acuerdo famoso del año pasado que rubricaron CAPECA y CAPIP y destrabó el lock out patronal en la flota tangonera congeladora.
La semana pasada estuvo Raúl Durdos en Mar del Plata y según contaron diversas fuentes, que relataron una visita de Darío Sócrate al hotel gremial de calle Falucho. El Secretario General del SOMU se habría negado a firmar, faltando al compromiso asumido el año pasado en el Ministerio de Trabajo.
Esas mismas fuentes sostienen que el Secretario General renovó promesas. Cuando saliera la homologación forzosa de Trabajo, él no movería un dedo para impugnarla. El SOMU se notificó el 4 de febrero de la homologación de un acuerdo que ellos no firmaron. Tranqui, 120.
Según sacan cuentas en CEPA, en el sindicato tienen tiempo hasta el 23 de febrero para impugnar la homologación. Ayer estaba Navarro y Damian Basail, el delegado en Mar del Plata, estudiando el expediente en Buenos Aires. Sócrate, de vacaciones. El Presidente de CEPA quizás tenga trabajo cuando vuelta. En el SOMU anticiparon que impugnaran la homologación
El mes que viene se cumplirán 24 meses del acuerdo entre la Armada y la Provincia que le cedió al Consorcio el varadero de la Base Naval. El acuerdo está con todos los plazos vencidos pero antes de escribir otro, ahora que se fue Attis y llegó un nuevo jefe,, la intención es apurar una adenta que deje las cosas en claro.
La adenda ya estaba escrita en diciembre del 2019 cuando técnicos de la Base de Puerto Belgrano llegaron a auditar las obras que había realizado la gestión Merlini. Más allá que en su momento refirieron el éxito de la recorrida, nunca en los hechos la Armada respondió el modelo de adenda enviada por el Consorcio.
“Ya se han reunido y estamos avanzando”. En el Consorcio no dan muchas pistas de la reunión del nuevo Jefe de la Base con Gabriel Felizia y mucho menos pistas sobre una posible apertura del varadero para el resto de los buques inactivos que deben convertirse en chatarra.
Esa modificación al convenio, la aclaración de que el cabrestante que se colocó no era nuevo sino usado, nunca fue rubricado por la Armada. “Averiguamos por un cabrestante nuevo en España; costaba 96 mil euros”, cuentan en la administración portuaria.
A esta altura hay que recordar un dato imprescindible. Merlini había hecho firmar en el acuerdo Armada/Provincia que el cabrestante que se colocaría era nuevo y Lusejo, los encargados del desguace, colocaron uno usado. No habían buscado muy lejos. Lo sacaron y repararon del San Pablo, otro de los buques abandonados por Caputo. Merlini destacó la “donación” de Lusejo. Nunca dijo que no era lo que establecía el convenio.
La gestión y el trabajo en equipo de Cambiemos en materia de políticas portuarias en primer plano. No fue improvisación. Fue la férrea decisión de mantener el caos y el hacinamiento en los muelles interiores