Chubut posterga apertura de la pesquería de langostino

Diario El Chubut – Pto. Madryn

La Secretaría de Pesca de Chubut autorizó una prospección comercial sobre el recurso langostino dentro de sus 12 millas de jurisdicción provincial, teniendo como inicio el relevamiento el pasado 27 de septiembre. El estudio se lleva a cabo por buques de la flota artesanal de hasta 9,90 metros de eslora y de barcos de la flota costera de hasta 17 metros de eslora, con la posibilidad de completar el cupo de barcos con amarillos de hasta 21 metros de eslora. El relevamiento debe completarse con “cinco días efectivos de pesca”, y hasta ayer había barcos que les faltaba completar uno o dos días de lances. No obstante, con los datos preliminares que dan una relación muy baja de kilos por hora de arrastre, con promedios bastante inferiores a los 400 kilos por hora de arrastre, hace que la Secretaría de Pesca haya resuelto posponer la fecha de apertura del caladero provincial para la pesquería del recurso Pleoticus muelleri y programar otra prospección para la segunda quincena de octubre.

El dato fue anunciado a Revista Puerto por el titular de la cartera provincial de Pesca, Adrián Awstin, al señalar que con la información obtenida hasta el momento “he tomado la decisión de no abrir, porque los promedios son muy bajos y volveremos a hacer otro relevamiento un poco más al sur sobre el filo de la segunda quincena de octubre”, confirmó.

El primer día efectivo de pesca se concretó el 28 de septiembre con un promedio de 368 kilogramos de langostino por hora de arrastre, con pesca incidental de merluza hubbsi de 27 kilos por hora de arrastre. Los porcentajes de talla de las unidades capturadas arrojaron 54% de langostino L1; 26% de L2; 15% de L3; 3% de L4 y un 2% más chicos.

En tanto, en el segundo día efectivo de pesca de la prospección, el promedio se redujo a 264 kilos de langostino por hora de arrastre, con 32 kilos de merluza hubbsi por hora de arrastre. Los tamaños de las piezas del crustáceo se mantuvieron con 52% de L1; 23% de L2, 15% de L3, 3% de L4, y 7% de menor talla.

Asimismo, en el tercer día efectivo de capturas del relevamiento, el promedio de captura fue inferior a las dos primeras jornadas de estudio, bajando a 150 kilos de langostino por hora de arrastre.

La Secretaría de Pesca de Chubut ha tenido como “parámetro de apertura”, un promedio de 400 kilos de langostino por hora de arrastre, y en ninguno de los tres días efectivos de prospección se llegó a esa base, y si bien a algunos barcos le faltan uno o dos días de pesca, para así completar los datos, la autoridad de aplicación ya tiene resuelto no abrir, por ahora, aguas provinciales.

“No están dadas las condiciones para abrir, así que habrá que esperar algunos días más. Ya comenzamos a programar una nueva prospección, aun no tiene fecha, pero será sobre el filo de la segunda quincena de octubre”, anticipó Adrián Awstin. (Fuente: Revista Puerto)

El 25% del pescado que se vende en Mar del Plata no es lo que indica la etiqueta

Sitio de Internet – 0223 – Mar del Plata

El dato surge de una investigación que realizó el Conicet local. El atún es la especie más sustituida. En el 60% los casos se reemplaza por peces cartilaginosos.

Científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) revelaron que uno de cada cuatro filetes de pescado comercializado en Mar del Plata no corresponde al producto de referencia que lleva en la etiqueta. En la mayoría de los casos la mercadería se vende como producto de mayor valor cuando en realidad tiene un precio de venta menor.

El relevamiento se realizó a lo largo de toda la Costa Atlántica. En concreto, los investigadores encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. En la mayoría de los casos, se tratan de especies que se encuentran en peligro de extinción. El resultado, obtenido en conjunto con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Instituto Nacional de Limnología y la Universidad Nacional del Litoral, fue publicado tiempo atrás en la revista científica inglesa Fisheries Research.

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En la actualidad, a través de una técnica conocida como «código de barras genético» que permite determinar la secuencia de un gen que varía entre distintas especies para luego comprarlo con las muestras ya obtenidas, los investigadores pueden identificar con precisión la especie de la que proviene el producto pesquero para así ponerle un freno al fraude al que acuden algunos comerciantes y empresarios.

Los investigadores Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer, Juan Martín Díaz de Astarloa y Luis Lucifora analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. En Mar del Plata la tasa de reemplazo fue de 25%.

Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usados en más del 60% de los reemplazos, y el atún fue la especie más sustituida.

«Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina», explicó Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Así, filets de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta fueron vendidos como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo. En proporción mucho menor, se observaron casos de mal etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

Ante esta investigación Delpiani pidió que las autoridades correspondientes debieran hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros. «Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios», cerró el investigador.

Un informe del CONICET advierte sobre un «Fraude» en la venta de pescado

Sitio de Internet – Punto Noticias – Mar del Plata

Científicos marplatenses publicaron un trabajo donde demuestran que uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta. Se venden como productos de mayor valor especies más baratas y la mayoría de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción.

Científicos marplatenses publicaron un trabajo donde demuestran que uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta. Se venden como productos de mayor valor especies más baratas y la mayoría de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción.

En el trabajo de investigación realizado por Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer y Juan Martín Díaz de Astarloa del Instituto de Investigaciones marinas y Costeras (IIMyC- CONICET, UNMDP) y Luis Lucifora del Instituto Nacional de Limnología (INALI-CONICET, UNL) encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. Estos resultados fueron publicados recientemente por los investigadores en la revista científica internacional Fisheries Research.

Hasta hace unos años, era imposible determinar la especie de la que proviene un producto pesquero del que se han retirado todas las características morfológicas útiles para diagnosticar una especie, como un filet de pescado. Actualmente, la técnica conocida como «código de barras genético» permite identificar con precisión la especie de la que proviene una muestra de identidad desconocida. Esta técnica se basa en determinar en la muestra, la secuencia de un gen que varía entre especies, y compararlo con las secuencias provenientes de muestras ya conocidas. «En este trabajo aplicamos la técnica del código de barras genético para establecer de qué especie provienen los filets vendidos en las pescaderías de la costa atlántica y si se corresponden con lo que a la gente le dicen que le están vendiendo», explica Gabriela Delpiani, quien lideró el trabajo.

Los investigadores analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. En Mar del Plata y Necochea, las tasas de reemplazo fueron de 25 y 28%, respectivamente.  Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usadas en más del 60% de los reemplazos, y el atún fue la especie más sustituida.

 Â«Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos peces tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina», agrega Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistían en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente; todas estas de menor precio que las especies que figuraban en la etiqueta. En proporción mucho menor, se observaron casos de mal- etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

Los resultados de esta investigación indican la necesidad de estandarizar los nombres de productos pesqueros en Argentina. Según Delpiani: «Las autoridades correspondientes deberían hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros y controlar que se use. Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios».

CAPA agasajó con una cena a los armadores poteros que participaron de Conxemar

Sitio de Internet – Mar y pesca noticias patagónicas

También estuvieron presentes el subsecretario de Pesca, Juan Manuel Bosch, el delegado de la Comisión Técnica Mixta Frente Marítimo, Tomás Gerpe y los consejeros Carlos Liberman y Miguel Tezano Pintos.

La cita fue en un coqueto restaurante de la calle Plaza de Compostela de la ciudad gallega de Vigo donde el presidente de CAPA, Juan Redini recibió a los armadores poteros con un menú sencillo para celebrar el interés mundial que sigue generando el calamar illex, y destacar el sentido de comunión entre los integrantes del sector pesquero.

La jornada transcurrió de manera agradable y hacia el final Redini agradeció la presencia de los comensales y ponderó la importancia de que el sector pesquero se mantenga unido, y en ese sentido puso en valor la reciente creación del espacio Intercámaras que agrupa a las distintas cámaras pesqueras superando así la dicotomía entre congeladores y fresqueros, y marplatenses y patagónicos.

El dirigente empresarial resaltó el diálogo con las autoridades pesqueras. “Nunca tuvimos que esperar más de una semana para que nos reciban, todos nuestros planteos fueron siempre escuchados, y más allá de las discusiones siempre hubo consenso y eso es lo que quiero agradecer de esta administración tanto en la gestión de Tomás Gerpe como en la actual de Juan Bosch”, dijo.

Por su parte Bosch también destacó el diálogo del sector en su conjunto al tiempo que sostuvo que “en la pesca no hay grieta”.

En tanto Carlos Liberman también puso en valor  el diálogo y agradeció a los armadores la posibilidad de generar trabajo a partir de las descargas de materia prima en los puertos santacruceños.

Las empresas que participaron del agasajo fueron Argenova, Pesquera Deseado, Acrux, Newsan, Alunamar, Chiarco, Hansung, Illex S.A,  y Pesquera Buenavista.

Científicos del Conicet demostraron “fraude” en la venta de pescado

Sitio de Internet – Qué Digital – Mar del Plata

El trabajo explica que uno de cada cinco filets se trata de especies más baratas y que se encuentran en peligro de extinción.

Científicos marplatenses publicaron un trabajo donde demuestran que uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta. Sino que se venden especies más baratas como productos de mayor valor y la mayoría de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción.

Investigadores que participaron del relevamiento encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. Estos resultados fueron publicados recientemente por los investigadores en la revista científica internacional Fisheries Research.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistían en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente; todas estas de menor precio que las especies que figuraban en la etiqueta. Aunque en una proporción mucho menor, se observaron casos de mal- etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

El trabajo de investigación estuvo a cargo de Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer y Juan Martín Díaz de Astarloa del Instituto de Investigaciones marinas y Costeras (IIMyC- Conicet, Unmdp) y Luis Lucifora del Instituto Nacional de Limnología (Inali-Conicet, UNL).

Hasta hace unos años, era imposible determinar la especie de la que proviene un producto pesquero del que se han retirado todas las características morfológicas útiles para diagnosticar una especie, como un filet de pescado. Actualmente, la técnica conocida como “código de barras genético” permite identificar con precisión la especie de la que proviene una muestra de identidad desconocida. Esta técnica se basa en determinar en la muestra, la secuencia de un gen que varía entre especies, y compararlo con las secuencias provenientes de muestras ya conocidas.

“En este trabajo aplicamos la técnica del código de barras genético para establecer de qué especie provienen los filets vendidos en las pescaderías de la costa atlántica y si se corresponden con lo que a la gente le dicen que le están vendiendo”, explicó Gabriela Delpiani, quien lideró el trabajo.

Los investigadores analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. Mientras que en Mar del Plata las tazas de reemplazo fueron de un 25% y en Necochea de un 28%.

Cabe destacar que el atún fue una de las especies más sustituidas. Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usadas en más del 60%.

“Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos peces tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina”, subrayó Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

Finalmente, los resultados de esta investigación señalan la necesidad de estandarizar los nombres de productos pesqueros en Argentina. “Las autoridades correspondientes deberían hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros y controlar que se use. Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios”, cerró Delpiani.

Qué características tienen las dos nuevas líneas de crédito anunciadas para el sector

Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata

Son una iniciativa del Gobierno provincial. Una está destinada a la compra, construcción o refacción de buques y la otra a la adquisición de bienes de capital en el segmento pyme.

El pasado vienes la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, anunció en la banquina chica dos nuevas líneas de crédito para el sector con características particulares.

Según la definición de la mandataria bonaerense, las medidas apuntan al crecimiento de la industria y a la generación de trabajo: “Son 230 las empresas en la provincia de Buenos Aires, muchas de ellas concentradas en esta ciudad”, dijo.

Una de las líneas está orientada a la industria naval bajo el siguiente esquema:

. En dólares destinada a la compra, construcción o refacción de buques pesqueros fabricados en el territorio nacional.

. Incluye plazos de hasta 7 años con hasta 6 meses de gracia para el pago de capital en el caso de las refacciones, y hasta 12 meses para el pago de capital destinado a la construcción.

. Se regirá por tasa Libor a 6 meses, más 8 puntos y un monto máximo por beneficiario de 2,4 millones de dólares.

. Permite financiar hasta el 70 por ciento de la inversión neta de IVA. La línea habilita la hipoteca o prenda naval como garantía.

. Está destinada a exportadores con domicilio en la provincia de Buenos Aires y con permisos de pesca vigentes, cuotas individuales o autorizaciones de captura, que demuestren haber exportado en los últimos dos años.

La otra línea se enfoca en las pymes procesadoras y elaboradoras de tierra

. Destinada a financiar proyectos de inversión con una tasa fija del 29 por ciento en pesos y un plazo de hasta 48 meses para la adquisición de bienes de capital, nuevos o usados, nacionales o importados, obra civil, instalaciones y equipos.

. Tendrá un fondeo inicial de 200 millones de pesos y busca ampliar la capacidad de procesamiento en tierra para elaboración de pescados, crustáceos, productos marinos y fluviales, además de la fabricación de aceites, grasas y harinas, y productos a base de pescados.

. Se complementa con una línea que rige para las empresas instaladas en parques industriales, también orientada a la compra de bienes de capital y con una tasa de interés diferencial del 29 por ciento.

. En este caso, los préstamos tienen un monto máximo por beneficiario de 20 millones de pesos, con un  plazo de pago de hasta 48 meses y un período de gracia de 6 meses

Uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta

Sitio de Internet – El marplatense

Lo asegura una investigación llevada a cabo por científicos marplatenses del Conicet. Detallan que “se venden como productos de mayor valor especies más baratas y la mayoría de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción”.

Investigadores científicos marplatenses llevaron adelante un trabajo donde demostraron que uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta.

En este sentido, explicaron que “se venden como productos de mayor valor especies más baratas y la mayoría de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción”

En el trabajo de investigación realizado por Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer y Juan Martín Díaz de Astarloa del Instituto de Investigaciones marinas y Costeras (IIMyC- CONICET, UNMDP) y Luis Lucifora del Instituto Nacional de Limnología (INALI-CONICET, UNL) encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. Estos resultados fueron publicados recientemente por los investigadores en la revista científica internacional Fisheries Research.

Hasta hace unos años, era imposible determinar la especie de la que proviene un producto pesquero del que se han retirado todas las características morfológicas útiles para diagnosticar una especie, como un filet de pescado. Actualmente, la técnica conocida como “código de barras genético” permite identificar con precisión la especie de la que proviene una muestra de identidad desconocida. Esta técnica se basa en determinar en la muestra, la secuencia de un gen que varía entre especies, y compararlo con las secuencias provenientes de muestras ya conocidas. “En este trabajo aplicamos la técnica del código de barras genético para establecer de qué especie provienen los filets vendidos en las pescaderías de la costa atlántica y si se corresponden con lo que a la gente le dicen que le están vendiendo”, explica Gabriela Delpiani, quien lideró el trabajo.

Los investigadores analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. En Mar del Plata y Necochea, las tasas de reemplazo fueron de 25 y 28%, respectivamente. Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usadas en más del 60% de los reemplazos, y el atún fue la especie más sustituida.

“Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos peces tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina”, agrega Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistían en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente; todas estas de menor precio que las especies que figuraban en la etiqueta. En proporción mucho menor, se observaron casos de mal- etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

Los resultados de esta investigación indican la necesidad de estandarizar los nombres de productos pesqueros en Argentina. Según Delpiani: “Las autoridades correspondientes deberían hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros y controlar que se use. Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios”.

Puerto: “Tenemos al menos un 40% de marineros desocupados, mucha gente parada”

Sitio de Internet – Lo que pasa.net – Mar del Plata

Así lo comentó a Loquepasa.net Pablo Echegovia, referente del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), quien planteó que “no hay suficiente cantidad de barcos para los trabajadores que hay”.

Pablo Echegovia, referente del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), aseguró que en el sector de los marineros “hay al menos un 40% de desocupados”. “La actividad está regular. Tenemos mucha gente parada, faltan puestos de trabajo. Es el mayor de los problemas que tenemos”, aseguró, en diálogo con Loquepasa.net.

Argumentando esa situación, el gremialista señaló que “la campaña de poteros fue muy mala” mientras que “la de langostinos se acortó mucho”. “El mal tiempo ayudó a que la campaña no sea muy buena”, agregó.

“Estamos esperando a ver qué ocurre en este tiempo”, comentó con angustia. Asimismo, graficó: “Por más que se vayan a donde se vayan no hay cantidad de barcos suficiente para la cantidad de libretas (trabajadores) que hay”.

Alerta en el consumo de pescado: el 20% de los filets no son lo que indica su etiqueta

Sitio de Internet – Ahora 10 – Mar del Plata

Un grupo de científicos marplatenses realizaron una investigación sobre las sustituciones de productos en la costa bonaerense.

Alerta en el consumo de pescado: el 20% de los filets no son lo que indica su etiqueta

En el trabajo de investigación realizado por Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer y Juan Martín Díaz de Astarloa del Instituto de Investigaciones marinas y Costeras (IIMyC- CONICET, UNMDP) y Luis Lucifora del Instituto Nacional de Limnología (INALI-CONICET, UNL) encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. Estos resultados fueron publicados recientemente por los investigadores en la revista científica internacional Fisheries Research.

Los científicos comprobaron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes.

Hasta hace unos años, era imposible determinar la especie de la que proviene un producto pesquero del que se han retirado todas las características morfológicas útiles para diagnosticar una especie, como un filet de pescado. Actualmente, la técnica conocida como «código de barras genético» permite identificar con precisión la especie de la que proviene una muestra de identidad desconocida. Esta técnica se basa en determinar en la muestra, la secuencia de un gen que varía entre especies, y compararlo con las secuencias provenientes de muestras ya conocidas. «En este trabajo aplicamos la técnica del código de barras genético para establecer de qué especie provienen los filets vendidos en las pescaderías de la costa atlántica y si se corresponden con lo que a la gente le dicen que le están vendiendo», explica Gabriela Delpiani, quien lideró el trabajo.

Los investigadores analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. En Mar del Plata y Necochea, las tasas de reemplazo fueron de 25 y 28%, respectivamente. Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usadas en más del 60% de los reemplazos, y el atún fue la especie más sustituida.

«Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos peces tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina», agrega Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistían en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente; todas estas de menor precio que las especies que figuraban en la etiqueta. En proporción mucho menor, se observaron casos de mal- etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistían en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente

Los resultados de esta investigación indican la necesidad de estandarizar los nombres de productos pesqueros en Argentina. Según Delpiani: «Las autoridades correspondientes deberían hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros y controlar que se use. Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios».

El BIP “Mar Argentino” del INIDEP fue botado en Vigo para continuar con su construcción

Sitio de Internet – Mar y pesca noticias patagónicas

El BIP “Mar Argentino” del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) fue botado este jueves 3 de octubre en el Astillero Armón de Vigo, España, para continuar con la construcción. La entrega del nuevo buque costero del Instituto está prevista para marzo de 2020.

En la botadura estuvieron presentes el Embajador Argentino en España, Ramón Puerta, la Cónsul General de la República Argentina en Vigo, Silvina Montenegro, el Subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, Juan Bosch, el Interventor del INIDEP, CL (re) Héctor Marcelo Lobbosco, representantes del Consejo Federal Pesquero (CFP) y directivos de Astilleros Armón Vigo S.A.

El barco fue botado en el astillero para que, como es habitual para esta empresa, se continúe a flote con la construcción y el acondicionamiento general. Se estima que el nuevo buque del INIDEP será entregado oficialmente en Vigo en el mes de marzo del año próximo.

La inversión total para la construcción del “Mar Argentino” es de aproximadamente 7 millones de dólares y los fondos fueron aportados por un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Características generales del “Mar Argentino”

El BIP “Mar Argentino” es un buque de investigación que trabajará en aguas costeras. Tiene 36 metros de eslora y 8,5 metros de manga, y contará con propulsión diesel eléctrica, quilla retráctil y baja propagación de ruido al agua.

Será capaz de desarrollar investigaciones multipropósito y dispondrá de una planta de muestreo en la cubierta principal, guinches para pesca de arrastre de media agua y fondo; guinches para instrumentos oceanográficos y toma de muestras de plancton. Además, contará con las instalaciones básicas para las siguientes disciplinas marinas, de ámbito costero: Oceanografía Física, Química y Biológica e Investigación Pesquera.