Álvarez Castellano: «Conarpesa se construyó con esfuerzo, no me pueden venir a dar lecciones»

Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata

En medio de una situación crítica del sector pesquero argentino, Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, defiende con firmeza y sin concesiones, reivindica tres décadas de liderazgo, denuncia manejos sindicales oscuros, y anticipa una posible venta de la compañía. Un testimonio crudo, lúcido y revelador de un empresario que no improvisa, no se esconde y no retrocede.

En medio de un profundo reacomodamiento de variables que atraviesa el sector pesquero argentino, el presidente y socio mayoritario de Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano, el empresario que forjó un imperio pesquero sin dobleces defendió con firmeza el camino recorrido por la empresa que lidera hace tres décadas. En una entrevista en el programa radial El Quinto Poder, cargada de explosividad y contundencia en cada aseveración y a tono personal, repasó los inicios de la compañía, cuestionó al SOMU, denunció injurias y anticipó una posible venta del paquete accionario a un grupo inversor internacional.

“Llegué hace 30 años porque a mi padre le habían robado los barcos. Me mandaron a recuperar lo que se pudiera. Con un grupo de 30 o 40 personas que se pusieron la camiseta, empezamos a sacar los barcos de la playa y a pescar ”, recuerda Álvarez Castellano. Durante siete años, asegura, no cobró sueldo y vivió con lo justo mientras reconstruía lo que quedaba de la empresa. “Me auto impuse como presidente y fui recuperando lo que pude con trabajo y mucho esfuerzo de toda mi gente ”.

El empresario reivindica el rol pionero de Conarpesa en el desarrollo de la pesquería de langostino en Rawson y destaca su capacidad para sostener la compañía en tiempos difíciles. “Las plantas estaban paradas, y cuando empezó el negocio del langostino, me senté con los representantes del SOMU en un quincho de Madryn y acordamos. Pagaba cinco dólares el kilo. Y los pagué ”.

Conarpesa cuenta hoy con más de mil empleados, plantas en Rawson,  Caleta Olivia, y recientemente incorporó un buque de última generación, financiado en Europa. “Me critican por correr autos. Yo vivo pendiente del teléfono todos los días del año. Si a alguien le molesta, lo siento, pero voy a seguir corriendo ”.

En verdad, resulta mezquino y de una bajeza lamentable juzgar lo que un empresario hace en su tiempo libre, especialmente cuando ese ocio es fruto de años de esfuerzo, sacrificio y trabajo incansable. Cada uno gasta su dinero como le parezca sin mediar explicaciones a nadie, cuando no hay cuentas pendientes y una vida de trabajo.

Quienes opinan desde el resentimiento de la mediocridad, lo que otro ha logrado, no hacen más que evidenciar su miseria interior: ven el brillo, pero ignoran el sudor. Triste reflejo de una sociedad que envidia más de lo que admira, y critica más de lo que construye.

Respecto al conflicto con el SOMU, Álvarez Castellano fue tajante: “En la última negociación, hace cinco años, tiraron 500 mil kilos de langostino en Madryn. Terminé enemistado con Carlos Liberman (ex subsecretario de Pesca), que me llamaba para amenazarme. Desde entonces, me eché para atrás. Peleen solos. Si lo que acuerdan me interesa, firmo. Yo ya no me meto ”.

Álvarez Castellano no ocultó sus críticas hacia el sindicato: “El año pasado pagué 650 millones de pesos en aportes al SOMU. Calculé que el sindicato recauda unos 12 mil millones al año. ¿Dónde están esos millones? Tienen la obra social quebrada ”, sentenció.

Con una firmeza inusitada, reiteró que la problemática no radica exclusivamente en los barcos ni en los muelles, sino en la profunda ausencia de control, de gestión efectiva y, sobre todo, de voluntad política para abordar con seriedad la administración de los fondos sindicales. “Que el SOMU diga qué hace con esos 12.000 millones”, exigió con contundencia. En este marco, instó al Congreso a observar con atención lo que acontece en el sector pesquero, advirtiendo que las empresas se encuentran al borde del colapso. “No hay ayuda, ni diálogo, ni respuestas”, subrayó, evidenciando el aislamiento en que se encuentra la actividad.

“No todos pueden resistir: yo puedo aguantar un poco más, pero muchos ya no pueden”, confesó, en un tono tan honesto como alarmante. Denunció que el actual modelo beneficia únicamente a quienes recaudan, marginando sistemáticamente a quienes producen. “Estamos financiando estructuras que no devuelven nada”, sentenció. Y recordó con crudeza la asimetría que impera en cada salida al mar: “El marinero cobra, el sindicato cobra, el Estado cobra. Y el empresario pone”, describió, trazando así un retrato nítido de un sistema desequilibrado que pone en jaque la sustentabilidad de toda la cadena productiva.

“Hoy tengo 3.000 toneladas de langostino sin vender «

Sobre la crisis actual, Álvarez Castellano explicó que los precios del langostino están deprimidos. “El más caro se vende a 6 dólares, el más barato a 5. Y no se vende. Tengo 3.000 toneladas en cámaras. Los recibos de sueldo muestran que un marinero del SOMU en una marea de 20 días ganó 10 millones de pesos brutos. Yo que culpa tengo de que el Gobierno les retenga una parte”.

También explicó que puede seguir operando porque tiene “todo propio”: barcos, plantas, estructura integrada. “Eso me permite empatar. Pero la rentabilidad es mínima. Argentina hoy no es un buen negocio para muchas empresas. El langostino entero cada vez tiene menos mercado ”.

“El SOMU no deja que los marineros ganen más ”

Respecto a la renovación de la flota, anunció que “ya están por entregarse dos nuevos barcos construidos en SPI astilleros de Mar del Plata, y recientemente se botó en Europa el buque Don Juan Álvarez, que costó 15 millones de euros y se financió con crédito español a una tasa del 4% anual con dos años de gracia que le dieron a mis socios en España ”.

“El marinero que suba al nuevo barco va a ganar más del doble que en el Uchi. Pero el SOMU no les permite elegir libremente. Cuando llegue el barco, citaré a quien quiera embarcarse bajo mis condiciones. Bajaré el premio de producción, pero van a ganar más dinero ”, focalizando que el buque construido es más eficiente, de mayor capacidad y presenta mayores comodidades laborales y de descanso con beneficio a su tripulación.

Sobre el futuro de la empresa, Álvarez Castellano no descartó su retiro. “Estamos en conversaciones. Hay una empresa que quiere comprar la totalidad. Soy el socio mayoritario y ojalá podamos cerrar el acuerdo. Pero quiero que mi gente sepa que no los voy a dejar a la deriva ”.

Y cerró diciendo: “Conarpesa fue creada con esfuerzo, imaginación y trabajo. No me pueden venir a dar lecciones. Si me voy, quiero dejar una empresa con proyección. Pero no quiero seguir metido en guerras ajenas ”.

Fernando Álvarez no necesita presentaciones ni discursos ampulosos. Su trayectoria en la pesca argentina —y también en la escena internacional— habla con la claridad que solo otorgan los hechos y el derecho que le asiste. Empresario de fuste, de los que ya no abundan, ha hecho del trabajo, la convicción y la transparencia sus únicos aliados. Sin concesiones, sin dobleces, sin nada que esconder.

En una industria compleja, exigente y muchas veces ingrata, Álvarez se ha mantenido firme. Hombre de principios abnegados, ha sabido avanzar incluso en los momentos más difíciles, guiado por una determinación que no vacila. Planifica, piensa y ejecuta con precisión quirúrgica. No improvisa, no especula, no retrocede. Respeta a su gente, defiende la sostenibilidad del recurso y se mueve dentro del marco legal con un rigor ejemplar.

En Fernando Álvarez se sintetiza lo que la pesca necesita: visión, carácter, integridad. Un empresario que no sólo construye barcos y empresas, sino también un legado. El suyo es un liderazgo que no busca aplausos, pero que se impone con la autoridad que da la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. No es poco.

Cuarta semana con un centenar de congeladores tangoneros en puerto

Sitio de Internet – Parte de Pesca – Mar del Plata

Nelson Saldivia 

Se suspendió la audiencia prevista para mañana martes entre las cámaras empresarias y los sindicatos marítimos en el ámbito del Ministerio de Capital Humano, organismo del que depende la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, donde se tramita la negociación paritaria del sector congelador langostinero.

La dilación tendrá un efecto concreto: se perderá un mes completo de operaciones. Ese dato no es menor. Los diferentes conflictos en la pesca han dejado una experiencia irrefutable: día perdido de pesca, no se recupera.

Hoy se inicia la cuarta semana desde que la Subsecretaría de Recursos Acuáticos y Pesca de la Nación habilitó la operatoria de la flota congeladora tangonera para que opere sobre el langostino Pleoticus muelleri, como especie objetivo, fuera del Área de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (AVPJM), es decir, arriba del paralelo 41°S.

RENTABILIDAD NEGATIVA

Hasta el momento no ha habido el más mínimo avance en las negociaciones. Las cámaras empresariales hicieron saber y transmitieron públicamente que, en las condiciones actuales, el sector presenta rentabilidad negativa, por lo que resulta inconveniente sacar los barcos a pescar.

En un reciente estudio se dio a conocer que el costo laboral y las cargas sociales representan el 59% del costo del barco; le sigue el 11% de combustible; 6% de reparaciones y repuestos; 6% de estiba; 6% de retenciones, entre otros. Y, bajo este esquema, el resultado de la ecuación es de una rentabilidad negativa del 15,4%.

El SOMU se presenta como el sindicato menos dialoguista, ya que se niega a discutir cualquier modificación o revisión de los valores de referencia que se aplican para la liquidación del ítem ‘producción’. “No es no”, es el lema de la cúpula sindical del gremio de la marinería al negarse a debatir cualquier variable.

LOS MILLONARIOS SUELDOS DE LA PESCA

En tanto, las explosivas declaraciones del empresario Domingo ‘Vito’ Contessi, en el mediodía del viernes, atragantó a más de uno. El marplatense aportó datos concretos de los costos laborales de las tripulaciones de las flotas pesqueras de Argentina.

“La pesca tiene salarios muy elevados que hoy no se pueden pagar”, dijo y dio detalles de lo que cobran los marineros, maquinistas y capitanes en los diferentes estratos de flota.

Los sindicalistas se rehúsan a hablar de números concretos, mandaron a criticar a Contessi, pero ninguno negó que sean esos los costos laborales que hoy tiene la pesca.

A todo esto, el presidente de Conarpesa, Fernando Álvarez, ventiló públicamente lo que el SOMU recauda por año en concepto de aportes sindicales y capacitaciones que deben pagar las empresas y que se les descuentan a los trabajadores compulsivamente. Reveló que el SOMU se alza con 12 mil millones de pesos anuales y anticipó que en los próximos días comenzará a dar a conocer los “recibos de sueldos” de sus trabajadores.

PARO GENERAL “SIN EFECTO”

Esta semana estará cruzada por el paro general nacional convocado por al CGT para el jueves 10 de abril, pero en el sector pesquero congelador tangonero no tendrá el más mínimo efecto, ya que desde octubre del año pasado los barcos están inactivos.

En este contexto el panorama para el sector aparece incierto. Los gremios se habían esperanzado con la salida del buque Mar Sur de los Tuteur de Pescargen, pero no hubo ningún efecto dominó.

Así las cosas, mientras marineros, maquinistas y capitanes hacen catarsis en Facebook y X, la realidad es contundente:

Hace cuatro semanas que se abrió la pesca de langostino.

Hace cuatro semanas que un centenar de barcos siguen amarrados a puerto.

Hace cuatro semanas que los tripulantes están ‘firmes en tierra’, rezongando en redes sociales desde sus casas.

Sin diálogo constructivo y voluntad de negociar, las semanas seguirán transcurriendo con el peligro que la temporada de aguas nacionales se pierda por completo.

El diputado Garciarena busca declarar la emergencia de la industria pesquera

Sitio de Internet – El retrato de hoy – Mar del Plata

El jefe de bancada de los diputados bonaerenses del bloque UCR + Cambio Federal, Diego Garciarena, presentó en las últimas horas un proyecto de ley para declarar por un año la emergencia de la industria pesquera.

“Frente a este panorama crítico, resulta imperativo adoptar medidas urgentes que permitan garantizar la continuidad de la actividad, proteger las inversiones productivas y resguardar los puestos de trabajo que dependen de este sector”, señaló Garciarena, en los considerandos del texto.

Es que, desde el año pasado, las principales cámaras pesqueras vienen advirtiendo al Consejo Federal Pesquero sobre la crítica situación que atraviesa la industria pesquera, y solicitaron que la actividad sea considerada una economía regional para reducir los derechos de exportación.

En concreto, los representantes del sector presentaron un informe elaborado por la consultora Invecq, en el que se advierten que tanto los barcos fresqueros como las plantas procesadoras operan actualmente en una situación de quebranto.

Según explicó Garciarena, haces varios meses hubo una importante baja en los precios internacionales que impactó especialmente en productos que la industria exporta como es el filet de merluza interfoliado o del pez palo.

A este panorama, se le sumó el incremento desmedido de los costos operativos con un aumento del 500% del precio del gasoil durante 2024, generando un fuerte impacto en la rentabilidad de las empresas de la industria pesquera.

“Mientras que la elevada presión impositiva con el aumento de los derechos únicos de extracción y la subsistencia de los derechos de exportación para algunas especies también asfixia al sector, dificultando su competitividad frente a otros mercados”, alegó Garciarena.

En ese contexto, el legislador pidió declarar la emergencia del sector, suspender los aumentos de los derechos únicos de extracción, eliminar los impuestos al gasoil, revisar los aranceles a insumos importados y generar un paquete de beneficios impositivos, que incluya una línea de créditos específicos del Banco Provincia para “dar previsibilidad” a las empresas de la industria pesquera.

“El sector fresquero de la pesca argentina es una fuente esencial de empleo y desarrollo económico en regiones claves como Mar del Plata, sin concretas e inmediatas acciones, la crisis actual podría derivar en consecuencias irreversibles para la actividad y para miles de familias que dependen de ella”, cerró en la iniciativa Garciarena.

En ese marco, este lunes, el senador nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), Maximiliano Abad, junto al presidente de bloque del mismo partido de la Cámara de Diputados bonaerense, Diego Garciarena, participaron de un encuentro que se realizó en el Concejo Deliberante de Mar del Plata para analizar la crisis que atraviesa el sector.

Alarma en la pesca nacional por la suba de aranceles a las exportaciones hacia EEUU

Sitio de Internet – Lo que pasa.net – Mar del Plata

“Podría ser el golpe final para un rubro que ya está al borde del colapso”, manifestó Raúl Cereseto, titular de FULASP.

La Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP) emitió un comunicado en el que manifestó la extrema preocupación del sector ante la nueva política tributaria de la Casa Blanca. EEUU es el tercer país del mundo en recibir mayores exportaciones de la pesquería argentina y sus cambios económicos podrían sentenciar a la industria nacional.

Hace pocas horas, el presidente norteamericano, Donald Trump, anunció la implementación de un nuevo sistema arancelario que impone una suba estrepitosa en los cánones a casi todos los países que exportan a Estados Unidos. Los incrementos varían hasta un máximo del 50%, dependiendo del trato recibido por los productos estadounidenses en esos países. En el caso de Argentina, se impone un arancel del 10%.

Si bien el aumento que recibe nuestro país se encuentra entre las subas más bajas, en comparación con otros como Vietnam (46%) China (34%), Taiwán (32%), India (26%), Corea del Sur (25%), Japón (24%) y la Unión Europea un 20%, la repentina imposición ha generado preocupación en la industria pesquera, debido a la importancia del mercado estadounidense para sus exportaciones.

A partir del anuncio del gobierno norteamericano, el arancel del pescado nacional pasará a tributar un canon diez puntos por arriba de lo que venía ocurriendo hasta ahora, lo cual no solo amenaza la competitividad argentina frente a otros exportadores que podrían recibir un trato más favorable (como Canadá, con menores restricciones), sino que reduce directamente la rentabilidad de las operaciones, en un sector que ya enfrenta una grave crisis por precios deprimidos y aumentos internos de costos.

Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en 2024 Estados Unidos fue el tercer destino más importante para las exportaciones pesqueras argentinas, representando el 10,3% del valor total exportado, con 30.331 toneladas enviadas a ese país por un total de USD 207.4 millones. Esta cifra posiciona al país del norte inmediatamente detrás de España, con un 21.7 % y un total exportado de 90.698 toneladas por un total de USD 435.6 millones y de China, con un 15 %, con más de 76 mil toneladas valuadas en USD 300 millones.

Raúl Cereseto, presidente de FULASP, manifestó que “este arancel posiciona a la industria ante un futuro más que sombrío” dado que “se trata de un mercado vital, cuyo incremento en las tarifas podría disminuir mucho más la competitividad y afectar negativamente a los productores y trabajadores del sector”.

“Podría ser el golpe final para un rubro que ya está al borde del colapso”, manifestó el especialista, y agregó que “esta medida podría resultar en la pérdida de mercados esenciales, llevando al cierre de empresas y a un aumento en el desempleo en comunidades dependientes de la actividad pesquera”.

De concretarse el anuncio de Trump, la FULASP adelantó que elevará “un pedido formal al gobierno argentino, en conjunto con la mayoría de las cámaras industriales del sector y con carácter de urgente” a tomar medidas para abordar esta crisis, implementando políticas internas que alivien la carga fiscal sobre el sector pesquero y promuevan su competitividad en el mercado internacional.

López Cazorla realizó entrega de tablets para el control y la fiscalización de las descargas pesqueras

Sitio de Internet – Mar y pesca noticias patagónicas

Ya se pusieron a prueba con éxito en el puerto Mar del Plata. Se espera que en los próximos días se realice una capacitación para que los inspectores del resto de las delegaciones del litoral marítimo nacional puedan utilizarlas.

En una ceremonia realizada el pasado viernes 4 de abril en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), el subsecretario de Pesca y Recursos Acuáticos, Antonio López Cazorla, hizo entrega de modernos dispositivos tecnológicos donados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Estos dispositivos, que incluyen tablets de última generación, cuentan con el desarrollo operativo de la firma Site Solve, y están destinados a mejorar la fiscalización y el control en las actividades pesqueras.

Durante el evento, que contó con la presencia de personal del INIDEP, López Cazorla agradeció a los presentes por su participación, especialmente al equipo que se hizo presente a pesar de estar en horario de descanso. “Este es un esfuerzo conjunto que tiene como objetivo mejorar la transparencia y la velocidad en el trabajo de control y fiscalización de la pesca”, destacó el subsecretario.

En diálogo con Mar&Pesca, López Cazorla explicó que las nuevas tablets están diseñadas para optimizar el trabajo en el campo y permitir un registro más eficiente de las actividades pesqueras. “Cada dispositivo cuenta con un código personal que lo asigna a un operador específico, evitando que puedan intercambiarse entre los inspectores. Esto garantiza un control más riguroso y seguro”, agregó.

El subsecretario también resaltó la buena experiencia obtenida durante la puesta en marcha de los dispositivos en el muelle. “Realizamos una prueba piloto con los inspectores del puerto y los resultados fueron excelentes. Los dispositivos funcionaron de inmediato, sin inconvenientes”, comentó. 

Durante la ceremonia, estuvo presente el director Nacional de Pesca, Arturo Idoyaga, junto a Cecilia Moreno y representantes de la empresa Site Solve, encargada del soporte técnico de los dispositivos.

Conarpesa será vendida al gigante WOFCO

Sitio de Internet – Pesca Chubut – Comodoro Rivadavia 

Conarpesa. “Sí, la idea es vender”, dijo Fernando Álvarez Castellano. No lo dudó, no titubeó. El presidente de Conarpesa confirmó que está dispuesto a desprenderse de la empresa que lideró durante décadas.

Reveló que ya mantiene conversaciones con posibles compradores. Entre ellos, la firma española WOFCO, que actualmente posee una parte de la compañía. También apareció un fondo internacional con interés de adquirir la totalidad del paquete accionario, según publicó Lu17.

Aclaró que no se trata de una venta apurada ni improvisada. Dijo que se encuentra en una etapa de transición personal y profesional. “Estoy trabajando activamente para que se venda”, aseguró, y agregó que su objetivo no es otro que ordenar el proceso de salida para que la empresa continúe funcionando, crezca, y conserve sus valores y su estructura.

WOFCO ya es parte de Conarpesa. Actualmente posee el 42% de la compañía. Esa parte pertenecía originalmente a los hermanos de Álvarez Castellano. El resto de las acciones le pertenece en forma directa. “La empresa es mía y yo la manejo”, afirmó. Comentó que sus socios lo acompañan en esta nueva etapa y que lo respaldan en las decisiones estratégicas que está tomando para el futuro.

Además de WOFCO, hay un nuevo actor en escena. Se trata de un fondo inversor que, según contó, llegará al país en los próximos días. “Vamos a entrar en conversaciones serias con ellos”, adelantó. Afirmó que estos interesados tienen intención de comprar toda la sociedad. No solo la parte que aún está en sus manos, sino también el porcentaje que controla WOFCO. De concretarse, el cambio sería completo.

Aseguró que no busca deshacerse de Conarpesa por cansancio o desilusión. Muy por el contrario. “Quiero vender bien, en valor, y a alguien lógico”, explicó. Dijo que busca un comprador que entienda el negocio, que respete a la gente, que potencie la estructura y que garantice continuidad. Su mirada está puesta en el largo plazo.

Contó que, en caso de concretarse la operación, él seguiría en funciones. No como dueño, sino como ejecutivo. “Me comprometería a estar al frente como un CEO normal, cobrando un sueldo”, detalló. Su intención es asegurar una transición ordenada. Que el traspaso no impacte negativamente en los trabajadores ni en los clientes. Y que el nuevo liderazgo se consolide con su apoyo.

Dijo que su decisión está vinculada también a razones personales. Quiere empezar a soltar, sin poner en riesgo lo construido. Habló con claridad de su familia. “Tengo familia y quiero que estén tranquilos”, dijo. Contó que su hija no tiene interés en el negocio y que no desea que cargue con una responsabilidad que no le pertenece.

“Mi hija es vegana, no come carne ni pescado. No tiene nada que ver con esto”, explicó con ternura. Dijo que no desea dejarle una mochila pesada. Que no busca convertir la empresa en una herencia obligada. Prefiere cerrar un ciclo con responsabilidad y sentido común. “No pinto nada si ella no quiere estar”, reconoció.

Álvarez Castellano recordó que su decisión no es nueva. “Antes de que muriera mi papá, ya le había dicho que yo no iba a heredar nada”, contó. Desde hace años tiene claro que su salida es parte del camino. Por eso ahora busca una salida firme, con proyección y cuidado. No quiere dejar nada librado al azar.

Valoró todo lo que logró con Conarpesa. Reconoció que la empresa es fuerte, estable y reconocida. Dijo que está en una buena posición para atraer inversión. Pero también advirtió que los desafíos del sector son cada vez más complejos. “Hay que tener espalda para lo que viene”, remarcó.

Contó que otras empresas ya no aguantan. Que muchas, incluso más grandes, están en manos extranjeras y acumulan pérdidas. Dijo que el mercado es cada vez más difícil. Las ventas se caen, los precios bajan, los costos suben. En ese escenario, una inyección de capital podría ser la llave para sostener la estructura y evitar retrocesos.

Afirmó que la empresa no está en venta por necesidad, sino por planificación. “No necesito vender, pero quiero hacerlo en el momento justo”, explicó. Dijo que si encuentra un comprador que entienda el negocio, que valore lo hecho, y que proyecte a futuro, el acuerdo será posible. No busca un mejor postor, sino un socio serio.

Habló de sus trabajadores con respeto. Dijo que no quiere dejarlos en manos de improvisados. Que la gente que lo acompañó durante años merece seguir en un lugar digno. “Yo quiero que cuando me vaya digan: nos dejó bien, no nos tiró a la buena de Dios”, aseguró. Esa es su verdadera meta.

OTRAS NOTICIAS

Rechazó versiones que hablaron de vaciamiento o cierre. Dijo que la venta es para fortalecer la empresa, no para debilitarla. “Esto es para que la compañía crezca más, no menos”, remarcó. Y que no hay espacio para la improvisación. Todo se va a hacer con orden, con números sobre la mesa y con un plan serio.

El empresario insistió en que sigue al frente mientras todo se define. Dijo que no tiene apuro, pero sí decisión. Que este es el camino natural, que toda empresa necesita renovarse. Y que después de décadas, su ciclo como dueño está llegando a su fin. “Yo me voy, pero quiero dejar todo ordenado”, cerró.

Fuerte cruce entre Durdos y Álvarez incrementa la tensión por los congeladores

Sitio de Internet – Pesca Chubut – Comodoro Rivadavia

Incrementa la tensión por los congeladores. Durdos acusó de “matón” al dueño de Conarpesa y Álvarez dijo que el titular del SOMU es “un caballo de juguete” al diferenciarlo del legendario Omar ‘Caballo’ Suárez.

El conflicto se personalizó y desde el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos focalizan en el presidente de Conarpesa como el eje de la controversia y lo acusan de ser el impulsor de una rebaja salarial para el sector, según publicó Parte de Pesca.

El SOMU emitió un comunicado y la respuesta no tardó en llegar con una fuerte arremetida por parte del empresario pesquero que le sugirió a la dirigencia sindical que dejen de cobrar sus sueldos en solidaridad con sus afiliados y recordó de Raúl Durdos fue un escollo para lograr el acuerdo de Rawson. Planteó que se tome ese caso como ejemplo donde hubo una temporada sin conflictos y todos los trabajadores ganaron mucho dinero y recomendó dejar en “libertad de acción” a los marineros para que cada uno elija en qué condiciones quiere salir a navegar.

“REPUDIABLES E INJURIOSOS LOS DICHOS”

“En mi carácter de Secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), y ante la publicación llevada a cabo en PARTE DE PESCA y en REDES SOCIALES por el PRESIDENTE de CONARPESA señor Fernando Álvarez Castellano he de manifestar tanto en forma personal como en el carácter ante dicho que, resulta lamentable y totalmente repudiables e injuriosos los dichos”, dijo Durdos en un comunicado subido a las redes del sindicato.

El mandamás del SOMU cargó contra el empresario al indicar que “la fácil tilde de MATONES (que evidentemente a través de sus dichos le corresponde a él) como así también la referencia a supuestos negocios personales de los dirigentes sin determinar la identidad de a quien corresponden tales imputaciones, son de una total falta de responsabilidad por la cual, para no ser consideradas como un acto de falsedad, deberían ir acompañadas de las pruebas y denuncias judiciales correspondientes que evidentemente no existen”, puntualizó en tono desafiante.

“DENÚNCIEME E IRÉ AL JUEZ”

Por su parte, el propietario de Conarpesa en contestación a Durdos afirmó: “ratificó totalmente mis dichos. ¡El único que genera violencia es usted tildándome de matón y desconociendo lo que sus representantes en Santa Cruz y Chubut publicaron en el portal mar y pesca noticias patagónicas, es ciego o no sabe leer!”, enrostró.

“Sobre la cuestión negocios personales a costa de sus representados, denúncieme, y gustoso iré delante de un juez a ratificar mis dichos”, desafió el empresario al sindicalista.

“¿Usted no convalida ningún acto de violencia? ¿No se acuerda de los 500.000 kilos de langostino que se perdieron en Puerto Madryn por su accionar patotero?”, sostuvo Álvarez Castellano en una dura respuesta.

EL EJEMPLO DE RAWSON

Asimismo, expresó que “le hago recordar que su ‘conducción’ se manejó con un convenio conseguido por el Señor Omar Suárez, el cual no hubiera convalidado el acto cobarde de dirigentes bajo su mandato, ridiculizando y denunciando falsedades de un empresario del sector!”, afirmó al tiempo de señalar que “EL CABALLO SUAREZ, (caballo de verdad y no de juguete como usted) el sí peleaba por su gente!”, dijo en tono irónico.

“¡Le hago recordar al señor Durdos su falta de liderazgo en el conflicto de Rawson de la pasada temporada, el cual se arregló en dos días firmando con sus representantes de la flota amarilla y denunciando usted lo firmado por sus mandantes! ¡Usted estuvo 2 meses intentando hablar conmigo y yo negándome a hacerlo hasta que se acabara la temporada! Resultado, fue el mejor acuerdo desde hace muchos años en Rawson con total paz social y empleo pleno en las plantas por 5 meses, ¡siendo récord histórico de capturas! ¡Sino que se lo pregunten a cualquier marinero del SOMU o representante del STIA!”, manifestó Álvarez Castellano.

“VOLVERÉ CON RECIBOS DE SUELDOS”

Así las cosas, el empresario volvió a advertir que ventilará y dará a conocer los valores salariales de los tripulantes de sus barcos para que la sociedad conozca de qué montos se está discutiendo.

“Señor Durdos, en breve volveré con recibos de sueldos y proyecciones! ¡Le recomiendo mientras se arregla el asunto se suspendan sus sueldos en solidaridad y empatía con sus afiliados!”, le recomendó

“¡Usted dice NO es NO y yo digo SI es SI! ¡Afortunadamente el actual subsecretario de pesca nacional ya no es más el señor Liberman, que me o nos llamaba amenazando de sacarnos los permisos sino aceptábamos sus condiciones! (Liberman denunciado penalmente por mí a espera de ser indagado en Comodoro Py) ¡Eso se acabó, hoy se impone la realidad! ¡Tenga presente una cosa! ¡¡¡Usted dice no es no sin escuchar propuestas y yo digo Si es Si!!! ¡Deles libertad a sus afiliados y veremos quién tiene razón! ¡No los patotee más! ¡Sino te gusta ven por mí! Te espero!”, concluyó.

El Pescador

Sitio de Internet – Mar y pesca noticias patagónicas

un vibrante relato del Capitán Daniel Molina Carranza en homenaje a los marinos mercante y pescadores que murieron en Malvinas. 

El Pescador

 «No hay quien pueda, no hay quien pueda con la gente marinera, marinera, pescadora no hay quien pueda por ahora».

                                                        Estribillo de una vieja canción marinera española.

(Por Daniel Molina Carranza).  Conocí a Miguel Velasco y a Ángel García, dos españoles, marineros y pescadores, a bordo del que fue el primer buque pesquero en que navegué. Hijos de las cálidas riberas murcianas, del Puerto de Mazarrón, donde la costa acantilada y las caletas abrigan bellas playas bañadas por el Mediterráneo, cuna de pescadores y gente de mar desde la época de fenicios y romanos.

  Miguel era una persona de gran contextura, la cual parecía incrementarse cuando usaba la ropa de agua, su piel mediterránea curtida por el sol, se enmarcaba en un cuadro definido por una abundante cabellera entrecana, que contrastaba con su edad, dado que cuando nos conocimos aún no había cumplido los cuarenta. Los tripulantes lo obedecían por su firme carácter, sus conocimientos profesionales y decisiones acertadas, características que lo habilitaban para cubrir las tareas de primer pescador.

  Angel era diferente, no tenía la fortaleza de Miguel, más pequeño de tamaño, de cabello rizado y gruesas cejas. Si bien trabajaba en cubierta, su lugar preferido era la cocina, ocupándose del servicio de cámara. La inclemencia del mar lo hacía padecer, pero lo soportaba estoicamente, esforzándose por equipararse a sus compañeros de trabajo. Por su bonhomía y carácter jovial era querido por toda la tripulación. Su personalidad era el rasgo por la cual todos lo apreciaban

  Yo provenía de la marina mercante, era muy joven y me había desempeñado en barcos petroleros y cargueros como primer oficial, pero por razones de edad y experiencia nunca había comandado uno. Esta iba a ser mi primera experiencia como capitán de un barco. Había decidido dedicarme a la pesca por el amor al dinero más que por vocación.

¡Ay marinero! ¡Ay marinero! porque te hiciste pescador? La ambición del dinero me atrapó como un arpón.

   La actividad pesquera era dura, difícil de sobrellevar, un tipo de vida a la cual me costaría acostumbrarme, o quizá no lo haría nunca. Para quienes compartían las mareas conmigo era algo natural, pero ellos habían nacido para ser pescadores y era la razón de su vida.

El pescador no descansa nunca para poderse alimentar, hoy carece de pescado, luego de sal, no sé yo la causa de esto, sino se de aguantar.

 Izábamos en el barco la bandera española, pero sabíamos que los armadores lo darían de baja en la matrícula de España y que ostentaríamos la bandera argentina, porque a los dueños les convenía dicho cambio dado la riqueza ictícola de estas aguas. Eso significaba un cambio en la reglamentación y modificaba las condiciones laborales de la tripulación.

  Los marineros perderían los beneficios de su país y la antigüedad en la compañía, pero aun así los tripulantes de la Península Ibérica habían decidido quedarse con nosotros, salvo alguna excepción. Digo peninsulares y no uso el término españoles, porque en todo barco que se precie hay algún portugués. La gente decidió quedarse porque ya eran parte del barco.

  Una tradición náutica del siglo XVIII y XIX establecía que el Capitán “era el barco”, pero en el pesquero aprendí que en realidad la gente de cubierta lo era.

  De día, de noche, con buen o mal tiempo, guarecidos tras sus capas de loneta, aguantando los golpes de mar, mientras las olas barrían la cubierta, largaban o viraban redes, recogían en el pozo el producto de la captura, para que el personal de la planta lo procesara. Luego reparaban y cosían las redes para salvar sus roturas y ni bien estaban listas las arrojaban nuevamente al mar. En esas tareas siempre había un motivo para la broma y el canto.

  Disfrutaba de esos momentos y me deleitaba escuchando sus canciones y cuando había un oficial que me pudiera suplir en el puente de mando trataba de quedarme en cubierta trabajando con ellos. Una vez llegados a puerto éramos un grupo bullanguero y alegre que rondaba por los bares

Mala suerte acostarse con fenicias, yo me acosté con una en Cádiz bellísima, zapatos verdes, cabellera rojiza, piel muy suave, piel de tiza.

  Cuando en la mar, los marineros de cubierta podían tomarse un respiro, bajaban a la planta de proceso a ayudar a los operarios, a quienes sorprendían por la eficiencia que mostraban y por la calidad de su trabajo. No tenían reparo en meterse al pozo con pescado hasta el cuello, ni temían a las hojas de sierra cuando el buque rolaba empujándolos peligrosamente hacia ellas.

Si en la planta el nivel de agua era mucho, sin necesidad de directivas encendían los achiques y cuidaban a los inexpertos operarios de planta que hacían su primer viaje y los llamaban “pasajeros”.  Aprendiendo el oficio había veces que yo me sentía como lpasajero, un invasor en un mundo que tenía dueños.

  Los marineros pescadores españoles observaban atentos cómo yo actuaba en las maniobras. Me estaban juzgando, querían saber si era merecedor de su respeto, por algo más que ostentar un título. Esa sensación de estar siempre bajo observación, analizado y calificado me obligaba a aceptar el mayor desafío, ser uno más de ellos.

  Al llegar a la Patagonia Argentina, finalmente cambiamos de bandera y habilitamos la tripulación de acuerdo con las leyes locales. En el nuevo listado de tripulación, Miguel se registraría como primer pescador y Ángel como cocinero.

   Ambas funciones son fundamentales en un barco de este tipo, el primer pescador debe asegurar que todo funcione bien durante la delicada maniobra de largar y virar las maniobras de pesca, conducir a la marinería de cubierta y mantener las redes en condiciones.

  El cocinero debe garantizar una tripulación contenta y bien alimentada, listos a toda hora para el trabajo duro. Un buen cocinero se siente orgulloso cuando ve a la marinería devorando con avidez y fruición el alimento que él ha preparado. La comida debe estar caliente en todo momento aun fuera de los horarios normales de cocina. Durante la noche los refuerzos deben estar disponibles, teniendo en cuenta que a bordo se trabaja las veinticuatro horas. Para eso Ángel tenía un ayudante de cocina y un ranchero, a quienes conducía con mano firme. Pero nadie lo igualaba en la preparación de sus arrossejat y los suquet de morralla aprovechando la pesca del día. También le tocaba administrar la bebida que por cierto era mucha, por convenio laboral español para la marinería correspondía un litro de vino diario.

Cuando al marinero le dan de beber, o esta jodido o lo van a joder.

   En Bahía Gregorio, costa de la Provincia de Chubut mediante una maniobra muy expuesta y peligrosa, salvamos a la tripulación de otro pesquero, y también al barco que tripulaban que estaba encallado en las rocas. La gente del barco siniestrado había perdido la cordura, a punto tal que algunos se tiraban al agua sin saber que su destino sería la muerte. La corriente de bajante tiraba con fuerza hacia afuera de la Bahía a mar abierto.

  Lo importante no fue el dinero que ganamos por salvar el barco y su carga, lo trascendente fue que no hubo que lamentar muertos. El dinero nos vino bien. Cuando llevamos el barco a Buenos Aires, Miguel y Ángel se compraron dos elegantes gamulanes con cuello de piel.

La buena acción si se acompaña de buena paga, mucho mejor.

   Con el correr del tiempo, se afianzó mi amistad con los hermanos. Una agradable tarde, cuando la actividad había finalizado, nos sentamos los tres sobre unos carreteles de madera de los que se usan para enrollar los cables y que se dejan en cubierta. Miguel comenzó a hablarme de su mujer que estaba esperándole en España, en el puerto de Mazarrón. Ángel, con expresión de tristeza y melancolía me dio a entender que lo que fue felicidad para uno, fue frustración para el otro. Ambos se habían enamorado de la misma mujer y ella debió elegir. El perdedor tragó amargo, pero nunca guardó rencor o envidia hacia su hermano ni a su bella mujer. Aceptó la forma como rodaron los dados en el paño de la vida, con resignación.

  La españolita era quizás una de las mujeres más hermosas del puerto de Mazarrón y todos los marinos la ambicionaban. Se llamaba María del Pilar y le decían La Pilarica.

Después de un año de no ver tierra, me fui al puerto donde se hallaba la que adoraba mi corazón….

Miguel la describió cantando:

¡Cuando en la playa la bella Pili moviéndose va, los marineros se vuelven locos y hasta el piloto pierde el compás, Ay que placer sentía yo cuando se sacó el pañuelo y me saludó!,

Luego después, se acercó a mí, me dio un abrazo y en aquel lazo creí morir.

Fue esta historia el máximo acercamiento que me permitieron los dos pescadores a sus vidas privadas. El resto de mi curiosidad debí cubrirlo con imaginación.

  Pasó el tiempo y a fines de 1981 me ofrecieron desembarcar por un tiempo para reemplazar al capitán de armamento. Si bien la paga era buena, constituía un monto fijo y no el producto de mi fortuna en el mar con la pesca.   De todo modo la propuesta fue atractiva, dado que a mí también me había tocado el momento de enamorarme y para mi desventura, mi amada también era tripulante, pero de una aeronave, no de un barco, así que el poder encontrarnos en mis entradas a puerto más tenía que ver con la buena suerte que con nuestras intenciones.

  Tomada la decisión de cambiar por un tiempo de vida, en la próxima entrada a puerto armé mi equipaje, que no era mucho, me despedí de mi gente y desembarqué. Mi hubiera gustado poder darles un abrazo a Miguel y a Angel porque los apreciaba, pero para ellos no estaba bien visto esa familiaridad entre marinos de diferente rango, así que lo deseché y nos apretamos muy fuerte las manos.

Después siempre me las arreglaba para estar en Puerto cuando arribaba el que había sido mi barco. Era entonces cuando Ángel me invitaba a comer a la camareta de maestranza junto a Miguel y otros compañeros de a bordo. Ese día el suquet de morhala se hacía con los mejores pescados que habían caído al pozo de pesca durante el viaje y que celosamente habían congelado o salado para mantenerlos comestibles. Si bien la paella era cosa de valencianos, con la verdura fresca que llegaba con las provisiones era muy común que se preparara alguna de las tantas variantes españolas, rebosante de mariscos. También las merluzas australes iban a terminar cocidas a la espalda o a la sal. Un verdadero festín. Aquel refrán: de la mar el mero y de la tierra el carnero, no se cumplía en estas latitudes sureñas, donde competían la centolla y los langostinos con las merluzas negras y los bacalaos australes.

   Y así, entre pesca y puertos llegó el 2 de abril, fecha de la recuperación de las Islas Malvinas.

  Esos días se respiraba un ambiente triunfalista y eran comunes los festejos. En la mentalidad de muchos argentinos sentíamos que habíamos recuperado parte de nuestra historia e identidad, y no había quien no quisiera estar en las islas, pero pocos eran los llamados. Yo fui uno de los desafortunados que no pudieron ir pese a haberme presentado como voluntario.

  Pero si lo hizo el pesquero en el cual estaban embarcados Ángel y Miguel, con la finalidad de usarlo como cobertura en superficie de los submarinos que iban a patrullar las islas. El dueño de la empresa aceptó el pedido de la Armada. Reunimos a la tripulación y les informamos que iban a navegar en aguas que los ingleses habían restringido a los barcos argentinos y que existían riesgos importantes de ser hundidos por más de que no estuvieran armados. Su sola presencia podría ser causa del ataque de los ingleses. Quienes no quisieran seguir a bordo estaban en su derecho de desembarcar, con mayor razón los extranjeros. Además de Angel y Miguel, a bordo prestaban servicio, un japonés, un ruso y un portugués.

  Me emocionó que los tripulantes del pesquero, desde el capitán hasta el último engrasador, fueran o no argentinos decidieran seguir a bordo. Yo pensaba que era lógico que los argentinos jugaran esa patriada, pero para los extranjeros esta guerra les era ajena, y me costaba entender que, para ellos, ese era su barco y no lo abandonarían.

   Zarparon veintiséis bravos marinos y un oficial de la Armada que era quien conocía la misión militar. Lo hicieron en la marea de la noche. Yo estaba en el muelle despidiéndolos. En la borda de la cubierta de pesca vislumbré la silueta de mis dos amigos españoles, recortada en la penumbra del puerto.

  Miguel me gritó: no se preocupe Capi, todo va a andar bien. Yo sentía la angustia del mal presentimiento, pero no podía ni debía transmitirla. Así qué a gritos, les dije: al regreso asado de cordero y pasajes para España, que allá los extrañan ¡Que así sea y gracias capi!, fue lo último que escuché cuando el barco como una sombra se apartaba del muelle pivoteando con la corriente de marea y apuntando a la boca de la ría. Dos lagrimones corrieron por mi mejilla y recé por todos ellos.

    Finalizaba mayo cuando el pesquero fue detectado a cincuenta millas de la capital de las islas por dos aviones ingleses. Como no lo reconocieron como buque propio, sin más procedieron a ametrallarlo. Al menos doscientos tiros atravesaron la chapa del pesquero que indefenso no podía repeler el ataque.

  Dado que los aviones portaban bombas y debían desprenderse de ellas para poder aterrizar en su portaaviones base, decidieron que el pesquero era un buen blanco para ese objetivo y las lanzaron sobre nuestra infortunada nave. La primera erró el blanco y se hundió en el mar sin explotar. La segunda estalló en las proximidades y destrozó la banda de babor del pesquero y parte de la cubierta de pesca donde estaba Miguel.

   A bordo todo era humo y confusión, recogían a los heridos que estaban en los camarotes de babor y tardaron en darse cuenta de que Miguel estaba tirado en cubierta con su cuerpo casi irreconocible por el destrozo provocado por la explosión.  A Ángel el ataque lo había sorprendido en la cocina, y pensando en su hermano Miguel corrió desesperado a abrazarlo con la esperanza de encontrarlo vivo, pero ya era tarde. Y así abrazado fue encontrado por los infantes de marina ingleses que habían embarcado en el pesquero desde helicópteros.

  El buque se hundía y era perentorio recoger a los sobrevivientes vía aérea porque las balsas salvavidas habían sido destruidas en el ataque de los aviones. A los ingleses que habían abordado el pesquero, les costó desprender a Ángel del cuerpo de Miguel, romper ese abrazo de despedida interminable. Finalmente lograron embarcarlo en el helicóptero y los restos de Miguel se hundieron con el barco.

   Desde la aeronave, Ángel miraba con tristeza y dolor, como se hundía su barco y arrastraba los restos de su hermano. Los trasladaron a un buque transporte donde permanecieron cautivos hasta que finalizó la guerra.

   Repatriados en un buque hospital, llegaron días después de la derrota a puerto en la Patagonia, donde los fui a esperar para hacerme cargo de enviar a los argentinos a sus hogares, y al cocinero le preparé el viaje a España. Lo acompañé en silencio al aeropuerto de Ezeiza. Ángel me relató la historia del hundimiento entre sollozos, y yo no pregunté más de lo que quiso contar. Llegado el momento nos despedimos, supe que no iba a regresar, algo se había roto en su alma.

  Cuando llegó a su pueblo, lo primero que hizo Ángel fue buscar a la Pilar quien ya estaba enterada de la pérdida de su marido. La encontró en la playa. La Pilarica no fue a él a quien vio, sino a Miguel y con los brazos abiertos corrió desesperadamente a fundirse en un abrazo con su amor.

La españolita se sintió sola y quiso morir.

No llores Pili, no llores no

Que no estás sola y en la mar no te has de ahogar

Que Miguel del cielo tú alma va a cuidar

Evalúan reclutas del stock bonaerense – norpatagónico del calamar argentino

Sitio de Internet – Infopuerto – Mar del Plata

El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) inició la campaña de evaluación de reclutas del stock bonaerense-norpatagónico del calamar argentino a bordo del Buque de Investigación Pesquera Oceanográfica, Víctor Angelescu.

Los objetivos principales del presente crucero científico son confirmar la distribución y áreas de concentración del stock bonaerense-norpatagónico del calamar argentino; estimar la biomasa y abundancia de dicho stock por el método de área barrida y confirmar la presencia de juveniles del stock desovante de primavera de la especie, su localización y abundancia relativa.

A lo largo de 26 días los investigadores y técnicos también obtendrán muestras biológicas de calamares para estudiar sus características poblacionales; caracterizarán los estadios ontogenéticos y abundancia de la comunidad íctica de la región y medirán parámetros ambientales como temperatura y salinidad para elaborar un diagnóstico oceanográfico del área investigada y así estudiar su relación con la distribución y abundancia del stock bonaerense-norpatagónico.

Cabe destacar que el área total de investigación es la comprendida entre los paralelos de 37°S y 44°S, y las isobatas de 80 y 500 m y que la primera campaña de esta serie se llevó a cabo en el año 1996, siendo su realización fundamental para obtener una estimación del reclutamiento del stock que luego permitirá un seguimiento adecuado de su evolución durante la temporada de pesca.

Trump impone tarifa plana del 10% para aranceles de importación y de allí para arriba según la región

Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata

En un proceso que el propio presidente de los Estados Unidos de América busca para volver hacer rico a su país, el proteccionismo comienza a ser la forma que moldea a su mandato.

El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de un arancel mínimo del 10% a las importaciones extranjeras sacudió los titulares de los principales diarios del mundo. La medida, que afecta a 185 países, con gravámenes diferenciados del 34% para productos chinos y del 20% para los europeos, ha generado un aluvión de reacciones en la prensa internacional, pero sobre todo con alto impacto en los mercados financieros que adelantaron su visión negativa en las primeras reacciones.

El desplome del 7% en la cotización del barril de petróleo, que cerró ayer en un mínimo de 69,47 dólares, y por estas horas rozando los 67 dólares a primeros minutos de la apertura, -un nivel no registrado desde el primer cuatrimestre de 2021-, ha sacudido con fuerza los cimientos de los mercados financieros y es la primera manifestación del enfriamiento de la economía mundial. Este brusco retroceso no es un fenómeno aislado, sino un reflejo del creciente escepticismo del sector productivo que, ante la incertidumbre económica y la falta de incentivos, producto de las decisiones en materia arancelaria del presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, generó una espantada de precios a la baja en los principales mercados del mundo con agravantes de gran impacto en el comercio internacional.

El petróleo no es solo una materia prima: es la savia y vehículo conductor energetico que impulsa la maquinaria global de los negocios. Su caída abrupta es una señal inequívoca de que la demanda energética se enfría, indicando una desaceleración industrial que coquetea con la recesión. La apatía por la producción y la retracción del consumo configuran un escenario de inactividad preocupante para el comercio internacional de bienes, servicios y materias primas.

En este contexto, la liquidez se vislumbra como el activo más codiciado. La preservación del capital se convierte en la premisa dominante en un mercado donde el temor a un ciclo económico recesivo se consolida. Los operadores, en un reflejo de prudencia extrema, han adoptado una postura marcadamente bajista, acentuando la presión sobre los activos de riesgo y reforzando la tendencia retractiva que dominó la jornada de ayer pero que es tendencia desde hace algunas semanas cuando Trump, había manifestado la idea de “Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser rico”, sin mediar las consecuencias que implican para el mundo del comercio mundial.

En 2024, en materia pesquera, Argentina exportó a Estados Unidos aproximadamente 30.331 toneladas de pescados y mariscos, con un valor total de 207,4 millones de dólares. Estas cifras representan el 10,3% del valor total de las exportaciones pesqueras argentinas para ese año, consolidando a Estados Unidos como el tercer mercado más importante para estos productos, después de España y China por eso la gravedad de las medidas implementadas con su impacto en las empresas del complejo pesquero argentino.

Estados Unidos: El eco del proteccionismo

En su país, los principales medios reflejaron el impacto de la decisión con tonos diversos. The New York Times encabezó su edición con una imagen de Trump de espaldas durante su conferencia de prensa en la Casa Blanca, titulando: «Trump lanza un nuevo y vasto arsenal de tarifas globales«, mientras que en su bajada enfatizó: «Dice que restablecerá la justicia mientras ataca a adversarios y aliados«.

Por su parte, The Washington Post optó por la claridad informativa: «Trump ordena una tarifa de 10% para todas las importaciones«, acompañando su portada con una fotografía del mandatario sosteniendo gráficos explicativos de su política comercial.

En la misma línea, el influyente The Wall Street Journal, especializado en economía y negocios, mostró al presidente con una lista de países y tasas arancelarias en sus manos, titulando: «Trump impone aranceles generales a las importaciones«. Su análisis fue contundente: «Con el nuevo régimen comercial, Estados Unidos pretende terminar con la era de la globalización«.

Europa: Indignación y advertencias

En el Reino Unido, The Economist reaccionó con ironía y una portada de alto impacto: sobre un fondo amarillo, la revista tituló «Día de la ruina«, en referencia al discurso triunfalista de Trump. Con una caricatura del mandatario serruchando las fronteras de su propio país, alertó sobre el impacto global de esta decisión. The Times informó con un enfoque sobrio: «Trump aumenta los aranceles«, resaltando que «las importaciones británicas fueron golpeadas con la tarifa básica del 10%«, mientras que The Guardian fue más enfático: «Trump golpea al Reino Unido con aranceles de 10% mientras Estados Unidos desata una guerra comercial global«.

En España, El Mundo publicó: «Trump desata una vorágine de aranceles contra el orden global«, argumentando que «liquida el sistema mundial de colaboración de los últimos 80 años«. Por su parte, El País fue más directo: «Trump detona la guerra comercial» y calificó su política como «un muro proteccionista«.

En Francia, Le Figaro colocó en su portada: «Guerra comercial: el mundo en shock», mientras que, en Italia, La Repubblica tituló: «Aranceles, el golpe de Trump«, describiéndolo como una «declaración de guerra» al comercio internacional.

Latinoamérica y Asia: Expectativa y preocupación

En Brasil, O Globo sostuvo que Trump «rediseñó el orden del comercio global» y destacó que el arancel del 10% afectará a la economía del país, al igual que a Argentina. Folha de S.Paulo subrayó: «Trump graba a Brasil en 10% e intensifica la guerra comercial con China y Europa».

Mientras tanto, en Asia, The Times of India abordó la noticia en un recuadro destacado en su edición digital, mientras que The Japan Times profundizó en el impacto regional con un artículo titulado: «Japón tiene algunas cartas que jugar en la guerra comercial «.

Tensión comercial: Gerardo Werthein se reúne con el representante comercial de EE.UU. tras el alza de aranceles de Donald Trump

En un contexto de creciente tensión comercial, el canciller argentino, Gerardo Werthein, mantendrá hoy un encuentro clave con el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer. La cita, prevista desde la semana pasada, adquiere una relevancia especial tras la reciente decisión del presidente Donald Trump de incrementar los aranceles a productos de diversas economías, incluida Argentina.

La reunión se celebrará en la sede de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y tiene como principal objetivo explorar mecanismos que permitan atenuar el impacto de esta medida en las exportaciones argentinas. Desde el Palacio San Martín, confían en que el diálogo con la administración estadounidense pueda derivar en excepciones para determinados productos nacionales, en línea con los principios de cooperación bilateral que ambas naciones sostienen.

Una gira estratégica en Washington

La visita de Werthein a la capital estadounidense se inscribe dentro de una agenda de alto perfil, que también incluyó una reunión con el secretario de Estado, Marco Rubio. En dicho encuentro, celebrado en el séptimo piso del edificio Harry S. Truman, ambos funcionarios abordaron no solo cuestiones económicas, sino también la necesidad de fortalecer la lucha contra los regímenes autoritarios en la región, con énfasis en las situaciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En el plano financiero, la delegación argentina buscará consolidar el respaldo de Washington en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de asegurar un mayor desembolso inicial dentro del programa de asistencia vigente. La administración de Javier Milei considera que este apoyo es fundamental para sostener la estabilidad macroeconómica y avanzar en su ambicioso plan de reformas estructurales.

La postura del gobierno argentino ante la suba de aranceles

Pese a la adversidad que supone la política arancelaria de la Casa Blanca, el gobierno de Milei evitó adoptar un tono confrontativo. En conferencia de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, relativizó el impacto de la medida al afirmar que Argentina se encuentra en una situación más favorable que otras economías afectadas. “Cuando uno observa la tabla de aranceles impuesta a otros países, queda claro que no hemos sido perjudicados en términos comparativos”, sostuvo el funcionario.

A pesar de la afinidad ideológica entre los presidentes Milei y Trump, Argentina fue alcanzada por el gravamen del 10%, un nivel equiparable al aplicado a países con posturas más críticas hacia la administración republicana, como Brasil, Chile o Colombia. No obstante, el Ejecutivo argentino mantiene su aspiración de negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos, lo que permitiría mitigar los efectos de la reciente escalada proteccionista.

Con un escenario comercial global en plena transformación y las relaciones bilaterales en una fase delicada, la reunión entre Werthein y Greer se perfila como un punto de inflexión en la estrategia argentina para preservar su acceso al mercado estadounidense. El desenlace de este encuentro podría definir no solo el futuro inmediato de las exportaciones nacionales, sino también la orientación de la diplomacia económica del país en los meses venideros.

Un nuevo paradigma económico

La medida de Trump no solo reconfigura el tablero del comercio internacional, sino que también intensifica las tensiones geopolíticas. Con la implementación de estos aranceles, el mundo asiste a una transformación radical de las reglas del juego económico, donde la incertidumbre y el proteccionismo parecen marcar el nuevo horizonte de la economía global, en medio de esto, Argentina y la pesca intentan ser más competitivos, sin dudas estas medidas alejan la línea de llegada e impulsan aún más la idea de ser más eficientes en el manejo de costos y tributos para lograr la ansiada competitividad, que por ahora se la ve cada día más lejos.

El panorama es sombrío, alarmante en el marco del comercio internacional y la preocupación por el impacto en la salud de las empresas comienza a verse con algunos mecanismos preventivos de rescate para grupos económicos que hace algunos meses hubiese sido impensado. La realidad del mercado y su impacto se palpará en breve, -tal como lo habíamos anticipado hace mucho tiempo-, después de semana santa, donde el frío del invierno puede repercutir aún más en las alicaídas arcas del sector pesquero. Grave para el empleo, el desarrollo y la generación de riqueza que retroalimenta a la actividad.