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A pesar de la falta de energía eléctrica, los trabajadores siguen a la espera de certezas sobre sus salarios y sus fuentes laborales.
Esta semana se cumplió un mes desde el inicio de la toma en el frigorífico Gaveteco, solo uno de los últimos capítulos de un conflicto que se arrastra hace meses y que tiene a centenares de trabajadores en la incertidumbre total respecto a los salarios adeudados y sus fuentes laborales: esperan “un milagro”.
Desde el 10 de agosto que los obreros registrados y no registrados que procesaban pescado desde hace años para la empresaria asiática Ki Soo Yoo -alias “Estrella”- mantienen una permanencia pacífica en las instalaciones de 12 de Octubre y Valentini, una de las dos plantas de la firma.
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Es que el conflicto también se extiende a las instalaciones de la fasonera “San Francisco”, en Ayolas y Santa Cecilia, donde funcionaba una cooperativa que hace años fue disuelta pero sus trabajadores siguieron trabajando en condiciones de total precariedad laboral: cortaban el pescado que luego era procesado también por el frigorífico para su exportación.
Fue por eso que en unidad y con el acompañamiento del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP), los alrededor de 170 empleados decidieron iniciar una toma que los encuentra hace un mes sin más intervención del Ministerio de Trabajo de la Provincia y a la espera -según reconocen fuentes sindicales- de un “milagro”.
Es que la incertidumbre es total por la falta de certezas de la empresaria en torno al enorme espiral de deudas que arrastra y que abarca no solo a los empleados sino también a proveedores de la materia prima.
Incluso, las deudas también llegan a los servicios y por eso la Empresa Distribuidora de Energía Atlántica (EDEA) cortó el suministro luego de permitirle a los trabajadores que vaciaran las cámaras frigoríficas ante el riesgo que implicaba la acumulación de gas amoníaco.
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En ese sentido, actualmente los trabajadores siguen sosteniendo la toma a pesar de la falta de luz: no dejarán las instalaciones hasta que la empresaria reaparezca con sus salarios adeudados y certezas sobre la continuidad laboral.
Mientras tanto, de todos modos, trabajadores dejaron trascender en las últimas horas que por la madrugada incluso hay móviles policiales en inmediaciones del frigorífico que, entienden, están vinculados a la patronal y la ocupación de las instalaciones aunque, a diferencia de lo ocurrido en San Francisco, hasta el momento no se concretó ninguna orden de desalojo.