Padín: «La investigación científica es la mejor manera de aprovechar los recursos marinos»

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El director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, con sede en Mar del Plata, Oscar Padín, dialogó con DEF sobre la problemática de la sobrepesca y la protección de los caladeros del mar argentino.

Creado por ley en 1977 sobre la base del antiguo Instituto de Biología Marina (IBM), el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) es, de acuerdo a la normativa vigente, el organismo encargado de «la planificación y ejecución de las actividades científicas y técnicas referidas a ―la evaluación y la conservación de los recursos vivos marino».

«La investigación científica es la única manera pacífica de generar proyección a futuro y aprovechar mejor nuestros recursos», afirma su director, Oscar Horacio Padín, quien advierte que «no se puede esperar que la explotación de los caladeros siga aumentando indefinidamente». Por eso, la institución «que este investigador conduce desde febrero pasado– lleva adelante campañas de monitoreo y control de los recursos del mar Argentino y en conjunto con los países vecinos, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de los caladeros de la zona.

En conversación con DEF, Padín se refirió a las principales problemáticas y potencialidades que presenta la fauna ictícola de nuestro extenso litoral marino.

– ¿Cuáles son los principales recursos pesqueros del mar Argentino?

El calamar, la merluza común, el langostino y la vieira son los recursos que más atención nos están demandando. También están las especies australes, como la merluza austral, la merluza negra y la merluza de cola, que también se están estudiando. Otro recurso es el variado costero, compuesto por más de 100 especies que están interactuando y que son objeto de una pesquería más cercana a nuestra costa; allí hay especies de mucho valor y colocación en el mercado.

– ¿Le genera alguna preocupación la gran explosión que tuvo la explotación del langostino en los últimos años?

Tanto el calamar como el langostino son especies que denominamos ―anuales‖, es decir, especies que tienen una producción que se agota en el año. No estoy hablando de una condición estrictamente biológica, pero sí es una especie ―anual‖ a los efectos prácticos de la pesquería. El langostino ha sufrido algunos cambios y estamos observándolas con especial interés para enfrentar algunas particularidades que está teniendo en estos últimos años. Un atraso en la maduración y algunos otros indicadores nos exigen manejarlo con precaución.

El Consejo federal pesquero y las autoridades provinciales están tomando medidas muy acertadas al respecto.

– ¿Cómo evalúa la situación del calamar Illex argentinus?

– El calamar también es una especie anual. Este año, ha demostrado tener un desarrollo muy importante y ha sido muy bien explotado por nuestra flota. Uno de los stocks de calamar es propio, pues de encuentro dentro de nuestra plataforma. Sin embargo, el calamar también es explotado más allá de la milla 200, especialmente por la flota china y española. No lo hacen de manera ilegal, ya que están fuera de nuestra zona económica exclusiva. Inclusive, al haber ampliado la plataforma hasta las 350 millas, eso implica que se extiende la soberanía sobre los recursos del fondo marino, pero no sobre los de la columna de agua. Es decir, por fuera de las 200 millas que marcan el límite de la zona económica exclusiva, cualquiera puede pescar con toda libertad porque son aguas internacionales. De manera que lo que se ha ajustado este año son los controles para que ningún pícaro se meta dentro de la zona económica exclusiva.

– ¿Qué significa que el calamar es una especie “altamente migratoria”?

-Es una especie que se desplaza por la plataforma continental, siguiendo una dirección sur-norte, en función de la búsqueda de alimento. Hay un flujo que aparece por debajo de Tierra del Fuego, la corriente circumpolar antártica, que colisiona con la elevación del banco Burdwood y genera la corriente de Malvinas, que asciende hacia el norte. Son aguas frías y con muchos nutrientes, que son la base primaria del plancton y, a su vez, de todas las especies que son parte de la cadena trófica. Ese fenómeno también se produce en lugares especiales donde hay afloramiento de nutrientes que vienen del fondo marino, denominados ―surgencias, que son lugares de alta productividad. Por eso, es muy importante el monitoreo que se hace de las condiciones oceanográficas, lo cual nos permite conocer la variación de la temperatura del mar. Aprovechando también las imágenes satelitales, podemos formarnos una idea de cómo evoluciona el comportamiento de esos parámetros físicos que determinan la producción primaria.

El equipamiento que tienen nuestros buques nuevos –―Angelescu‖ y el flamante ―Mar Argentino‖– le permite al Inidep trabajar muy bien ese tipo de variables.

«Por fuera de las 200 millas que marcan el límite de la zona económica exclusiva argentina, cualquier embarcación puede pescar con toda libertad porque son aguas internacionales. Lo que hemos ajustado son los controles para que ningún pícaro se meta dentro de nuestra zona económica exclusiva».

– ¿La preocupa la sobrepesca que afecta a los caladeros de nuestro mar? ¿Qué sucede en aguas de Malvinas?

– Evidentemente, la captura ilegal que existe en la zona de Malvinas afecta el recurso. Son licencias ilegales otorgadas por el Reino Unido. De manera que, evidentemente, es un problema que Argentina tiene que abordar de manera madura y seria. Entiendo que, en este momento, haber recuperado la Secretaría de Malvinas (conducida por Daniel Filmus), en función de una ideología relacionada con la defensa de los intereses argentinos, ha dejado un poco de lado el anterior acuerdo que

se hizo con los ingleses para hacer campañas conjuntas (durante la gestión de Mauricio Macri).

Tenemos, en la región austral, también una muy buena cooperación con Chile, país con el que ya realizamos una campaña conjunta en el Canal de Beagle, y probablemente hagamos otra el año próximo. Siempre tiene que haber cooperación entre países costeros vecinos.

– ¿Cómo se trabaja con Uruguay en el manejo conjunto del Frente Marítimo del río de la Plata?

-Sí, justamente hemos desarrollado una segunda etapa relacionada con el seguimiento de los tiburones, que nos ha permitido mostrar el avance y el liderazgo que lleva la Argentina en la región, con un plan nacional de conservación de condrictios (tiburones, rayas y quimeras). Esa misma visión política la llevó adelante la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo (CTMFM), a través de un plan de acción regional compartido por el Inidep y la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) del Uruguay. Se está trabajando muy bien. Espero que podamos contribuir, con nuestro nuevo buque, a trabajar en la zona común de pesca argentino-uruguaya para conocer mejor la condición de los recursos.

–¿Qué desafíos presenta la extensión del límite exterior de la plataforma continental argentina?

-Hay una imagen del relieve del fondo marino, que muestra muy claramente lo que significa el talud continental y los fondos que siguen al talud. Esos fondos marinos que se proyectan hasta las 350 millas y van mucho más allá de los límites arbitrarios que pone el hombre. En ese contexto, el talud y los fondos marinos tienen una fauna y recursos minerales que están inexplorados o que han sido poco explorados por falta de equipamiento y de recursos. Ahora bien, Argentina tiene un programa para trabajar intensamente en toda esa región, así como en la región subantártica y en la antártida. Tenemos que plantearnos la exploración de nuevos recursos, y también el desarrollo de la acuicultura, que sigue siendo una materia pendiente.

«El talud y los fondos marinos tienen una fauna y recursos minerales que están inexplorados o que han sido poco explorados. Argentina tiene un programa para trabajar intensamente allí, lo mismo que en la región subantártica y en la Antártida».

– ¿Cómo puede desarrollarse la acuicultura?

Argentina tiene lugares prístinos, sobre todo en la costa, que esta en excelentes condiciones para este tipo de desarrollo. El golfo de San Matías es un lugar paradisiaco, con agua impecable. En Puerto Almanza, en la zona del canal de Beagle, se producen unos mejillones de un tamaño fabuloso, además de la explotación de la centolla. La idea de producción en el mar está siempre muy presente, pero hay

factores indispensables, como la necesidad de trabajar sobre la etapa de reproducción. Eso está perfectamente desarrollado en el caso del mejillón y especies en las que se induce la reproducción.

Asimismo, el Inidep ha desarrollado técnicas de producción de alevinos de pez limón, de lenguado y ahora se está trabajando también con centolla. El instituto podría facilitar esta instancia a algún sector empresario interesado en invertir, hasta que las empresas logren tener alguna rentabilidad, y después ellas puedan abordar la producción. Es lo que se llama ―transferencia tecnológica, en su mejor

expresión. Nosotros entendemos que puede ser, a escala familiar, un apoyo importante en muchos lugares donde se desarrolla la pesca artesanal.

–¿Cómo ve la conciencia del sector privado argentino respecto de la sustentabilidad de la pesca en nuestras aguas?

Creo que tenemos un sector privado que ha evolucionado muchísimo en los últimos años. Hay una generación joven que aprende. El manejo de recursos naturales obliga a un aprendizaje permanente.

Este año, el sector privado ha demostrado estar a la altura del desafío de mantener la flota operando en esta situación de pandemia, situación que no ha sido fácil. Se ha podido mantener un nivel de prospecciones y conocimiento, que nos ha permite decir que estamos trabajando con seguridad en términos de conservación del recurso. Esto ha implicado mucho esfuerzo personal para nuestro grupo de observadores a bordo y los técnicos que se han embarcado en buques de la flota comercial para hacer las

prospecciones.

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