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Nelson Saldivia
El Consejo Portuario Argentino (CPA) renovó sus autoridades y en un hecho sin precedentes la casi totalidad de los cargos de la comisión directiva quedaron para representantes de puertos de la provincia de Buenos Aires, dejando al margen al resto de las provincias.
La presidencia quedó en manos de José María Lojo del Consorcio Portuario de La Plata, quien responde directamente al gobernador Axel Kicillof, la vicepresidencia la ocupa Roberto Murcia, director del Puerto de Tierra del Fuego; Secretaria: Carla Monrabal del Puerto de Dock Sud, quien estaba al frente del CPA hasta ahora; Prosecretario: Marcos Gutiérrez del puerto de Mar del Plata; Tesorera: Cecilia Comerio del puerto de San Nicolás; Protesorero: Jimena López del puerto de Quequén, y los vocales Miguel Cavalli del puerto de Dock Sud, Santiago Mandolesi del puerto de Bahía Blanca y Diego Piñero de Puerto Rosales.
Se trató de una movida política del kirchnerismo. En principio se intentó diseñar una comisión directiva federal donde los puertos de todas las regiones del país estuvieran representados, pero esa idea se encontró con la resistencia de la provincia de Buenos Aires.
La Comisión Directiva del Consejo Portuario Argentino (CPA) colonizada por puertos bonaerenses
Todos los cargos de la comisión directiva del Consejo Portuario Argentino quedaron en manos de puertos bonaerenses designados por el gobierno de Axel Kicillof, que pidió el apoyo del gobernador fueguino Gustavo Melella para contar con el voto de esa provincia, y le cedieron la vicepresidencia.
Había otra propuesta federal donde se contenía a todas las regiones y se proponía que la titularidad quedara en manos de la Administración General de Puertos (AGP).
Ahora se da el caso que el CPA no tiene en su comisión a nadie que represente al puerto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y gran parte de las provincias patagónicas fueron ninguneadas, como así también los puertos de Formosa y Santa Fe.
Ante la maniobra orquestada por el kirchnerismo, desde diferentes puertos como los de Rosario y Santa Fe estarían propiciando la renuncia masiva de los puertos excluidos al Consejo Portuario Argentino. Es decir, analizan dar un portazo e irse de la entidad, lo que lo dejaría muy debilitado institucionalmente, carente de representatividad y reducido a un sello de goma.