Diario La Capital de Mar del Plata
La frase quedó en la triste historia de aquellos duros años. “El problema es la merluza”, señalaba el expresidente Fernando De la Rúa, meses antes del estallido del 2001 conocido como “corralito”. Ni las recetas del FMI, ni el 30% de pobreza, ni la desnutrición, el hambre y las cacerolas desesperadas. Para quien fue el Presidente de la Nación durante la crisis del 2001, Fernando De la Rúa, el problema era que “faltaba merluza”. La “lectura” presidencial sucedió en el programa de Susana Giménez, donde dijo que en el país pasaban cosas “inéditas”, a lo que, desconcertada, la dueña de los teléfonos televisivos de los 90 contestó “claro, lo del Senado, lo del vicepresidente”. Pensando que estaban en la misma línea dialéctica de pensamiento, Susana se sorprendió cuando el expresidente de la Alianza le retrucó diciendo “No, quiero decir que se acabará la merluza”, como si ese fuera el principal problema del país en ese momento. Susana solo pudo contestar un atónito “sí”, pero para los argentinos fue un golpe que marcó el alejamiento fatal de la política con la realidad social de los ciudadanos. Dos décadas después, para Mar del Plata, o para miles de trabajadores de esta ciudad, el problema esta vez sí es la merluza…
¿Las aguas bajan turbias o la merluza hubbsi (‘merluccius hubbsi’ en la jerga científica) se ha vuelto inexplicablemente esquiva para la ciudad que la convirtió en estrella de la producción nacional? La segunda parte de la pregunta es obviamente retórica porque no cabe esperar la deslealtad del pez que, con toda nobleza, ha dado trabajo a cientos de miles de marplatenses a lo largo de la historia, muchos millones de divisas al país además de rentabilidad a las empresas. Pero, en el sector, no se presume la misma inocencia de parte de todos los demás actores. De hecho, la merluza hubbsi es la especie soporte de la pesca nacional. Más allá incluso del impetuoso ascenso del langostino, del prestigio de la merluza negra, de los aportes de la merluza de cola o las temporadas del calamar. A todo se le acordó cuota. Pero no a la principal. El Consejo Federal pesquero, en su última reunión del jueves pasado, dejó en ascuas –otra vez más y van…– a todos los gremios y cámaras empresarias que esperaban una definición.
¿Por qué la urgencia? Porque el año se termina y con él también se extinguen las cuotas de pesca asignadas a las empresas. Cabe recordar que fue en 2009 que se asignaron por 15 años. En este diciembre de 2024, esa autorización será pasado y, en consecuencia, el presente es solo la pura incertidumbre. Desde abril de este año, e impulsados por el presidente de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Puertos de la cámara de diputados bonaerense, Gustavo Pulti, los principales actores del sector firmaron un acuerdo, pidiendo al Consejo Federal Pesquero y a la Subsecretaría de Pesca la renovación por 15 años más. “Ni un puesto de trabajo menos, ni una tonelada menos para Mar del Plata” era el título del documento. Las propias empresas, luego, se presentaron en agosto por sí mismas solicitando la renovación. Ahí también ocurrió un hecho nuevo: varios medidos porteños señalaron el pedido de 15 millones de dólares de coimas para tomar la decisión que todo el sector necesita, no solo en Mar del Plata, sino el total nacional.
Días después, fue el propio Pulti quien pidió a la Justicia Federal que investigara la veracidad de las versiones que sonaban fuerte y corrían rápido. Hoy, a poco más de un mes del vencimiento de las cuotas acordadas en 2009, la decisión no se toma por parte del Consejo Federal, todas las posibles inversiones en la industria están diferiéndose y, lo que es aún peor, se consolida la sospecha de que hay actores entre bambalinas que piensan llevar esto a largas. “Hay una mano negra”, ha dicho Pulti. Y le apunta a Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado. “Ellos, este verano que pasó, hace apenas diez meses, querían entregar la Zona Económica Exclusiva al mejor postor: eso decía la ley Bases que se modificó porque Mar del Plata puso el grito en el cielo. Pero todo indica que siguen en lo mismo”, se indicó. Mientras tanto, han empezado a llegar las citaciones de la Justicia Federal a muchos funcionarios públicos y privados para que den testimonio del pedido de coimas. Algunos negarán porque no están dispuestos a confesar, otros negarán por temor a las represalias pero, ¿habrá quien se anime a decir la verdad? 60.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, solo en Mar del Plata, esperan una definición transparente.
Defender el “laburo” marplatense. A todo esto, en las últimas horas, el concejal de Acción Marplatense, Horacio Taccone, exigió al intendente Guillermo Montenegro que intervenga ante el Consejo Federal Pesquero por la demora en la asignación de las cuotas de captura de merluza, que amenaza miles de empleos y la economía de Mar del Plata. Según Taccone, la falta de transparencia en la asignación de cuotas no solo perjudica a las empresas locales, sino que también pone en riesgo la estabilidad económica de miles de familias. “El intendente debe manifestarse. Su silencio es inexplicable ante una situación que afecta directamente al trabajo y la producción de la ciudad”, señaló el concejal. “El intendente es el representante político de la ciudad y debe tomar una postura clara para defender uno de los pilares económicos de Mar del Plata”, afirmó. Se estableció, por otra parte, que la merluza hubbsi con casi 263 mil toneladas fue la que registró los mayores aumentos, subiendo los desembarques en un 12,5% en comparación con 2023 y siendo el puerto de Mar del Plata el que recibió la mayor proporción, llegando a casi 172 mil toneladas, lo que representó un aumento en las descargas del 11,3% respecto de los valores de 2023. Otro puerto que aumentó considerablemente los desembarques fue Caleta Olivia (65%), pasando de 22 mil a 36 mil toneladas. En el resto de los puertos, los desembarques se redujeron bastante, un 22% en Comodoro Rivadavia, un 36% en San Antonio Este y un 32% en San Antonio Oeste; mientras Puerto Madryn se mantuvo estable con alrededor de 25 mil toneladas, según se informó en la revista Puerto.
La prensa española también sigue de cerca lo que está sucediendo con las autoridades pesqueras argentinas. “El miedo que se extiende entre las empresas en Argentina –se lee en El Faro de Vigo– es que la Casa Rosada opte por una prórroga temporal de los derechos de pesca por un año, que no despejaría la incertidumbre a futuro de la actividad ni permitiría la ejecución de inversiones. O que incluso –se añade– los de Javier Milei vuelvan a sacar del cajón la propuesta de subastar internacionalmente las cuotas de merluza, sin tener en cuenta el arraigo y derechos históricos de las compañías”. Esta vía no puede descartarse nunca, creen armadores consultados, sobre todo “teniendo en cuenta que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, “es quien ejecutó en Namibia un proceso equivalente de licitación de cupos de pesca”.