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Los trabajadores decidieron volver a sus puestos mientras la patronal solo liquidó un 5% de suba salarial, lejos de lo firmado por la cámara del sector. Siguen las negociaciones.
Los trabajadores del frigorífico 14 de Julio decidieron volver al trabajo a pesar de no obtener por parte de la patronal el aumento firmado por la Cámara de la Industria Pesquera (Caipa). Mientras tanto, aguardan que la Secretaría de Trabajo de la Nación emita un dictamen en torno al conflicto.
A fines de febrero, la planta procesadora ubicada en Acha entre Hernandarias y Guanahani se vio convulsionada por la aplicación por parte de la Prefectura y Policía Federal del “protocolo antibloqueo” a solicitud de la empresa por la protesta impulsada por unos 92 trabajadores entre fileteros, envasadores y peones por falta de pago de una suba salarial.
Es que, según explicó la titular del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP), Cristina Ledesma, y a diferencia de lo publicado inicialmente por Qué digital, la empresa actualmente ya cuenta con un convenio “por empresa” pero se niega a pagar el incremento en los términos que firmó Caipa para el convenio 161/75 y que históricamente se replicaba en los “convenios pyme”.
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Sin represión a diferencia de lo que había ocurrido días atrás en otra planta, en ese entonces todo quedó sujeto a las negociaciones que el sindicato y la empresa iniciaron ante la Secretaría de Trabajo de la Nación, con audiencias que hasta el momento fracasaron pero cuyo resultado no impidió que los trabajadores vuelvan al trabajo.
Es que si bien se especulaba con el dictado de una conciliación obligatoria, finalmente los propios trabajadores decidieron levantar el paro y volver voluntariamente a sus puestos laborales por temor a ser considerados “conflictivos” y ante la posibilidad de que les hagan descuentos por los 15 días sin trabajar.
La vuelta al trabajo, sin embargo, fue sin el incremento del 14,2% firmado por Caipa para el período octubre – febrero: en cambio, desde el sector de los trabajadores confirmaron a este medio que la patronal liquidó las últimas retribuciones con un 5% de incremento. Al respecto, según publicó el sitio especializado Revista Puerto, una de las propuestas patronales era de aplicar un 5% sobre los salarios de febrero, un 5% para marzo y un 4% sobre abril.
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Mientras tanto, desde el SOIP confirmaron que se encuentran a la espera de lo que dictamine la Secretaría de Trabajo en torno al conflicto: por ejemplo, si es justo que el empresario decida no acatar el acuerdo salarial que firme el SOIP con la principal cámara empresarial del sector.
LA REPRESIÓN EN FISHING MART, SIN DENUNCIA
represión en fishing mart
Mientras los empresarios acusan una situación de ahogo insostenible por diversos factores y mientras la variable de ajuste siguen siendo los trabajadores, fue paradigmático lo sucedido a pocas cuadras de allí, en la planta del empresario Roberto La Bella y cuyo nombre de fantasía es Fishing Mart: allí, una protesta de obreros fue reprimida por parte de fuerzas federales en la primera aplicación del protocolo “antibloqueo” creado por el gobierno de Javier Milei.
Producto de ese operativo represivo concretado por Prefectura, además de los afectados por los gases y los balazos de goma, dos mujeres se descompensaron producto de los golpes, los gases y el miedo que generó la situación, y en ese sentido desde el sindicato habían anticipado que denunciarían la brutalidad de lo sucedido ante la Justicia.
Sin embargo, a casi un mes del hecho, todavía no fue presentada una denuncia formal: a pesar de recibir los informes pormenorizados desde el Hospital Interzonal por los ingresos y los estudios a los que tuvieron que ser sometidos algunos de los trabajadores, desde el sindicato reconocieron que por el momento no avanzaron porque solo uno de ellos quiere impulsar las acciones legales.
Así, ese intento de disciplinamiento aplicado específicamente sobre el derecho a huelga de un sector históricamente precarizado pasó -al menos por el momento- sin mayores consecuencias, mientras el futuro de la pesca y sus trabajadores permanece ensombrecido por los pronósticos terminales de los empresarios.