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El trabajo explica que uno de cada cinco filets se trata de especies más baratas y que se encuentran en peligro de extinción.
CientÃficos marplatenses publicaron un trabajo donde demuestran que uno de cada cinco filets de pescado comercializados en la costa bonaerense no es lo que indica su etiqueta. Sino que se venden especies más baratas como productos de mayor valor y la mayorÃa de las sustituciones involucran especies amenazadas de extinción.
Investigadores que participaron del relevamiento encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor, a lo largo de la costa atlántica bonaerense, no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. Estos resultados fueron publicados recientemente por los investigadores en la revista cientÃfica internacional Fisheries Research.
El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayorÃa de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Filets etiquetados como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo, consistÃan en realidad de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta, respectivamente; todas estas de menor precio que las especies que figuraban en la etiqueta. Aunque en una proporción mucho menor, se observaron casos de mal- etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.
El trabajo de investigación estuvo a cargo de Gabriela Delpiani, MatÃas Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer y Juan MartÃn DÃaz de Astarloa del Instituto de Investigaciones marinas y Costeras (IIMyC- Conicet, Unmdp) y Luis Lucifora del Instituto Nacional de LimnologÃa (Inali-Conicet, UNL).
Hasta hace unos años, era imposible determinar la especie de la que proviene un producto pesquero del que se han retirado todas las caracterÃsticas morfológicas útiles para diagnosticar una especie, como un filet de pescado. Actualmente, la técnica conocida como âcódigo de barras genéticoâ permite identificar con precisión la especie de la que proviene una muestra de identidad desconocida. Esta técnica se basa en determinar en la muestra, la secuencia de un gen que varÃa entre especies, y compararlo con las secuencias provenientes de muestras ya conocidas.
âEn este trabajo aplicamos la técnica del código de barras genético para establecer de qué especie provienen los filets vendidos en las pescaderÃas de la costa atlántica y si se corresponden con lo que a la gente le dicen que le están vendiendoâ, explicó Gabriela Delpiani, quien lideró el trabajo.
Los investigadores analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta BahÃa Blanca, área de mayor desembarque pesquero del paÃs. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. Mientras que en Mar del Plata las tazas de reemplazo fueron de un 25% y en Necochea de un 28%.
Cabe destacar que el atún fue una de las especies más sustituidas. Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usadas en más del 60%.
âEs preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos peces tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentinaâ, subrayó Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.
Finalmente, los resultados de esta investigación señalan la necesidad de estandarizar los nombres de productos pesqueros en Argentina. âLas autoridades correspondientes deberÃan hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros y controlar que se use. Estas listas, empleadas en muchos paÃses, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comerciosâ, cerró Delpiani.