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Roberto Garrone
Pescapuerrta/Estrella Patagónica no es el único caso de empresas que violan la ley de pesca con pantallas para operar en las islas. Pereira/Altamar/Bricel y Pescanova/Lafonia/Argenova también exponen la complicidad de las administraciones pesqueras argentinas a la hora de aplicar sanciones y caducar sus permisos de pesca.
Pescapuerta, a través de Estrella Patagónica, no es la única empresa española que triangula sus actividades y utiliza pantallas, bastante burdas en este caso particular con la intervención de Menkent SL, para ocultar sus intereses en Malvinas y poder operar en ambos caladeros, algo puntualmente prohibido por la ley federal de pesca, norma que contempla como sanciones la caducidad automática de los permisos de pesca.
Tampoco las licencias para que este tipo de maniobras prosperen con absoluta impunidad no son exclusivas de una administración de gobierno. Para colmo en la actividad pesquera muchos marcan una continuidad de casi una década cumpliendo distintas funciones.
Ese es el caso de Carlos Líberman. Sobre el actual Subsecretario de Pesca se posan ahora todas las miradas para ver que ficha mueve y con qué velocidad. Dicen que abrió un expediente por el caso Pescapuerta. Ojalá termine en una suspensión de los permisos de pesca de la empresa española pero sus antecedentes no invitan al optimismo.
En el Acta 13 del 2018 el Consejo Federal Pesquero pasó a la historia por ser un plenario presidido por Oscar Fortunato. El representante por entonces del Poder Ejecutivo reemplazó a Juan Bosch, ausente en esa reunión y cumplió el sueño del pibe. El zorro manejando todo el gallinero.
Pero no solo por eso es recordada dicha Acta. Hay dos perlas, casi que a renglón seguido, que grafican la comodidad y naturalidad con que se manejan las empresas con intereses en Argentina y también en Malvinas sin que ninguno de los consejeros se inmute por los pedidos y proyectos de los involucrados.
En el punto 1.5 Estrella Patagónica solicitó la transferencia definitiva del CITC de merluza común del buque “Carolina P” al buque “Pescapuerta Quinto”, pedido que fue aprobado “por unanimidad”. Uno de los que votó fue Carlos Liberman como representante de la Provincia de Santa Cruz. También lo hicieron Adrián Awstin (Chubut), Jorge Bridi (Rio Negro), Jorge Paris (Buenos Aires) y Lopez Cazorla (Tierra del Fuego).
A nadie le llamó la atención la cesión de activos de Pescapuerta a Estrella Patagónica y de quién era Menkent SL. Es curioso porque en el 2015 cuando queda registro del cambio de razón social y la continuidad jurídica, estaba María Eugenia Rodríguez en el Registro de la Pesca y Liberman ya era Director. Hoy “Menia” es la asesora estrecha del Subsecretario.
En el punto 2 del Acta 13 aparece la otra perlita. Bricel SA presenta la reformulación del proyecto pesquero del buque Pioneros a favor de un buque “a construir” que se denominaría MAR CORAL con un plazo de 3 años para incorporar al tangonero de 39,90 metros de eslora. El CFP “por unanimidad” autorizó la reformulación.
Pero pasaron cosas. El MAR CORAL no solo no fue construído sino que fue importado. Tampoco nuevo sino usado del año 2006, con el mismo nombre, vaya premonición, que había operado en…. Sí, Malvinas. Incluso hay una foto del buque pintado de verde, con su perfil inconfundible, que ilustra esta nota.
En un procedimiento similar al de Pescapuerta, la empresa Pereira también cedió sus activos en Argentina porque opera en Malvinas con la firma “Argos”. Así incluso se llama un buque arrastrero que Pereira construyó en Vigo.
El Buenaventura Lafuente Matos en este caso es Alfonso Magán, quien de empleado en Argentina pasó a ser responsable de Altamar SA, que también tiene domicilio en Vigo, y sus cuatro licencias de pesca de los barcos arrastreros congeladores. “Puente Mayor”, “Puente Chico”, “Puente San Jorge” y “Puente Valdez”.
Altamar tiene un cliente exclusivo: Pereira y no solo vínculos estrechos con Malvinas como para traer un buque importado, usado, para reemplazar al “Pioneros” de Bricel, que en realidad esta controlada por Alma Sea SL, con sede en Pontevedra, España y que preside el mismo Alfonso Magán.
También eficientes gestores que maquillan la triangulación sin que ninguna autoridad eleve la voz o formule un pedido de informes sobre las operaciones del “MAR CORAL” en San Antonio Oeste, el puerto preferido de Pereira/Altamar/Bricel/Alma Sea.
A nadie pareció importarle el otro detalle: Por qué trajeron un buque importado y usado y no uno nuevo, como señalaba el pedido de reformulación. También podrían haber preguntado cómo era que ese barco había operado en Malvinas. Funcionarios con pocas dudas
“Son más prolijos”, coinciden en resaltar empresarios de la pesca que conocen la maniobra. Tan sucio asoma toda la pesca que ya con que sean prolijos alcanza. Que no violen la ley es otra cosa. Pero nadie saldrá a inmolarse porque, mucho o poco, todos esconden alguna miseria en el placar.
Mientras tanto estas empresas españolas no solo son las principales exportadoras de los recursos pesqueros del caladero argentino sino que se dan el lujo de seguir operando en Malvinas con absoluta impunidad. Antes y ahora que integran OPRAS, ponderan la sustentabilidad y hasta hablan de Gobernanza para fijar políticas pesqueras en el atlántico sur.
Operan en Malvinas como operó Pescanova hasta el 2012 cuando se deprendió de Lafonia Sea Food y mantuvo sus activos dentro de las 200 millas con Argenova, una filial con 4 barcos palangreros y más de una docena de buques tangoneros congeladores.
Recordemos que el Congreso sancionó el 28 de mayo del 2008 la Ley 26386 que ordena severísimas sanciones a las empresas extranjeras radicadas en el continente que tuvieran intereses en Malvinas. Pescanova continuó sus operaciones sin inmutarse ni las sanciones de las autoridades argentinas.
En esos 4 años, desde el 2008 al 2012, como ahora Pescapuerta, el hilo conductor es la impunidad con que se manejan frente a la ley de pesca.
En estos meses los medios españoles detallan la quiebra fraudulenta de la pesquera española. La justicia determinó que la empresa utilizó una red de 14 empresas, sin empleados, teléfonos ni mail que le realizó compras ficticias a Pescanova por 2516 millones de dólares en cinco años. Con esos avales lograba financiación bancaria.
Solo en 2012, Pescafina y Pescanova emitieron 37.783 facturas falsas. El fiscal Juan Pavia, calculó que Pescanova multiplicaba por 20 el valor del pescado y mariscos para las ventas ficticias. Pescafina tenía domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La auditoría de los bienes de Pescanova tuvo una perla que sorprendió a los investigadores concursales del grupo. La existencia de Lafonia, que participa de dos sociedades extranjeras. Polar y ASF. Su actividad principal era comercializar las capturas de Polar
“Entre sus activos más preciados se encuentra el ser una de las dos únicas empresas con permiso de pesca para las exclusivas aguas de la Antártida”, dice Walter Castro en un escrito titulado “La quiebra más grande de España desnuda filiales”.
El secretario General del SANAM es de los pocos dirigentes preocupados por estas maniobras. “Quien extendió dicho permiso si desde la entrada en vigencia de la ley 26.386 hasta el 2017 Lafonia a modo de “sociedad instrumental” sirvió para tapar la operación ilegal de pesca en Malvinas del grupo Pescanova, matriz de Argenova”, se pregunta Castro.
Al dirigente le llama la atención que la justicia argentina no participe en la constatación de todas estas maniobras fraudulentas que involucran a la casa matriz y las filiales. “Al menos al momento de volver a cuotificar a los grupos extranjeros tengamos presente quien cumplió y quien jugó a los dos lados del mostrador”, pide Castro.
Pescanova se presentó en concurso en España en el 2013. Al año siguiente presentó a las autoridades pesqueras nacionales un escrito en el que informó que había acordado la suspensión de los efectos de la declaración del concurso y el cese de la administración concursal. Acá creyeron y aprobaron.
Así abrió un proceso de normalidad para el funcionamiento del grupo que culmina con la aparición de otras sociedades: “Novapesca Trading SL” y “Nueva Pescanova”, que son las accionistas mayoritarias de Argenova.
Pasan los funcionarios, otros se reconvierten y llegan a ser Subsecretarios, las empresas traen pesqueros usados en Malvinas, otras quiebran, defraudan por miles de millones de euros, mutan y cambian de pantallas. Lo único que se mantiene inalterable es su impunidad para operar en Argentina y Malvinas..
PD: PdP no se actualizará en las próximas dos semanas, 24 y 31 de diciembre. Nos reencontramos el año próximo.
Felices Fiestas