Adrián Awstin, habla de la pesca de langostino

Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata

El representante de Chubut dentro del Consejo Federal Pesquero, habló sobre la zafra de langostino en aguas nacionales. Justificó los intereses económicos en el accionar de fresqueros marplatenses pero manifestó su desagrado por incumplimiento de lo pautado.

Poner el foco de las opiniones en distintos actores del sector pesquero seguramente nos puede dar claridad a distintas situaciones que se viven en la pesca. En ocasiones cuando la opinión se focaliza, a veces de forma direccionada, no nos permite ver con claridad toda la situación. Se mira “la foto”, pero no se ve “la película completa”.

En este caso la mirada va hacia el sur del país, buscando que se amplíe a otros lugares. Desde lo general a lo particular.

Para continuar por ese camino, PESCARE dialogó con Adrián “Chuchi” Awstin, ex concejal de Rawson (Chubut), ex secretario de pesca y actual representante en el Consejo Federal Pesquero por la provincia en la que nació.

Siempre da la sensación, sobre todo de aquellos que no están tan involucrados en la industria pesquera, que hay una puja constante y hasta a veces descarnada entre Mar del Plata y Chubut. ¿Esto es así?

En principio entiendo que en toda actividad en la que hay intereses económicos, políticos y por el bienestar de la gente de cada una de las provincias, siempre hay una puja de esos intereses que generan rispidez por llamarlo de alguna manera.

Más allá de esto, te repito la conversación que tuve hace pocos días con algún referente de Mar del Plata en el sector pesquero. Nosotros hicimos una reunión allá por marzo/abril de este año, en la cual hicimos un acuerdo que se selló con un apretón de manos como solían hacer nuestros padres o nuestros abuelos, el cual fue estrictamente cumplido por la provincia de Chubut, sus representantes y sus cámaras, el cual no fue cumplido por los representantes y sus cámaras de Mar del Plata. El por qué no te lo puedo decir, no lo digo a modo de crítica, sino haciéndote un relato de la realidad.

Foto Gentileza Diario El Chubut

¿De qué se trataba ese acuerdo que usted dice que no fue cumplido?

No, te estoy dando los motivos del por qué, hay algunas discusiones siempre entre Mar del Plata y Chubut básicamente. Para hacerlo “más chico”, te diría entre Mar del Plata y el Valle donde está Puerto Madryn y Rawson.

Cuando vos vas a los números fríos, que no hay para discutir, creo que le ha ido muy bien a Mar del Plata aún con esas disputas. Todo lo bien que le ha ido a Mar del Plata y a parte de su flota fresquera, fue de alguna manera también por un acuerdo con la provincia de Chubut.

Mar del Plata no tiene ningún motivo para quejarse de cómo le ha ido, a los números me remito, puesto que tienen hoy una participación más que importante en la pesquería de langostino. Una pesquería que está en la situación que se encuentra y ha atravesado en los últimos 6, 7 años de éxito formalmente, gracias a la responsabilidad que ha tenido la provincia de Chubut en conjunto con la provincia de Santa Cruz.

Las decisiones que hemos tomado en la provincia de Chubut, de vedar más del 90% de nuestra costa, de nuestro mar territorial, ha permitido el desarrollo biológico del langostino en los niveles que hoy tenemos. De haber venido de mucho tiempo de apariciones circunstanciales del recurso frente a Puerto Rawson y con los mejores años en un promedio de entre 30 y 50 mil toneladas de recurso, pescando fundamentalmente en aguas dentro de aguas del Golfo San Jorge, hoy pasamos a pescarlo gran parte del Mar Argentino, con más de 200 mil toneladas de captura anuales, el cual ha sido aprovechado y disfrutado por toda la flota del país.

Yo estoy absolutamente convencido que esto es gracias a la responsabilidad y a las correctas decisiones políticas que ha tomado la provincia de Chubut en este aspecto.

¿En todo el esquema pesquero hay enemigos?

No hay que tomarlo como enemigos. Somos todos argentinos. Creo que hay actores que intentamos se capture una importante cantidad de recurso sin perder de vista la sustentabilidad. Yo prefiero 200 mil toneladas durante los próximos 30 años y no 250 toneladas por cinco. Ese fue el error que se cometió hace tan solo 3 o 4 años en las decisiones que hemos tomado a nivel nacional. Lo he dicho dentro del seno del CFP, “parar un poco la pelota”. Lo comparaba por lo que viví por boca de otro, yo no la viví esa historia, donde en los ´90 vivimos un aumento desenfrenado de la pesquería de la merluza hubbsi, donde nos llevó a pescar alrededor del millón de toneladas.

Deberíamos haber sido mucho más inteligentes y nunca superar un número determinado, supongamos 500 mil toneladas y que hizo que allá por el ´99 tuvimos esa crisis y que hoy tenemos dibujado frente al mar, frente a la provincia de Chubut,  una gran veda que aún existe.

Trataba de no repetir esa equivocación, ese error que se cometió en los ´90, no haciéndolo con el langostino. En algún momento, algunos pensaban que podíamos superar las 200 mil toneladas y llegar a las 243 y al otro año 255, sin consecuencias para el recurso.

La provincia de Chubut pescó siempre en el mismo lugar, sin aumento desmedido de la captura, dentro de las aguas territoriales de Chubut, aún con cosas para corregir, pero esas capturas durante todo el 2000, permitió a partir del 2007 un aumento sostenido, siempre incrementándose en saltos muy importantes a nivel nacional.

Llegando a las 200 mil los técnicos de Chubut nos decían que teníamos que parar y también lo decían los técnicos del INIDEP, pero de algunos sectores no tomaron esas advertencias en serio. Por supuesto que se llegó a las 255 mil toneladas, pero empezando a aparecer signos de fatiga del recurso que nos hicieron repensar y hoy estamos pensando en el seno del CFP medidas algo más restrictivas que las actuales para tratar de corregir aquello que yo sigo considerando, se cometió un error.

¿Cuáles serían esas medidas restrictivas que menciona?

Yo te puedo decir las que vengo proponiendo desde aquel momento, donde cada uno de los marplatenses me ha escuchado discutirlas. No tengo un número porque cada uno tiene una medida determinada pero hay que consensuarlo en esa mesa, que creo cumple una función fantástica que es discutir sobre cada uno de los recursos y poder desde cualquier óptica opinar y tener buena relación más allá de las diferencias.

Mi propuesta es tomar medidas del cuidado del recurso que tiendan a la restricción, de alrededor de las 200 mil toneladas como venimos pescando pero que sean medidas fácilmente controlables por la autoridad de aplicación nacional. Que no sean medidas engañosas o fácilmente dejadas de lado. Hay que tomar medidas serias tendientes a los controles.

Por ejemplo Chubut tomó hace ya varios meses una unidad de medida con un tope máximo. Esto es fácilmente medible porque se cuentan los cajones y se multiplican por el peso promedio de esos cajones y te da un número determinado.

En embarcaciones de flota amarilla hay una cantidad de toneladas y en embarcaciones de flota fresquera otro número de toneladas. Creo que debemos ir por ahí. El número hay que consensuarlo entre todos los actores para que sea un número que le sirva a todos.

Creo que hay que compartimentar la temporada. Hay que pescar con mayor tranquilidad sin tanta desesperación. A veces siento que se abre la temporada y salen todos a la “caza” del langostino, que no está mal. Cuando uno pesca apurado no hace las cosas del todo bien y eso también estamos tratando de aplicarlo en la provincia de Chubut.

Las buenas prácticas en la pesca producen sin lugar a dudas un pescado de mayor calidad y mayores calidades y precios a la exportación. Tenemos que cuidar el recurso desde la calidad y no como ha sucedido tener pescado que ha llegado a algún destino y ha sido devuelto. Esto debería avergonzarnos a todos. Debemos corregir y cuidar todas las prácticas y el manejo de nuestro langostino, desde que se tira la red al agua hasta que se pone en un contenedor y llega a destino. Muchas veces se sale a pescar, como ha sucedido, sin sulfito, en aguas nacionales con tres o cuatro días de demora entre la salida y el regreso y esto no puede ser.

En alguna oportunidad se ha descubierto que como no había hielo a disposición se salió sin hielo y esa primera captura de esa manera se debería desechar o algo parecido.

¿Por qué se le permite a una embarcación salir sin hielo?

No hay controles básicamente. No se controla si se sale con o sin hielo. Muchas veces te lo termina contando un armador en confianza. Tampoco SENASA, que es un organismo que está bastante ausente en las primeras etapas de la pesca, sobre todo en la salida o la llegada a puerto del barco. SENASA debería estar en el muelle tomando temperatura al langostino que debe llegar a una temperatura apta y debe ser transportado en el caso de que viaje a otro destino del país, a temperaturas aptas.

Desde la autoridad de aplicación provincial hemos constatado este tipo de falencias pero no somos autoridad de aplicación. Tenemos excelente relación con Carlos Liberman y Julián Suárez con quienes nos hemos contactado y ellos han actuado en consecuencia, pero no se puede estar todos en los muelles al mismo tiempo con el personal necesario para controlar todo esto.

Dependemos muchas veces de la responsabilidad individual de cada armador, de cada capitán, para que se haga de manera correcta, muchas veces tenemos mucha responsabilidad en algunos capitanes y algunas tripulaciones. Hay otras que no lo tienen. En ese caso tiene que estar el Estado para controlar.

Dicho esto da la sensación que es un “viva la Pepa”, la embarcación sale igual, con hielo, sin hielo, con o sin sulfito… los barcos zarpan igual. ¿Falta gente? ¿Falta metodología de control? Algo está faltando.

Yo soy un convencido de que las multas no son la solución al problema. La multa de castigo por algo que hizo mal el armador o el capitán, no es la solución. Va todo por capacitación, educación y control y generar las pautas de pesca que tiendan a mejorar. Si vos no estás desesperado por salir a pescar a la próxima marea, si vos tenés un cupo mensual de capturas, vos salís a pescar tranquilo porque sabes que esa marea vas a poder tanta cantidad de cajones o tanta cantidad de toneladas. Si vos tenés una carrera contra el tiempo, contra las mareas, contra el restos de las embarcaciones, muchas veces poniendo en riesgo a las tripulaciones, pasándose “muy finitos” dentro de una “cancha chica”.

Esto que vos llamás “viva la Pepa” muchas veces pasa por las responsabilidad individual. En la pesca vamos a fondo tratando de capturar la mayor cantidad en el menor tiempo posible y esta rapidez hace que no tengamos la prolijidad que necesita el langostino.

¿Esa modificación en la forma de pescar, de pescar menos o hacerlo de otro modo no generaría menos trabajo en tierra?

Para nada!!! Yo no te digo pescar menos. Digo pescar la misma cantidad. Pero pescar la misma cantidad más tranquilos. Hace unos días mirábamos la cantidad de barcos en el agua, con un trabajo que hizo Juan Buono  (Pepino),  autoridad de aplicación de la Dirección Nacional de Coordinación Pesquera, con actores del INIDEP y con el CFP y mostraba la cantidad de barcos en un momento determinado de la zafra contra la cantidad de desembarques. Al principio y al final de la temporada tenés una alta cantidad de barcos y bajo desembarque pero al final a partir del 15 de septiembre y quizá antes, estaba virtualmente terminada la temporada.

El recurso no es que salga corriendo para otro lado, si vos lo dejás y lo vas tratando más cuidadosamente y capturando más despacio, por decirlo de alguna manera, en lugar de tenerlo en tres meses, lo hubiésemos tenido en cuatro.

Hubiésemos sacado la misma cantidad de langostino por barco en un mes o un mes y medio más, lo cual hace llegar con más tranquilidad ese recurso a las plantas, la planta no se satura en ningún momento, el congelado no se hace a los apurones. En algunas plantas con poca responsabilidad, en lugar de cumplir el tiempo o congelado ideal se achicaba un poco el tiempo de congelado, lo cual hace que en el centro del producto no tengamos la temperatura óptima, no llegaba a los -25º de congelado. Esto hacía que no llegue a destino con la temperatura óptima. Esto no sucedería si la planta no se atora, que de golpe recibe 10 mil cajones y tiene una capacidad máxima de 5 mil. Eso hace que la planta trabaje con algún cuello de botella en la capacidad de procesamiento y ese producto se desmerezca.

Con tantas cuestiones abiertas y tantas cosas para modificar, sobre todo en los controles, ¿no se impone una nueva Ley Federal de Pesca?

Creo que es un trabajo que no podríamos aplicar en el corto plazo, esto necesita la misma rapidez que tuvo el langostino en crecer en la cantidad que creció cuando tomamos algunas determinaciones como por ejemplo dejamos vedar algunas áreas en la provincia de Chubut.

El crecimiento fue exponencial y las autoridades en general creo que no tuvimos la agilidad para modificar algunos manejos. Hoy hay que tomar medidas rápidas. Hoy tenemos un recurso saludable todavía. Estas medidas las debíamos haber tomado hace cuatro años. Tomémosla hoy. Si estuvimos dos años para modificar la Ley Federal de Pesca entiendo que tardaríamos un tiempo muy preciado para tomar determinaciones respecto y puntual al recurso langostino.

Así, dejamos a Awstin, quien una vez alivianado del peso de poder expresar cierto malestar, en forma racional, dejó entrever una cierto grado de racionalidad y autocritica, involucrando a la pesca y pensando en voz alta que no se trata de pescar más o menos, sino de pescar mejor y en eso, entendemos, todos los participantes debemos encontrar con responsabilidad las formas de poder hacerlo.

Es preferible mirar a futuro la pesca sustentable pensando no solo en el caladero, sino también, que el compromiso pasa por miles de personas que esperan año tras año la zafra provincial y nacional para desarrollarse y generar trabajo digno y gratificante. La responsabilidad debe ser de todos los participantes, eso quedo claro. Así, se alejó Adrián Awstin, reflexivo dejando abierta la posibilidad inminente de una mejora e instancia superadora en aquellas resoluciones que llevaron a un plan de manejo que fue vulnerado y generó los desequilibrios de los que hablo.