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Con motivo de haber utilizado una bajada no habilitada para la embarcación, pescadores artesanales denuncian haber sido maltratados por la policía, quien los esperó a su regreso con varios patrulleros. Ángel Pérez, tripulante y responsable de la embarcación manifestó que «somos padres de familia que elegimos levantarnos a las 5 de la mañana mojarnos y tomar frío para traer ‘el mango’, que es nuestro único ingreso diario».
El pasado sábado trabajadores de la pesca artesanal de Mar del Plata, vivieron una tensa situación ante la Policía de la Provincia de Buenos Aires, quien le secuestró toda la pesca del día, debido a que el desembarco lo habían realizado desde una bajada que no estaba habilitada.
«Nuestra salida es de la bajada náutica habilitada en Parque Camet. Ese día tratamos de salir a 7 de la mañana, con las primeras horas de luz, pero dadas las condiciones del estado del mar y las olas que entre serie y serie, era muy corto el período, por lo que decidimos no arriesgar la embarcación y mucho menos la vida de la tripulación», manifestó Ángel Pérez, tripulante y responsable de la embarcación en declaraciones a El Marplatense.
«Fue así que decidimos no salir de Camet y dirigirnos a las playas del centro, más precisamente a la bajada náutica del Torreón. Allí las condiciones eran aptas y no había ningún riesgo ni para la embarcación, ni para los tripulantes», afirmó.
«Por este motivo entramos con los protocolos que nos exigen desde Prefectura en cuanto a la navegación diurna, regresando a la caída del sol, momento en el que llegan unos patrulleros de la Policía, con un señor que era el jefe de calle, pidiéndonos todos los papeles», señaló Pérez.
«En ese momento le explicamos el motivo por el cual salimos de ese lugar. En determinado momento este señor se alteró y comenzó a llamar Prefectura, Bromatología y demás con muy mal trato, ya que nos trató prácticamente como delincuentes, algo que lógicamente no somos. Somos padres de familia que elegimos levantarnos a las 5 de la mañana mojarnos y tomar frío para traer ‘el mango’, que es nuestro ingreso diario en casa», remarcó.
«Con todo lo que nos ha tocado vivir con la pandemia, nosotros tenemos que recuperar los nueve meses que hemos estado parados. Tenemos deudas, alquileres, el colegio de nuestros hijos, alimentos y demás. Nosotros no cobramos ningún plan y no pertenecemos a ningún partido de nada», aseveró Pérez.
«Nosotros fuimos a pescar, entramos a la zona de la restinga a 5 kilómetros de la costa, luego regresamos con lo que pescamos. Fue cuando llegamos que llamaron a Prefectura, quienes revisaron que tuviéramos todo en condiciones y la única falta que yo tenía fue de bajar por una zona que no estaba habilitada y la autorización del dueño, quien estaba arriba de nuestra embarcación», destacó.
«Fue así que nos tuvieron prácticamente 5 horas y media y nos confiscaron todo el pescado que habíamos traído. Lo que más me llamó la atención, más allá del maltrato de la policía, fue que uno de los marineros míos les pedía que por favor no tiren el pescado, porque el pertenece a una iglesia donde ayudan a muchos comedores y recorren asociaciones de fomento y los diferentes barrios los fines de semana, y así y todo, hicieron oídos sordos y los tiraron en la fábrica de harina», lamentó Pérez.
«En mi caso luego me acerqué a Prefectura para hacer mi descargo explicando el motivo de porque salimos desde ese lugar. Realmente no estamos de acuerdo y no entendemos el por qué del secuestro del pescado. Lamentablemente se tiró mucho pescado fresco, que en todo caso lo hubiésemos preferido donar», aseguró.
«La gente de Prefectura nos trató con mucha educación todo el tiempo, pero no así la Policía y sobre todo el jefe de calle, quien nos trató como unos verdaderos delincuentes, haciendo custodiar nuestra camioneta con patrulleros, como si fuésemos narcos», concluyó Ángel Pérez.