Peces para unos, subsidios para otros

Sitio de Internet – Puerto de Palos – Mar del Plata

BY ROBERTO GARRONE

En el epílogo del gobierno de Cambiemos la foto de lo que fue su política pesquera toma rasgos más nítidos. Una gestión al servicio de las necesidades de José Moscuzza y sus barcos fuera de norma para ingresar a la pesquería de langostino, pero también una administración que llegó con la promesa de hacer cumplir las reglas pero que se va casi sin dejar ningún artículo de la ley federal de pesca sin transformar en cartón pintado.

La mayor captura de merluza registrada este año, fundamentalmente sobre el stock más importante, el que se encuentra al sur del paralelo 41º, más de un 45% en los primeros siete meses del año, que pasó de 112 mil a 163 mil toneladas, deja al descubierto la mayor participación de la flota congeladora, más del 50%, en dichas descargas.

En las descargas generales de todos los puertos marítimos, entre enero y julio, y su comparativo con el 2018, la flota congeladora sumó 30 mil toneladas más de captura, un crecimiento de más del 40%. Pasó de descargar 74 mil a 104 mil este año.

Hasta el 28 de agosto en Mar del Plata se llevaban desembarcadas 237 mil toneladas de productos de origen marino. 106 mil toneladas corresponde a materia prima que se descargó congelada. Acá no solo figuran los factorías sino los poteros (calamar) y tangoneros (langostino). Nada de toda esa carga que llegó congelada fue reprocesada por trabajadores de tierra.

El filet de merluza congelado a bordo por esta flota es de mayor calidad que la elaborada en tierra, a un costo de producción muy inferior al que se tiene en plantas procesadoras, donde interviene más personal y la calidad de la materia prima se deteriora por el paso del tiempo desde que se encajona en bodega hasta que llega a la mesa de corte.

Pero esta gestión que ha repetido hasta el cansancio a través del propio Presidente, y sus ministros, Sarquis, Etchevehere, y secretarios como Bernaudo y el propio Bosch, de crear empleo sustentable a partir del agregado de valor, nada ha hecho para cristalizarlo en la industria pesquera donde se debe tener un equilibrio cuidadoso con los niveles de capturas de las principales especies y la clave pasa por sumarle valor al producto que hoy se vende mayormente como commodities.

Vale aclarar que la flota congeladora gana terreno en el tablero de la merluza hubbsi porque los barcos fresqueros buscan otra especie más rentable como el langostino en los meses de invierno.

El problema mayor es para todo un polo productivo instalado y ocioso que queda en tierra, lejos de los principales recursos y con falta de materia prima fresca para procesar. Ese modelo reparte solo salarios garantizados que cada vez están más hundidos debajo de la línea de pobreza, más allá del aumento del salario mínimo que despegará unos grados el ingreso de los obreros bajo el convenio Pyme.

Mientras la flota congeladora concentra capturas de merluza, en el SOIP reparten bolsones con alimentos no perecederos para ayudar a sus afiliados a llegar a fin de mes. Desde la Provincia hicieron su aporte: dos cuotas de un subsidio por 5 mil pesos por mes que podría ampliarse.

Cuesta pensar que Moscuzza, Solimeno y Valastro y los armadores que van al langostino desde hace casi un lustro puedan mostrar balances en rojo como para recibir los REPRO, el Programa de Recuperación Productiva instalado en días del kirchnerismo para sostener el empleo.

El tema se trató en la visita que el ministro Villegas hizo a la sede de CaIPA del que también participaron industriales sin barcos pero con plantas procesadoras, escaso nivel de actividad para una nómina de personal registrado: los que peor la pasan en esta coyuntura. Las partes volverán a juntarse para pulir el proyecto sobre un esquema de 5 mil pesos, de los cuales 2 mil serían para la patronal y el resto para los trabajadores.

El Ministro de Trabajo recordó que para adherirse al beneficio deben cumplir con el compromiso de no despedir trabajadores por 180 días. Eso no será un obstáculo para nadie. Cuando a fines del 2016 la pesca entera firmó el acuerdo tripartito con gremios y las autoridades, aceptó poner la mayor voluntad posible para mantener la plantilla de recursos humanos.

Pero siguió el goteo de trabajadores a la calle y hoy suman casi mil entre registrados y precarizados. En la pesca no hay despidos con telegrama. Todo se resuelve con acuerdos homologados en la justicia laboral que al día de hoy no se detienen.