La pelea por el Sirius, dragalinas, ingenieros ingeniosos y licencias peligrosas

Sitio de Internet – Puerto de Palos – Mar del Plata

by Roberto Garrone

Baldino y Solimeno se disputan el permiso de pesca del fresquero de Loba Pesquera, El barco alimenta la lista de abandonados en el espejo interior del puerto y será reemplazado por otro que quizás mida más de 40 metros de eslora pero igual pueda pescar langostino. Tettamanti y su dragalina de 250 millones de pesos pondrían colorado hasta los miembros del Consejo Federal Pesquero. Y eso es bastante decir para con los consejeros que prescindieron de artes selectivas en la pesca de langostino y aumento del by catch de merluza.

Pese a haber presentado la mejor oferta, haber depositado 400 mil dólares en concepto de seña y contar con el aval de Mariana Lucia Tonto de Bessone para quedarse con el buque pesquero Sirius, Pedro Baldino no es optimista,

La titular del Juzgado 10 en lo Civil y Comercial del Poder Judicial de Mar del Plata se aboca a liquidar los bienes de Loba Pesquera para afrontar los créditos laborales de sus trabajadores. Por estos días se cumplen 2 años de la quiebra de la pesquera que llegó con la desvinculación de más de 100 trabajadores bajo convenio: marineros y obreros del pescado. Algunos esperan una oferta superadora a la cuarta parte de lo que les corresponde.

El único activo atractivo es el permiso de pesca del barco de la empresa. Sus socios eran Miguel Antonino y Fernando González. En las últimas semanas falleció Antonino por un problema de salud. Los socios se habían opuesto a venderle el buque a Baldino por lo que la Jueza los intimó a que en un plazo perentorio aporten las sumas para liquidar los créditos de los obreros.

Los trabajadores creían que eran 10 días hábiles cuyo plazo venció el pasado viernes. Baldino cree que son 20 días hábiles por lo que hasta el próximo viernes 28, Loba tiene chances de poner la plata que no quiere que aporte ABH Pesquera.

Pedro se dice en retirada. Con casi 50 años vinculado al mundo pesquero, confiesa estar cansado, pero que necesita un “barquito” luego de la división de bienes con hermano y sobrinos. Que si no lo aceptan buscará recuperar la seña.

Baldino fue el artífice de un modelo de negocio basado en la acumulación de flota fresquera, subdeclaración de merluza y evasión impositiva que fue tan rentable en los primeros años del nuevo siglo que les permitió comprar Alpesca, la multinacional sudafricana que ya venía caminando en falsa escuadra y con ellos al mando, se terminó de caer.

Pedro está convencido que detrás de esa negativa de Loba esta Antonio Solimeno, quien también puso una seña de 100 mil dólares para quedarse con el buque en una operación total de 1,3 millones de dólares por todo concepto: barco, permiso de pesca y cuota.

ABH Pesquera ofertó 2 millones de dólares y Pedro tiene la certeza de verse perdedor. “Van a comprar la quiebra y recuperar el barco”, les dijo a sus allegados. hace algún tiempo cuando tomó notificación de la negativa de Loba de aceptar su oferta. Tomy no es que compra de oferta. Hay mucho dinero que no pasa por el concurso ni termina en las manos de los trabajadores. Como la merluza que no pasa por los partes de pesca. A lo Tony.

En las últimas horas cobró protagonismo un sobrino de Miguel como el continuador de lo que fue una empresa modelo, con barco y obreros registrados, pero que sin embargo se vino a pique por una política pesquera que desatiende la generación de trabajo y valor en tierra. Sigue vigente a la fecha: tener obreros registrados es una mochila de plomo que quita competitividad.

Lo que vale del Sirius es su cuota, no el barco en sí que es una cáscara pudriéndose en el muelle 3. Si es el sobrino de los dueños y no Tony quien toma la posta, habrá que ver cómo lo reactiva porque de mínima tiene para un tiempo largo en dique para renovar certificados.

Si se queda sin la chance del Sirius, Baldino tiene otro para salir a la cancha. El Sirius III que le compró a Di Leva, que tampoco lo piensa usar y también quedaría abandonado. A Pedro le interesa el permiso para adosarlo al Friosur VIII, un buque usado que compró en Chile y ya trajo a Mar del Plata este verano.

El buque chileno es de 1982 y el armador ya presentó el pedido de importación ante la Secretaria de Industria, que debe aprobarlo, con la venia de la industria naval local. Si ocurre, cosa probable, el trabajo lo realizaría SPI en su dique flotante. Por ahora aguarda la transferencia y nacionalización en inmediaciones de los diques en el muelle 7. Pedro dice no estar impaciente pero son muchos los dólares inmovilizados.

Tettamanti ha sido noticia en las últimas horas por el anuncio de la construcción de una “draga nacional” con una inversión de 250 millones de pesos. Es una idea vieja y mucho más cara que algunas ideas que corrieron en forma de carpeta por despachos oficiales. Todavía vivía Eduardo Pezzati cuando un grupo de dirigentes navales le acercaron el proyecto.

En los planos, la dragalina era bastante parecida a la que ahora diseñaron los ingenieros de SPI junto a sus pares de Holanda para dragar debajo de los diques flotantes, el talón de Aquiles de la empresa líder en reparaciones navales. Eso sí, el artefacto propuesto para operar en Mar del Plata y garantizar las condiciones mínimas de calado para mantenerlo operativo costaba 900 mil dólares.

“Horacio triplica todos los números”, recuerda el dirigente de los tiempos que competía con SPI por las reparaciones en los buques de investigación en el INIDEP y lo seleccionaban para tareas menores. Lo grande lo hacían otros. Cuando demostraron que pudieron subir un par de barcos a las gradas del astillero Unión, a un costo mucho menor de la tarifa en SPI, Horacio utilizó el brazo siempre amigo de Juan Speroni, secretario General del SAON.

Desde el gremio instalaron una carpa en la puerta del astillero que terminó asfixiándolos. La intervención de Machinandiarena hizo el resto. La oferta barata de reparaciones navales, gestionada por los propios trabajadores, duró lo que un suspiro en puerto Mar del Plata. Ahora celebran anuncios inflados como el presupuesto del dragado de los chinos en el 2014 y del que todavía deben buena parte.

Mejor volvamos a las preocupaciones de Pedro Baldino. El barco chileno mide 53 metros de eslora y 11 de manga. La intención de Baldino es cortarlo. En la medida que se aproxime a los 45 metros crece la ilusión de probar suerte con el langostino. Si se achicaron los barcos de la ex Alpesca a partir de la nueva forma de medir la eslora de arqueo, Pedro no pierde las esperanzas.

“Los ingenieros piensan cosas ingeniosas”, contó un ingeniero para explicar cómo es el proceso mediante el cual los barcos de 41,60 de eslora máxima, se reducen a 39,94 de eslora de arqueo, y luego de pasar por el ojo de la aguja y poder pescar langostino, exhiben su capacidad de pesca reestablecido.

En agosto de 2018 se derogó el Reglamento Nacional de Arqueo, vigente desde 1982. La nueva ordenanza se basa en criterios internacionales. La Prefectura no arquea más sino el profesional contratado a los efectos del registro. A veces es casi lo mismo.

“Toma la perpendicular en el bulbo y la roda. Cambia el ángulo del lanzamiento de la roda y otorga mayores facilidades para reducir la eslora de arqueo”, explican en Prefectura.  “El Rasmus tenía una proa bulbo, no fue necesaria la rejilla del San Juan B o la del Pedrito”, suma la fuente. Esa rejilla la colocarán en el Cabo Vírgenes cuando baje de TPA. Otro merlucero reconvertido en tangonero. Y el Sirius de la pelea entre Baldino y Solimeno tiene permiso irrestricto.

Habrá que ver los reflejos de Liberman y el CFP para ponerle freno a este artilugio legal que puede desencadenar en un nuevo incremento del esfuerzo pesquero sobre el marisco. Pero a juzgar por las últimas decisiones de manejo, lo único que no sobra es optimismo.

El CFP acaba de determinar que ya no es necesario el uso de dispositivos de selectividad y duplicaron el by catch de merluza permitido. Una aberración que atenta con la sustentabilidad del recurso puesto que se pesca langostino en zona de veda permanente de hubbsi.

Con medidas tan arbitrarias y a contramano de la preservación de los recursos los consejeros emiten dos mensajes claros: blanquear el no uso de dispositivos de selectividad y dejar a la comunidad científica pintados al óleo.

Pensar en que a la autoridad de aplicación de verdad le preocupa la salud de los principales recursos pesqueros es pecar de ingenuo. Es posible que Pedro Baldino tenga más chances de quedarse con el Sirius que la autoridad de aplicación vele por el langostino y la merluza, propiedad de todos los argentinos

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