Descartan que la pesca de merluza negra haya sido incidental

Diario del Fin del Mundo – Ushuaia

El director del INIDEP aportó información de lo sucedido con el buque Tai AN, de la empresa fueguina Prodesur, que, pese a no contar con el permiso, capturó más de 170 toneladas de merluza negra. Negó que su pesca haya sido accidental, sino dirigida.

El reciente incidente de pesca ilegal de merluza negra por parte del buque Tai AN, operado por la empresa Prodesur, generó preocupación en la comunidad científica y pesquera. El director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), Otto Wöhler, proporcionó información detallada sobre el evento, despejando dudas y destacando la gravedad del mismo.

Según Wöhler, la captura de más de 170 toneladas de merluza negra por el Tai AN no fue incidental, como se había especulado inicialmente, sino que fue resultado de una pesca dirigida y deliberada. En sus propias palabras, «circuló información de todo tipo, falsa, bien intencionada y mal intencionada. Lo cierto es que el buque Tai An pescó a partir del 4 de febrero pasado, en una marea, 175 toneladas de merluza negra. La gran mayoría de manera ilegal, porque pescó en un área que no estaba permitido utilizar red de arrastre de fondo y a una profundidad que no está permitida operar para ningún buque dirigido a merluza negra. Está claro que se trató de una pesca ilegal”.

El director del INIDEP descartó la posibilidad de que la captura fuera accidental, basándose en un análisis detallado de los datos disponibles. Explicó que el buque realizó seis lances de pesca en áreas donde se sabía que había presencia de merluza negra, infringiendo las regulaciones establecidas para proteger esta especie vulnerable: «Captura incidental o accidental, eso lo descartamos de plano. Esa captura de merluza negra correspondió a seis lances de pesca. El buque estuvo operando sobre polaca y merluza de cola, que son las dos especies objetivo que tiene esa embarcación, por fuera de la zona de protección de juveniles de merluza negra. Sin embargo, cada cinco o seis días ingresó seis veces a un área donde sí existe merluza negra y donde existen muchos juveniles, donde nunca debió haber operado con redes de arrastre de fondo».

Wöhler también enfatizó la importancia de proteger la merluza negra debido a su longevidad, baja biomasa y alta susceptibilidad a la sobrepesca. Aclaró que, si bien no está al borde de la extinción, es una especie protegida que requiere regulaciones estrictas para garantizar su explotación sostenible. «Es una especie muy longeva, que no tiene una gran biomasa y que es muy susceptible a la sobrepesca. Por eso se la debe proteger más que a otros recursos que tienen una mayor productividad» se explayó.

En cuanto al control y fiscalización, aseguró que funcionaron correctamente, permitiendo detectar el ilícito y tomar las medidas correspondientes. Concluyó que el caso está cerrado y no requiere una mayor atención. «El control y la fiscalización, funcionó. Se detectó el ilícito y se actuó como correspondía. Es un asunto ya terminado, no da lugar a seguir en esta temática”, afirmó finalmente Otto Wöhler.

Según se desprende del informe del INIDEP, la visión clara de la situación subraya la necesidad de cumplir con las regulaciones pesqueras para proteger los recursos marinos y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

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