Diario del Fin del Mundo – Ushuaia
ste día, se difunde la sentencia adoptada por el Tribunal Supremo de España condenando a un armador gallego por comercializar pesca ilegal en la Antártida.
“El fallo impone una pena de un año y ocho meses de cárcel para Manuel Antonio Vidal Pego por un delito de estafa, además de una multa de ocho meses a razón de 15 euros diarios” y una indemnización de “más de dos millones de euros a una empresa portuaria de Las Palmas de Gran Canaria por venderle de manera fraudulenta 242 kilos de róbalo (bacalao de profundidad o merluza negra). La sentencia, dictada por (…) la Audiencia Provincial de Las Palmas, ha sido confirmada ahora por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS)” (Diario de Las Palmas).
Según la sentencia, “una patrullera australiana avistó al buque pesquero ‘Hammer’, propiedad de Antonio Vidal, mientras faenaba en la zona protegida del Convenio para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida, pero el armador cambió la nacionalidad del barco y entabló conversaciones para la venta de la mercancía capturada de forma ilegal”.
“Los 242 kilos de róbalo fueron confiscados (…) por las autoridades coreanas, pero el acusado «ocultó» esa información (…) cerró la operación (…) y cobró más de dos millones de dólares”.
La indemnización a la que fue condenada la empresa gallega fue fundada en el concepto de “responsabilidad civil” y “está cifrada en 2,7 millones de dólares (…) hay que añadirle el 10% del lucro cesante, por lo que la indemnización final supera los dos millones de euros” (op.cit.).
“Las aguas de la Antártida son su territorio y el pescado, su tesoro. No tienen bandera. O quizá es más acertado decir que tienen demasiadas. Porque las han ido cambiando para limpiar la actividad que se comete a bordo de sus barcos. El nombre de los Vidal es de sobra conocido (…) en Galicia: el clan familiar ha amasado una fortuna con la pesca ilegal de la merluza negra en aguas australes. Las asociaciones ecologistas: “Se amparan en un agujero legal bestial”. Fuentes próximas a la investigación: “También blanqueaban dinero”. Y los Vidal, silencio. Nunca han hablado ante los medios (…) la empresa Vidal Armadores S.A., fundada en 1996. Y su trayectoria se dibuja en un camino de obstáculos, conflictos diplomáticos y toneladas de pescado, con el que han fraguado un patrimonio próximo a los 90 millones de euros” (El Español. Madrid, 30/3/2017).