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by Roberto Garrone
El Subsecretario de Pesca le promedió a Cristina Ledesma reactivar el empleo en tierra pero el covid pateó el tablero. Hubo menos merluza que se disimuló con más calamar y langostino fresco. La estadística oficial eliminó a la nototenias de las especies principales. A Solimeno le gusta esto.
A pocos días de asumir como subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, mantuvo una larga conversación con Cristina Ledesma. La Secretaria General del SOIP venía de atravesar las fiestas de fin de año entre bolsones de alimentos no perecederos, listados de beneficiarios, salarios en garantía horaria y garantizados regidos por el salario mínimo vital y móvil.
El compromiso de la nueva autoridad de aplicación fue devolverle movimiento a los brazos y manos de los obreros del pescado que en su gran mayoría sobreviven con ingresos mínimos que los hunde bien debajo de la línea de pobreza. Incluso más allá del 47,5% que terminan de sellar con CaIPA la semana pasada y marca el techo más alto de las paritarias, tal vez, de todo el país, aunque desfinanciando el sistema previsional, la obra social y hasta las arcas del propio gremio por la cuota sindical. Solo un 13% del incremento es remunerativo.
Las empresas adheridas a CaIPA no tienen problemas en afrontar ese porcentaje porque lo financian con la rentabilidad de la flota congeladora. Se hace cuesta arriba para los frigoríficos que ya no es que tengan esa suerte sino que ni siquiera tienen barcos. Claro que tienen obreros en cooperativas y pagan por productividad. Beneficio menor, pero beneficio al fin.
¿Pudo cristalizarse el compromiso de Liberman? Veamos… Las exportaciones de merluza cayeron un 13% entre enero y septiembre según el último informe de coyuntura que elabora Pesca Nación. En sintonía bajó el precio promedio de la tonelada: un 12% para llegar a 2229 dólares de promedio. En divisas la hubbsi generó 24% menos dólares que en mismo período del año anterior.
Hubo mas calamar que se reprocesó en tierra pero más que aportado por los poteros con compromiso de descargar y reprocesar un porcentaje de sus capturas, fue materia prima fresca que llegó con los fresqueros. “Todavía no vimos el calamar de los poteros” confió un industrial esta semana. Tienen tiempo de reprocesarlo hasta el 28 de febrero del 2021. ‘La Dirección de Control y Fiscalización sabe dónde esta almacenado?. Debería
CaIPA sí está preocupada en encontrar la forma de llegar a un acuerdo para el valor del langostino y que sus asociados puedan pensar en sumarle valor en tierra. A empresas con empleados registrados bajo convenio 161/75, Solimeno, Veraz, 14 de Julio, El Marisco, entre otras, les resulta muy difícil establecer un valor de referencia para que pelen y desvenen el marisco. Iberconsa integra la cámara pero hizo un acuerdo particular cuando sumó obreros adicionales para esa tarea.
Pero volvamos a la merluza y su función social como generadora de empleo en tierra, el desvelo de Liberman recién asumido. A casi un año de funciones, el esquema productivo que predomina en la industria pesquera local desde hace un lustro sigue inalterable.
Es obvio que la pandemia pudo haber trastocado los planes para revertir la situación. Las plantas de reproceso no quedaron ajenas a los contagios y fue difícil pensar en incrementar la producción con planteles diezmados por población mayor de 60 años y/o enfermedades de riesgo.
Todos los demás problemas que enfrenta el sector del reproceso en tierra, convenios vetustos y falta de promoción al valor agregado que desalientan la creación de empleo, se mantienen. Solo el contexto de pandemia que acentuó la caída en los precios del langostino entero generaron que haya aumentado un 10% su reproceso. Parte de ese fenómeno por suerte se generó en Mar del Plata
Volvamos a la merluza. Hasta el 30 de octubre se habían declarado desembarques de merluza que llegaron a las 194.774 toneladas. La cifra representa un 18% menos que en el mismo periodo del 2019 cuando se descargaron 237.477 toneladas. Para tener una idea de la preponderancia de Mar del Plata en ese tablero: hasta el 4 de noviembre el puerto recibió 148 mil toneladas. Un 77% se descarga acá.
La merma no solo se explica porque la flota capturó más calamar sino que también, especialmente los buques factorías, sumaron más toneladas de merluza de cola. También los fresqueros tuvieron otras alternativas, principalmente magrú y anchoíta.
Ambas especies pelágicas aumentaron significativamente los desembarques. Fueron 12 mil toneladas de caballa y 5800 toneladas de anchoíta, un 139% y 178% más respectivamente que el año pasado.
¿Cómo se repartió el plato de merluza hubbsi del principal efectivo que tiene la pesquería? Casi el 54% quedó en poder de la flota congeladora, la cual declaró desembarques por 101.077 toneladas. Los fresqueros de altura aportaron 83.789.
La merluza congelada a bordo que se pesca en el mar argentino se exporta como un comoditie sin sumarle valor. El trabajo es para otros, españoles y rusos principalmente. La mayoría del pescado que compra Putin es congelado. Ni siquiera acá hacen los barcos nuevos con que pescan nuestros recursos. Iberconsa invertirá más de 27 millones de dólares en tres buques nuevos que construye Armón, Vigo. El mismo astillero donde se hicieron los últimos nuevos buques de más de 40 metros. El “Nina” de Moscuzza llega por estas horas.
El año pasado en los primeros diez meses del año la diferencia había sido menor: 130 mil contra 127 mil de los fresqueros. Mucho más pescado pero que de todas formas fue insuficiente para evitar que cientos de obreros recibieran bolsones con alimentos. Este año hubo menos merluza y un poco menos de asistencialismo. El langostino fresco explica lo que a priori resulta complejo de entender
El Informe de Coyuntura cambió contenidos y ya no registra la evolución de desembarques de todas las especies sino de las “principales”. Y entre ellas no figura la “Nototenia”, una especie insignificante sin interés ni valor comercial para la mayoría de los actores pesqueros salvo para Solimeno, que la declaró en sus partes de pesca por miles de toneladas en sus buques congeladores. Una trampa para subdeclarar merluza sin sanción alguna a la vista.
La omisión de las nototenias impide seguir la evolución de sus “capturas” a lo largo del año. Hasta julio ya se llevaban desembarcadas un 20% más que en todo el 2019. Cuando desde esta columna se dejó en evidencia este incremento singular, en agosto no se declararon capturas. Ahora directamente quitaron la especie de la estadística oficial.
Tony ya tiene su regalo de Navidad por anticipado. A los obreros les toca esperar la bolsa de alimentos. Cambian los gobiernos pero otras cosas no cambian más en la pesca argentina