Un naufragio dispara grave denuncia por sobrecarga de buques en Rawson
Sitio de Internet – Parte de Pesca – Mar del Plata
El hundimiento del barco artesanal “Carlillo” en proximidad de Puerto Rawson puso en debate público, el ingreso de barcos excedidos de carga, y es una de las hipótesis que se baraja entre las posibilidades del naufragio, que es materia de investigación.
La primera sospecha la lanzó el secretario de Pesca, Andrés Arbeletche, al indicar que esa embarcación había sido objeto de multas y sanciones por sobrecarga. El propietario de la embarcación Julio César Domínguez contestó y aportó un dato revelador: “Los barcos artesanales están trayendo entre 700 y 750 cajones. No están viniendo con 580”, denunció en declaraciones a Radio Chubut.
El armador dijo estar dispuesto a colaborar con la Justicia y pidió que “investiguen las irregularidades”. “Ya que él dice (por Arbeletche) que mi barco viene con sobrepeso, y me pongo a disposición de la Justicia, que investiguen lo que están trayendo los barcos. Los artesanales están trayendo 700 cajones, no están viniendo con 580 cajones”, lanzó al dar cuenta de una grave irregularidad que estaría acaeciendo en el puerto de la capital de Chubut.
“TENÍAN QUE PAGAR 30.000 DÓLARES”
“La ley dice que un artesanal no puede traer más de 580 cajones, pero hay barcos nuevos que están trayendo más que eso. Ya que él quiere investigar que investigue todo”, insistió en declaraciones radiales.
Tras cartón, ventiló que “hay dueños de barcos, me dijeron, que si ellos querían traer 700 cajones tenían que pagar 30.000 dólares”, sugirió Domínguez sobre el pago de presuntas coimas para burlar la ley.
En este marco, el pescador que acaba de perder su barco en un hundimiento, aseveró: “hoy hay barcos artesanales que están descargando entre 700 y 750 cajones”, al dar cuenta que se estarían cometiendo serias irregularidades en los desembarques en el puerto de Rawson sugiriendo que para descargar ese excedente, los armadores deben pagar una coima de 30 mil dólares. “Si hay que hablar, voy a hablar y si tengo que destapar la olla, la voy a destapar”, desafió Domínguez al volver a insistir que está a disposición de la Justicia.
LA HISTORIA DEL MOZO Y SU PATRÓN
“No tengo ningún problema, ni le tengo miedo a nadie. El permiso no me lo van a sacar, porque eso es lo que están buscando: sacarme el permiso”, denunció públicamente.
Consultado por LU20 a quiénes se refería, Domínguez optó por no dar nombres “por ahora”. “Llegado su momento, si tengo que volver a hablar, lo voy a hacer. Y tengo pruebas de todas las cosas que están pasando. Tengo pruebas que hay gente que se hizo un barco nuevo y para pasar el permiso del barco viejo al barco nuevo tuvo que pagar 100.000 dólares”, hizo público sobre otra presunta irregularidad, rayana a la corrupción, sin mencionar fechas ni nombres.
Con todo, el armador reconoció que durante años se habló en el sector que el permiso de su barco pertenecía a Gustavo González (titular de la CAFACh), que originalmente se lo había dado a un mozo de la Cantina Marcelino, que era hermano de Domínguez, el que posteriormente falleció.
“ME VIENEN PERSIGUIENDO HACE AÑOS”
“Siempre me callé la boca. En el año 2000, los marineros pedimos que nos dieran permisos de pesca. Mi hermano me dijo están dando permisos de pesca y yo presenté toda la documentación. Mi hermano trabajaba con Gustavo González, era su mano derecha, cuando recién arrancó González en la pesca”, relató. “Cuando mi hermano fallece, me llama ‘Quito’ Zorrozua (exdirector de Pesca, también fallecido) y me pregunta qué iba hacer con mi permiso de pesca porque me lo iban a sacar. Ahí me entero que el permiso que estaba en el barco Camila N, estaba a mi nombre, pero lo estaba explotando mi hermano”, dijo el hacer referencia cuando Carlos Domínguez, era mozo, empleado de González.
“El permiso estaba a mi nombre y mi hermano era dueño ‘supuestamente’ del Camila N. Cuando sale todo esto a la luz, me llama González y me dijo que quería seguir trabajando, y le dije que no, que ese permiso estaba a mi nombre y que lo iba a recuperar. Estuve cuatro años para recuperar el permiso. Después me quisieron ‘arreglar’ y yo me puse firme. Me vienen persiguiendo hace años, porque quieren recuperar su permiso, entre comillas, y están haciendo todo esto para seguir ensuciándome”, agregó al brindar detalles reveladores que ponen a la luz cómo se manejaron los permisos de pesca en Chubut desde hace décadas, siempre con protagonistas recurrentes.