Los subsidios son de nosotros, el trabajo es ajeno

Sitio de Ibternet – Puerto de Palos – Mar del Plata

by Roberto Garrone

“Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas…”. Los versos de “El Arriero” del gran Atahualpa Yupanqui se ajustan a la perfección de estos tiempos de la industria pesquera y naval.

Los hechos y anuncios de los últimos días, no hacen otra cosa que condenar a miles de trabajadores a la imposibilidad de ganarse el pan con el sudor de su frente.

La política pesquera en estos últimos años no solo fomentó la concentración de cuota de merluza –se elevó del 10% al 15% el techo de su tenencia- sino que permitió un cambio en el esquema de la participación de las flotas en su captura.

En este nuevo escenario los buques congeladores cobraron un protagonismo principal y casi pescan todo el año cuando antes completaban una media docena de viajes anuales. Hasta el 19 de septiembre llevaban declaradas más toneladas de merluza del principal efectivo, al sur del 41ºS,, que los fresqueros de altura, ocupados en pescar langostino y aliviados de devolver la cuota que no pescan, sin sanciones como contempla la ley de pesca.

En los discursos, los funcionarios de turno siempre pugnaron por “reactivar el puerto”, como si con palabras mágicas el predominio de los buques factoría retrocediera un par de casilleros. O los fresqueros se apuraran en salir a pescar merluza luego de otra buena temporada de langostino,

En los hechos, lo que se reactiva es la lluvia de subsidios para que miles de trabajadores peleen la subsistencia. Esta semana el SOIP abandonó la toma de la delegación de Trabajo sobre Santiago del Estero, cuando tuvo la certeza que llegarían más planes.

Los estibadores esperan la confirmación en las próximas horas. Para unos el PREBA y para otros el “Hagamos Futuro”, un gran eufemismo de los que venían a crear empleos de calidad y terminan con una lluvia de planes sociales para garantizar la paz social. Hay trabajo, pero lo generan otros.

Abro paréntesis. Incredulidad generaron las declaraciones Arroyo luego de la visita del presidente Macri. “Me hubiese gustado ver al Presidente para hablar del puerto y la pesca”, dijo el  Intendente que no fue invitado al acto de inauguración de las nuevas obras en el Aeropuerto.

El Intendente que jamás mostró preocupación alguna por lo que ocurre al sur de Juan B Justo y solo sabe que hay “pejerreyes de diversas variedades”, como recuerdan testigos de una audiencia con una representación diplomática. Cierro paréntesis.

 Moscuzza o Solimeno bien pueden dar fe de la reactivación del puerto. Sus buques congeladores vienen duplicando capturas en estos cuatro años. Pototo se apresta a ingresar su nueva joya: el “José Marcelo”, un calco al “José Américo”, hasta en el fenómeno de acortamiento en la travesía que lo traiga de Armón, en Vigo, donde Moscuzza construye sus barcos, como el INIDEP.

El “José Marcelo” mide 47 metros de eslora total pero en el pedido de reemplazo por el  â€œDon Luciano”, dice que mide 39,90, justo para poder pescar langostino como su hermano de grada. El “José Américo” es uno de los que más marisco pesca a partir de ser el más grande en su tipo, y Moscuzza todavía no sacó al “Mar Azul” del muelle 2.

“Será el primero cuando comience el plan de desguace”, dijo Martin Merlini.  En la entrevista que mantuve en “Hoy es Mejor”, por Mitre Mar del Plata, el Presidente del Consorcio contó por dónde comenzará a limpiar el muelle de barcos abandonados.

Pero, una vez más, la realidad no es tan optimista como Merlini. El buque no tiene el plan de desguace aprobado por Prefectura con lo cual todavía no fue alivianado a flote para subir al varadero de la Base. La Armada tampoco certificó el plan de mejoras en la zona. Merlini dejará la presidencia del Directorio con más desilusionados con su gestión que metros libres en la sección 4ta y 5ta.

A los que dejó perplejos Nuñez Feijoo fue a los industriales navales. Tras reunirse con el ministro Etchevehere y comitiva que incluyó a Juan Manuel Bosch, el Presidente de la Xunta de Galicia divulgo un acuerdo para que los barcos pesqueros que se construyan en astilleros de Vigo y Pontevedra ingresen al país con una reducción de aranceles del 50%. También informó de compromisos de construcción de nuevos buques por 2500 millones de dólares. Allá en Galicia.

Tan perplejos los dejaron las buenas nuevas que todavía las cámaras empresarias como la FINA y ABIN no terminaron de elaborar un documento que repudie la decisión gubernamental de entregar a uno de los sectores productivos que exhibía cierto desarrollo y crecimiento del empleo.

En parte por la abundancia del langostino que generó las últimas construcciones, y en parte por el Decreto de modernización de la flota pesquera que activó algunas órdenes de construcción para reemplazar viejos barcos merluceros, la industria naval podía exhibir un logro que pocos pueden: generación de empleo.

La única crítica pública partió del SANAM, el sindicato de la actividad naval de Mar del Plata, quien lamentó la existencia de “un Estado postrado frente al poder de las corporaciones multinacionales”, dijo Walter Castro, su secretario General en declaraciones en un artículo que reproduce AGNPrensa.com y lleva por título “Los Indeseables”.

Sus pares del SAON deben estar ocupados en organizar las elecciones del próximo 4 de octubre. Hasta el momento no se ha conocido la opinión de Juan Speroni, el secretario General, sobre los anuncios del funcionario español que quitan horas de trabajo a obreros navales argentinos. 

Nuñez Feijoó recorrió puertos patagónicos donde visitó empresas gallegas radicadas en los ´90. Luego del encuentro con el Ministro de Agroindustria llegó a la ciudad donde recorrió Iberconsa, que compró Valastro y a su vez fue comprada por un Fondo de Inversión de Estados Unidos.

Esta semana de subsidios y entregas, Mar del Plata renovó tributos como capital nacional de los brazos cruzados. Los niveles de desocupación se mantienen en cifras insultantes, tan vigentes como las buenas intenciones que los políticos le endilgan al puerto como una herramienta transformadora. Todo en los discursos de ocasión porque en los hechos, la realidad duele.