El langostino entre la expectativa y el desencanto

Puerto de Palos – Mar del Plata

Roberto Garrone

La evolución de la zafra en aguas nacionales cosecha más preocupaciones que esperanzas mientras se abren nuevas zonas y no se encuentra el marisco de mayor tamaño comercial, desaparecido después de temporales reiterados. Malhumor del sector fresquero y cuestionamientos a la apertura de sur a norte. Marina y motivos “personales” para dejar la Dirección Nacional de Control y volver al Distrito Pesca en Mar del Plata para que nada cambie.

“Están ganando más plata a merluza en Mar del Plata que nosotros, la puta madre”, razonaba y lamentaba, en términos mercantilistas, el martes al mediodía, un marinero, en un grupo de whatsapp que los agrupa y que entre asados, cerveza, fernet y algún lance de langostino, comparten las vicisitudes en alta mar.

La frase resume un estado de ánimo general de los trabajadores amarrados en distintos fresqueros en Puerto Madryn. La zafra no es lo que imaginan y alguno luce arrepentido mientras no salen de la burbuja y esperaban la apertura de la Subzona 7.

Apertura que llegó sorpresivamente de manera anticipada. Los armadores la esperaban para el jueves pero se habilitó el mismo martes cuando los fresqueros ya habían llegado a puerto.

“Liberman nos dijo que abría el jueves; por eso fueron todos a descargar”, se quejaban en ALFA, consumada ya la apertura. No era mucho el tiempo que podían seguir pescando pero hay mucha sensibilidad entre la patronal y cualquier contratiempo es tomado como una tragedia.

“Llegó el informe del INIDEP y como los resultados positivos se consolidaron, se procedió a la apertura”, dicen en Pesca, que desconocían ese compromiso oral del Subsecretario.

“A los que me preguntaron siempre les dije que había que esperar la consolidación de los datos que obtienen los observadores”, se atajó Julián Suárez, el director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera.

La decisión de abrir antes de lo avisado a los fresqueros se tomó en medio de la salida de Leandro Marina como director de Control y Fiscalización. En Pesca adujeron problemas personales que lo obligaban a permanecer en Mar del Plata.

Lo curioso es que cuando confirmaron su salida de la Dirección , aseguraban que se mantenía en Pesca pero no confirmaron que volvía al Distrito en Mar del Plata. Esto no hacía más que alimentar los rumores que marcaban cual habían sido los verdaderos motivos de su salida.

El pedido de una colaboración desmesurada a una empresa pesquera cuyo armador se comunicó directamente con Liberman para plantear la queja. Enterado, el Subsecretario le había pedido la renuncia.

“Nada que ver, son todas boludeces, La verdad es que me voy porque estoy explotado… tengo que estar cerca de mi familia”, dijo Marina al tiempo que aclaró que volvía al Distrito. En Pesca lo confirmaron a los cinco minutos. Entre una llamada y no había pasado media hora. “Estábamos evaluando qué hacer”, dijeron.

Ojala la revisión de los coeficientes de conversión de los barcos congeladores los evalúen así de rápido. Marina se fue de la Dirección sin viáticos ni vehículo asignado para completar el itinerario por los puertos patagónicos. Pero dicen que promueven los controles y nunca dejaron de hacerlo, aún en pandemia.

Volvamos al marisco. La decepción de los marineros por estas primeas semanas de pesca en aguas nacionales de capturas esporádicas y mal tiempo persistente, es la misma que engloba al resto de los actores involucrados.

Desaparecida esa marca que se vio los primeros días sobre la subárea 13, que algunos dicen que superaba las 10 millas de marca levantada, cuesta mucho encontrar marcas sólidas. Como si el langostino no alcanzara para todos. Al menos no para todos los fresqueros.

Los barcos entraron a Madryn incompletos, la mayoría con la mitad de la bodega luego de un par de días de pesca en la subàrea 12 cuyos buenos índices mostrados durante la prospección se evaporaron con las primeras ráfagas de viento. El domingo fue el día más fructífero con langostino L1 y L2 limpio de fauna acompañante. Pero otra vez el mal tiempo para mezclar todo y complicar la operatoria.

“Descubris una chofita y te haces 300/400 cajas en el primer lance. Ya para el segundo bajas a la mitad el rendimiento. Vienen otros barcos  y a tercer lance ya colas agua”, resumía un amador fresquero.

Los tangoneros congeladores parece que la llevan bastante mejor para soportar las inclemencia de los temporales frecuentes aunque también hay quejas por el devenir de una temporada que desde lo comercial es buena. Existe un mercado demandante por falta de stock y la reapertura  que regala el avance de la vacunación en los centros turísticos de Europa y Estados Unidos.

Hoy el mapa de la zona de veda de merluza donde se desarrolla la pesquería de langostino parece el tablero de una batalla naval. Muchas zonas abiertas pero con escaso nivel de abundancia o es el mal tiempo el que dispersa el marisco. “Hay pescado pequeño y también pescado grande”, dijo Juan de la Garza , el jefe del Programa Observadores, para llevar un poco de tranquilidad.

Los primeros lances en la subárea 7 muestran como cada vez que se abre un área nueva, buen nivel de abundancia, son limpios, pero sobresale el pescado chico, mayoritariamente L3. Algunos que habían zarpado tarde de Madryn esperaba encontrar algo cuando llegaran a zona de pesca.

Con esta realidad plagada de incertidumbre, algunos no disimulan la queja. Creen que las decisiones de manejo podrían haber sido otras… que no fue un acierto abrir de sur a norte. Los que abonan esa teoría creen que se podría haber pescado mejores tallas.

¿Por qué la autoridad de aplicación definió una evolución de la zafra de sur a norte?. Hay actores que desconfían de los datos que aportan algunos Observadores y que terminan condicionando decisiones de manejo en el INIDEP.

Y vuelven a flotar las sospechas de trasladar la operatoria al sur para favorecer el empleo en Deseado. Algo que pensaban en Rawson cuando no abrieron la subàrea 10. En realidad en ese sector siempre hubo un nivel alto de merluza en las redes tangoneras, sostienen en el INIDEP.

Al cierre de esta columna se había definido la apertura de la subárea 8 entre el 44°S y 43°S y el 61°W y 62°W. No es la panacea ni el nuevo paraíso. Más que buen tamaño ayudó la poca presencia de merluza para salir del almácigo que por momentos fue la Subárea 12, con algún barco enganchado a otro con daños menores.  

Habrá que ver, como en la 7, para cuántos días alcanzan las concentraciones disponibles para más de 150 barcos pesqueros.  Al menos la fresquera esta ansiosa por recuperar los niveles de productividad de las primeras mareas en que completaban en el día con langostino de buen tamaño.

Parecen lejanos aquellos primeros días donde todo era optimismo y entusiasmo, y entre las tripulaciones que le están poniendo el pecho a la zafra, nadie se acordaba de la merluza.