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Nelson Saldivia
De origen sindical y con más de una década siendo un referente gremial de peso en Santa Cruz, el gobernador Claudio Vidal, cuestionó el accionar y prácticas de sindicatos portuarios y pesqueros de la localidad de Puerto Deseado.
“Así no se puede seguir. Lo siento en el alma, pero hay cuestiones que no se pueden permitir más. No podemos seguir fracasando. Son muchos años de conflictos permanentes. Hay cosas que son totalmente inexplicables. Me considero un trabajador y hoy cumplo una función importante, pero sigo siendo trabajador. Y hay cosas que no vamos a tolerar, como el apriete o la extorsión, ni la falta de respeto”, manifestó Vidal tras mantener un encuentro en la capital santacruceña con representantes de CAPIP y CAPeCA, cámaras que nuclean a las diferentes empresas pesqueras con radicaciones industriales en esa provincia patagónica.
El hartazgo expresado por el mandatario obedece al descontrol que se ha venido suscitando en el puerto deseadense en los últimos años, con un permanente clima hostil, que ha obligado a que varias armadoras hayan comenzado a evaluar una reconfiguración de sus inversiones.
Descargar un barco en Puerto Deseado es mucho menos eficiente que en cualquier otro puerto, eso es algo que está sobradamente corroborado. En el último año, los estibadores portuarios de esa localidad bloquearon las exportaciones en varias oportunidades, al punto que entraron buques portacontenedores y se fueron vacíos o los dejaron en rada casi doce días, al punto que las compañías navieras califican a Deseado como un ‘puerto sucio’ y desalienta cualquier ruta marítima.
Ese escenario lo leyó con claridad el gobernador Claudio Vidal que parece estar dispuesto a ‘ponerle el cascabel al gato’, según reza la frase proverbial. Este miércoles tras reunirse con las empresas pesqueras que tienen inversiones en Santa Cruz, el mandatario no escatimó esfuerzos en transmitir que adoptará medidas para ordenar el puerto de Puerto Deseado.
NO ES POR ACÁ
“Hay ciertas conductas que no van más en la práctica sindical. Hoy cumplo la función de gobernar esta provincia y durante diez años fui sindicalista y hoy vemos algunas actitudes que no logro comprender y ese esquema de conflictividad permanente no es el camino”, afirmó el sucesor de Alicia Kirchner, en cuyo mandato el puerto deseadense fue tierra de nadie.
“El camino del apriete y la extorsión de cinco o diez individuos no nos van a frenar para que esta actividad funcione. Desde el Gobierno vamos a impulsar un convenio colectivo de trabajo, normas de convivencia claras, pero todo tipo de conductas que no contribuyan a poder sacar esta actividad adelante no va a ser acompañada por este Gobernador”, dijo en un inequívoco mensaje a la dirigencia del sindicato provincial de la estiba.
FIN A DÉCADAS DE KIRCHNERISMO
“Hemos tomado la decisión de poner medidas mucho más drásticas en el puerto de Puerto Deseado a partir de los próximos días. Estamos solicitando que la fuerza de seguridad de la provincia también tome cartas en el asunto; vamos a trabajar en conjunto con la Prefectura Naval”, anticipó el Gobernador santacruceño al tiempo de precisar: “No se pueden seguir tolerando los robos, los saqueos. No se puede seguir tolerando que se violen todas las normas de seguridad. Todo lo que ha venido pasando durante estos últimos años es porque no se tomó una decisión política”, analizó al cuestionar décadas de administración en manos del kirchnerismo.
APLICARÁ CONTROLES DE ALCOHOL Y DROGAS
El referente de los petroleros, actual gobernador de Santa Cruz, avisó que pondrá fin a determinadas prácticas sindicales en Puerto Deseado, y comparativamente puso de ejemplo a Caleta Paula, donde se bajó la conflictividad y la operatoria portuaria y pesquera se dinamizaron.
“Muchos de los barcos que estaban por entrar días atrás, pegaron la vuelta por la amenaza de un nuevo corte de ruta. Estas son las conductas que no nos podemos seguir permitiendo. No estoy de acuerdo en seguir acompañando a un grupo de individuos que no representan a la totalidad y hoy están yendo en contra de una actividad que la necesita toda la comunidad de Puerto Deseado”, enfatizó.
Vidal, sin medias tintas, envió un mensaje a sus pares, los sindicalistas portuarios: “Hay prácticas que estuvieron mal durante muchos años y se van a terminar. Que entiendan que se terminó. Así no funciona más. Hay normas de convivencia que se tienen que respetar”, clarificó al tiempo de anunciar públicamente que aplicará severos controles en ese puerto provincial: “Que entiendan que se terminó. No alcohol, no sustancias tóxicas, no se puede robar, no se puede saquear y hay que trabajar. Estas normas de convivencia las vamos a hacer respetar en el puerto de Puerto Deseado y las aplicaremos con absoluta firmeza”, concluyó.