Que no sea en vano la vida perdida a bordo del XSJ 89

Sitio de Internet – Puerto de Palos

 by Roberto Garrone

La muerte de Manuel Quiquinte dejó al desnudo el trato inhumano al que son sometidos los tripulantes a bordo de los buques congeladores en manos extranjeras dentro del caladero argentino, con la falta de controles en alta mar por parte de la Subsecretaría de Pesca y la complicidad de oficiales que prestan su título habilitante a contramano de la legislación vigente.

Claudio Marcelo Vázquez, juez Federal de primea instancia de Rio Gallegos investiga la responsabilidad del capitán del potero chino Xin Shi Ji 89 por la muerte del oficial de máquinas, Manuel Walter Quiquinte al no brindarle asistencia tras evidenciar síntomas de covid una semana antes de su deceso en alta mar, ni tampoco al resto de la tripulación que le había avisado que había perdido el olfato, tenía fiebre o dolores musculares.

José Alejandro Dirrolo, el capitán del barco de Fénix Intenacional, no proviene de la pesca sino de la marina mercante, como el resto de los oficiales de los otros 12 barcos de la empresa china y seguramente como la mayoría de los 23 barcos de capitales chinos con permiso de pesca nacional para pescar dentro de las 200 millas.

La mitad de lo que se conoce como “flota potera nacional”, en realidad pertenece a empresas chinas o coreanas que aplican el mismo método y llegado el caso, desaprensión por la vida humana en el mar, una conducta criminal como la que mostró Dirrolo a bordo del XSJ89.  

Este desapego absoluto a las normas sobre todo ocurre con empresas que no tienen otro activo en Argentina que el o los barcos como en el caso de Fénix Internacional y las empresas satélites que forman parte del grupo en el que el propio estado chino es accionista.

Ahí las irregularidades a bordo son compatibles con lo que pasa en tierra: liquidan al precio que quieren las exportaciones de calamar, el ingreso de divisas, dibujan balances y pocas veces pagan impuesto a las ganancias. Todo sin que ninguna autoridad pesquera, marítima y(o impositiva, cuestione sus procedimientos.  

Si bien hay oficiales argentinos que despachan el barco,, en zona de pesca el control absoluto de lo que pasa a bordo y las tareas de pesca quedan a cargo de personas de nacionalidad china. En el potero done murió Quiquinte eran 6. Dos en el puente, 1 en máquinas y 3 en la planta controlando la actividad de reproceso y congelado.

Lo mismo ocurre en los arrastreros congeladores de empresas españolas, como Estrella Patagónica, que registró días antes el brote de covid en el Anabella M. Acá el preponderante era el contramaestre de primera, “Miguel”, el “Pesca” según contaron marineros alojados en el hospital modular de Puerto Deseado, un ámbito que no estaba preparado para recibir ni a personas sanas.

Si no era que se agravaba su grado de salud por el covid, el barco seguía pescando sin registrar las novedades a Prefectura como marcan los protocolos sanitarios acordados con las autoridades portuarias y los gremios marítimos.

La Disposición 4/1999 regula esta situación, el rol del personal extranjero a bordo de buques pesqueros. Es tarea de los inspectores a bordo de la flota controlar que el personal extranjero que embarca con categoría de enrole de “Asesor”, o “técnico”, no efectúe durante la marea las funciones destinadas al personal profesional argentino.

 En caso de que así, finalizada la marea debe confeccionar una planilla de relevamiento de personal embarcado extranjero en la cual se describa cuales fueron las tareas desarrolladas a bordo por los mismos y debe confeccionar un acta de constatación a bordo, ratificando lo expresado en la planilla.

El inciso a del artíiculo 40 de la Ley Federal de Pesca establece que “Las habilitaciones de capitanes y oficiales se reservan para los argentinos nativos, por opción o naturalizados;”, Eso pasa en los papeles, pero no en la práctica donde los que mandan en el puente, en la sala de máquinas y en la planta de reproceso son los “asesores” extranjeros.

No hay infracciones a la Disposición 4/1999 porque ni siquiera hay inspectores a bordo. Ya no pedimos en los poteros porque es una flota con características propias, que pesca exclusivamente calamar y no genera descartes, pero tampoco los hay en los arrastreros congeladores.

Supuestamente hay un sistema por el cual sortean a los inspectores que embarcan en la flota unos días antes de la zarpada. El del Anabella M se realizó el 16 de abril y el barco salió el 23 desde Puerto Madryn. El barco de Estrella Patagónica, como los 22 barcos que aparecieron en ese sorteo, salieron liberados, no hubo inspector a bordo en ninguno. .

En este contexto es imposible pensar que las autoridades de la Subsecretaría acumulen actas de constatación por infracciones a la Disposición 4/99. Los gremios marítimos saben de esta realidad, especialmente conductores navales y capitanes, que muchos oficiales prestan el título para que los barcos los manejen otros, violando la Ley.

 “Frías no se interesa poco por los capitanes de pesca, mucho menos por uno de ultramar” contó un capitán cuando se conoció el audio de Dirrolo oficiando de manochanta relativizando los síntomas de “una gripe” que se cura en una semana.

Dirrolo es uno de los tantos que se sube a un barco pesquero porque gana mucho más que en la marina mercante. El mínimo por convenio para un barco como el Xin Shi Ji 89 son 7900 dólares por la marea. 

Y eso pagan los chinos, el mínimo por convenio, que aleja a los capitanes de pesqueros porque siempre piden algo más y atrae a los de la marina mercante que no tienen mucho trabajo dada la reducción del comercio marítimo internacional fruto de la pandemia, y ganan mucho más en la pesca que en los mercantes.  

Dirrolo está internado en el Hospital de Puerto Deseado contagiado de covid, con los pulmones comprometidos. Gustavo Mirón Real es el director del Hospital. Jamás respondió la llamada ni los mensajes cuando lo quise consultar por la evolución del paciente. Al menos hasta el martes no había involucionado porque ninguna de las 9 camas UTI del centro sanitario estaban ocupadas.

“La mayoría de nosotros le ponemos los puntos a los chinos…  Los de la mercante no porque no quieren perder ese sueldo que en la mercante no ganan ni soñando”, amplía el capitán de un barco pesquero.

“Cuando digo poner los puntos a los chinos, quiero decir que la mayoría de nosotros hubiésemos ido a puerto. A veces no podemos irnos a la primera y un poco si tenemos q esperar un par de horas, un día y ver cómo evoluciona todo. Pero acá la gente iba al puente sin olfato, a mí ya me pasó, y ante ese síntoma te tenés que ir a puerto”, reconoció el oficial.

En el Anabella M los avisos a los oficiales habían arrancado un par de días antes que el barco ingresara en Deseado para asistir al “pesca”, que por suerte, evolucionó bien y ya estaba junto con el resto de los tripulantes en el hotel “Los Olmos”. Y esos avisos también fueron desoídos e incluso hubo marineros de planta que revelaron que los hicieron bajar a seguir laburando con síntomas.

Lo que pasó con Quiquinte bien podría ocurrir en otros barcos poteros y si no ocurrió fue porque no llegó al extremo de gravedad, no se murió nadie a bordo. Viendo el caso es muy posible que se hayan registrado contagios masivos y todos los hayan transitado con síntomas leves. Silencio, amenaza de despidos y nos vemos la próxima marea, si alguien se anima o la necesidad de conseguir un viaje es más fuerte.

 Puede haber varios capitanes Dirrolo a bordo, que niegan el covid y menosprecia la inteligencia de los marineros, oficiales que por miserables o porque simplemente cumplen órdenes de los “asesores” o “técnicos” chinos a bordo, abandonan a su tripulación en medio de un brote de covid.

A los chinos les sirve, a los oficiales presta títulos les sirve, a los gremios que tienen gente ocupada y miran para otro lado, también les sirve. En esa bonanza generalizada la frutilla del postre la aporta la Subsecretaría de Pesca, desde donde no sancionan absolutamente a nadie porque tiene el cuerpo de inspectores a bordo desmantelado con lo cual todos están liberados para hacer lo que les plazca.

Porque acá lo importante no son los trabajadores que se embarcan y sufren estas vejaciones y que siguen reclamando la vacuna hasta ahora sin éxito alguno. Acá lo trascendente es que los barcos no se paren por gente con síntomas, o que si se paran, que sea por los extranjeros que corren riesgos.

Si no se paran habrá más descargas, más exportaciones y más rentabilidad. Y Pesca lo destacará en medio de una pandemia que muchos de sus administrados no solo no respetan sino que ponen en riesgo la vida de sus tripulaciones. Si todo sigue siendo zona liberada, la muerte de Manuel Walter Quiquinte habrá sido en vano.