Entre más controles y cuidados a bordo, la industria trabaja con un langostino de mejor calidad

Sitio de Internet – Puerto de Palos – Mar del Plata

Roberto Garrone 

A tres semanas del comienzo de la temporada de langostino en aguas nacionales comienzan a dibujarse algunas certezas que si bien todavía no tienen la fuerza para interpretarse como hechos consumados, marcan un rumbo que invita al optimismo sobre el desarrollo de la zafra 2022.

Por lo pronto ya no se escuchan las quejas y lamentos desde los frigoríficos reprocesadores sobre la calidad del marisco que llega a las plantas. La presencia de inspectores controlando la descarga total de la flota fresquera de altura, el recuerdo de las multas millonarias que llovieron sobre la flota el año pasado y por qué no, el trabajo de concientización que los armadores aplicaron sobre sus oficiales de pesca han contribuido a que se pesque un poco mejor.

En un contexto donde la biomasa de langostino muestra una tendencia decreciente desde el 2018 a parir del aumento del esfuerzo pesquero, y los investigadores del INIDEP han calculado un recorte del 27% de la estimada hace cinco años, ese esfuerzo pesquero pareciera que se aplica mejor.

El respeto al tope máximo de capacidad de los cajones y a la duración de la marea se advierte en la calidad del marisco que llega a puerto. Ya no se observa un comportmiento que se reiteró algunas veces la zafra pasada: compradores que debían llevar el último camión que salía del muelle con la captura del primer lance al basurero..

Hoy algunas empresas con activos en Chubut y Mar del Plata reparten la carga pero todo se aprovecha. Los últimos lances terminan en Madryn o Rawson para hacer cola en bloque y el último camión va para Mar del Plata donde hacen pelado y desvenado.

El langostino encierra esa paradoja. El mayor valor agregado se aplica sobre el marisco con inferior calidad y en un polo productivo que maneja costos laborales más competitivos para las empresas exportadoras.

De todos estos aspectos intercambiarán opiniones los grandes referentes del sector mientras compartan un almuerzo este mediodía invitados por Newsan para analizar la marcha de la temporada que en los últimos días trajo mejores noticias de la zona de pesca.

Con desembarques totales que ya superan las 60 mil toneladas, entre los tangoneros congeladores el contexto internacional no los ayuda a espantar la idea de que se necesita pescar menos. No ellos, claro.

Los temores ya no se alimentan con una amenaza que pueda consumarse en este 2022 sino en los riesgos que implicaría aumentar los stocks de cara al 2023 mientras los consumidores extranjeros se empobrecen por el aumento de los costos de la energía. Nadie quiere un escenario como el del SOMU en 2020. Menos con un Caballo suelto paseando por la vereda del gremio.

Por otro lado, las medidas de manejo mantienen la rapidez de reflejos de los últimos años. El langostino parece peregrinar en diagonal hacia el noreste, incluso fuera del área de veda, que lo deja por el momento fuera de alcance a los costeros de Rawson.

Lo que queda al oeste es de talla chica en la mitad de la subárea 12 y en la 11. Por eso la autoridad de aplicación evitó prospectar la 10 como pretendían los interesados en motorizar a la flota provincial.

Igual la decisión de no prospectar no despertó muchos lamentos. En Chubut no ganan para sustos. Cuando no se pegan tiros en los pies la liebre salta con el proyecto de reforma de la ley de pesca. La iniciativa demandó una reunión de urgencia en que el sector se mostró sin fisuras para bloquear este nuevo intento de suba de impuestos, burocracia y que esconde oscuras intenciones de incrementar el esfuerzo pesquero

Controles exhaustivos en los muelles, cajones con menos peso, mareas más cortas, mejores prácticas a bordo, medidas de manejo que evitan la captura de juveniles y priorizan la faena de langostino de talla comercial, generan esperanza de contar con una pesquería cuidada y sustentable.

Pero de ahí a pensar como Cedepesca, que los pasos dados acercan a la pesquería a la chance de lograr la certificación, creo que todavía falta un largo camino. “Estoy de acuerdo, no será mañana, pero vale la pena resaltar los hechos positivos.”, dice Ernesto Godelman.

El presidente de la entidad ambientalista recuerda que el proceso en búsqueda de la certificación comenzó en 2016 y entre las cosas que aún faltan resolver figura el plan de contingencia y el by catch de merluza, sobre todo en aguas nacionales.

También habría que pescar con artes de pesca selectiva e incrementar la cantidad de observadores en la flota fresquera, que al cierre de esta columna, apenas tenía presencia en 3 barcos. “Ninguna pesquería se certifica con todos los temas resueltos. No hay pesquerías perfectas”, apunta Godelman.

Veremos que imperfecciones son tolerables antes de tener que contratar a la evaluadora autorizada por la MSC para que realice la evaluación general. Por ahora el arranque de la zafra es mucho mejor de lo imaginado