Control afuera y descontrol adentro

Sitio de Internet – Puerto de Palos – Mar del Plata

Roberto Garrone   

Desde Subsecretaría de Pesca buscan mejorar los controles en la zona aledaña a la milla 200 de cara a la próxima zafra de calamar, donde operan cientos de buques asiáticos y europeos. Pero nadie le pone freno a la ilegalidad de adentro. La de Moscuzza con un nuevo congelador tangonero que brotó de un potero, una lancha amarilla y un fresquero

La pesca argentina, atravesada por la pandemia que redujo ventas y achicó los precios de varias de las especies que se comercializan al exterior, regala singulares postales que no por contradictorias dejan de resumir la poca importancia que tiene velar por la conservación de la próspera riqueza ictícola del Mar Argentino

En las últimas horas trascendió la visita de Julián Suárez al Edificio Guardacostas. En la sede de la Prefectura el Director Nacional de Fiscalización y Coordinación Pesquera se interiorizó de la planificación y coordinación estratégica sobre la actividad de la pesca ilegal en la zona aledaña a la Zona Económica Exclusiva.

La próxima temporada de calamar esta a la vuelta de la esquina y algo bueno sucede con la flota asiática que saquea recursos pesqueros en distintos océanos del mundo. Su presencia y derrotero es monitoreado cada vez con mayor celo y difusión pública por parte de organizaciones ambientalistas y especialistas en la materia, mientras advierten las consecuencias negativas que dicha flota genera en los estadios biológicos de las especies afectadas.

La foto de 300 barcos extranjeros bajando por el Pacífico también despertó la preocupación de Alpescas. Más allá que la asociación se conforma con empresas españolas que operan en el atlántico sur y algunas han sido capturadas pescando de manera ilegal, dejaron sentado la necesidad que se prohíban los trasbordos en altamar; los barcos suministradores de servicios; que la flota incorpore observadores a bordo, humanos o electrónicos. Podrían comenzar ellos, claro

Los reflejos de Suárez invitan a pensar que durante la próxima zafra de calamar habrá muchos más controles por parte de Prefectura y la Armada Argentina sobre el accionar de la flota extranjera que encuentra y roba proteína animal accesible sin mayores riesgos.

Vale recordar que este año los buques ilegales saqueaba a gusto y antojo hasta que tales conductas fueron reflejadas por algunos oficiales de barcos pesqueros argentinos. A partir de la viralización de las imágenes del radar que reflejaba más de 100 barcos pescando ilegalmente en aguas nacionales se activaron todas las alarmas y se apuraron despliegues de patrulleras y operativos de control.

Pero mientras la zafra 2021 de calamar estrenará la reforma de la ley de pesca y el endurecimiento de los montos de las multas para quien sea capturado pescando dentro de la ZEE sin permiso de pesca, otros de este lado de la orilla originan nuevas autorizaciones de captura de langostino repitiendo viejos esquemas irregulares.

Las gradas de Armón no paran de despachar buques para Argentina. Primero entregaron el “Mar Argentino”; el nuevo costero para el INIDEP y ahora terminan las pruebas del “Nina”, el nuevo congelador tangonero que construyó Moscuzza y que se suma al “José Américo”, “José Marcelo” y “Graciela I”.

Algún día habrá que elevar aranceles para desalentar el fomento a la industria naval gallega mientras España es uno de los principales beneficiarios con la pesca en Malvinas. Pero si todavía no alzamos la voz para condenar el rol de Uruguay como sede logística a la flota china desde Montevideo, la sanción a la madre patria puede esperar un tiempo. Mientras tanto seguimos regalando recursos y fomentando las exportaciones de productos enteros o con mínimo valor agregado como para que el beneficio sea completo y también obsequiemos trabajo. Pero esa es otra historia…

El “José Américo”, que desvirtuó un esquema de manejo sobre la pesquería de langostino con más de 30 años de vigencia, surgió de la reformulación de dos barcos: el potero Victoria del Mar y el fresquero “Mar Azul” para obtener, milagrosamente, 2600 toneladas de langostino. Después llegaron otros milagros, como la reducción de los metros de eslora total a los de arqueo

El “Nina”, que estará llegando en las próximas semanas a Mar del Plata, se origina en un proceso parecido según refleja el Acta 16 del CFP del año pasado. Surge del “Argenova XII”, la lancha “Virgen de Lujan” y el “Malvinas Argentinas”. Los dos primeros se les extinguió el permiso de pesca y debieron ser desguazados.

De un potero, una lancha de 15 metros y un fresquero de 2 mil cajones, Pototo se hace de otro tangonero congelador con autorización para pescar casi 2 mil toneladas de langostino y 1352 toneladas anuales de todas las especies no sometidas al Régimen de CITC con exclusión de langostino y de merluza austral.

El potero todavía flota en Puerto Madryn, como el Mar Azul en el muelle 2 de Mar del Plata. Pototo recambia chatarra por barcos flamantes y ni siquiera retira la basura. El CFP que avaló la reformulación de los permisos sigue mirando como un mero espectador.

El “Nina” es un calco de los otros tres buques por lo cual también como ellos mide 47 metros de eslora total. Claro que Armón ya fue disciplinado y no revela esa medida sino que ahora informa un piadoso 39,9 metros de eslora de arqueo, 11,10 de manga y 6,9 de puntal. El José Américo también tiene 11,10 de manga.

El caso del “Nina” no solo eleva el esfuerzo pesquero sobre el langostino y aleja las pocas chances de lograr la certificación de la pesquería que había dejado el Joséamericogate, sino que relativiza cualquier intento por controlar lo que hace la flota extranjera en adyacencias a la milla 200. Primero deberíamos poner en caja la ilegalidad que reina en el Mar Argentino.

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