De roles tristes y el trabajo que siempre falta

Sitio de Internet- Puerto de Palos – Mar del Plata

by Roberto Garrone 

Más allá de las buenas intenciones, la industria pesquera argentina es un mero proveedor de materia prima para que le sumen valor y generen riqueza en España, el principal destino de las exportaciones en lo que va del 2021. Aumentaron los compromisos de reproceso de calamar en tierra pero no se refleja en la estadística.

Se sabe que las exportaciones agroalimentarias y pesqueras de España se incrementaron un 4,1% en 2020 y alcanzaron su cifra récord, 53.848 millones de euros en relación al 2019.

Lo que no sabemos es cuánto de las 67.796 toneladas de productos pesqueros que importó desde Argentina por 384 millones de dólares, hasta septiembre pasado, fue reprocesado en las plantas industriales de Vigo, Lugo y Pontevedra, se transformó de materia prima entera en alimento para consumo directo, generó trabajo y se exportó a terceros países, generando divisas superiores a la importación.

Saltar ese modelo de industrialización básico y arcaico que hoy luce buena parte de la cadena productiva de la industria pesquera, creo, es el mayor desafío en los años que vienen. No sé si del sector, porque el aluvión de empresas extranjeras sumando capacidad de captura y alimentando el modelo commodities con miles de toneladas con pescado entero o semi procesado que mandan a sus casas matrices, no se detiene.

Tampoco parece claro que las autoridades apunten a cambiar los ejes del esquema actual, más allá del incentivo de fin de año con la reducción de algunos reintegros y la invitación para que la cola de langostino reduzca el peso de los bloques con que se exporta a Perú u países asiáticos para sumarle valor. .

Quedó claro que la medida resultó insuficiente, llegó demasiado tarde y el 2020 será recordado como el año en que las empresas gozaron de la abundancia del langostino pero sufrieron de manera más aguda la inflación en dólares.

Hay otros números que permiten dimensionar las asimetrías entre quienes solo exportan materias primas como nosotros y los que exportan alimentos para góndola.

Galicia tiene casi tres millones de habitantes pero no debe ser mucho más grande que Mar del Plata, “el principal puerto pesquero del país”, como les gusta decir a los ocasionales funcionarios y autoridades de pesa por la banquina chica, casi siempre en campaña.

Los gallegos exportaron por 20 mil millones de dólares en los primeros 10 meses del año. En octubre el salto en la comparación interanual trepó al 65%.  .Hasta ese mes Galicia llevaba un incremento del 26% en las exportaciones de pescados y mariscos, con una cifra cercana a los 1300 millones de euros, según informó el Faro de Vigo en los últimos días. Hasta septiembre toda la industria pesquera argentina había exportado por 1541 millones de dólares.

Estos ejercicios que vemos en alza se justifican por las cargas que arriban de filiales, empresas mixtas, cargas de Malvinas, transbordos, licencias Kelper’s, todo en comodities en nuestras aguas pero a los que nosotros ni los trabajamos,, ni los arancelamos debidamente”, explica Walter Castro, dirigente naval en Mar del Plata y crítico del rol que ocupa Argentina en el escenario pesquero y el avance extranjero en nuestro caladero.

Porque en paralelo a la realidad industrial gallega, o a contramano de su bienestar, acá en Mar del plata todo esta dominado por el reparto de asistencia para la subsistencia, para que no se caigan del sistema y sigan aferrados al plan social y al bolsón de comida, por la capacidad instalada ociosa, la falta de incentivos para generar trabajo y la precartización en sectores informales que nunca son puestos en caja. . Tal vez por este mismo motivo; en ese juego de roles a nosotros no nos toca poner el trabajo, sino los recursos pesqueros.

Lo único que crece en Mar del Plata es la capacidad de frío. Cámaras frigoríficas para almacenar pescado brotan en las calles del puerto, Maronti fue uno de los últimos casos el año pasado, y expone las aristas del modelo. Antonio “Toro” Baldino, siguiendo la tradición familiar de Pedro, Pascual y Andrès,  suma barcos pero no tiene trabajadores del pescado registrados para su reproceso. Sí cámaras para almacenar y exportar, más pescado entero que reprocesado.

La próxima inauguración será la de la familia Taranto en el Parque Industrial, aunque en este caso al menos no solo será un freezer gigante, sino que sumará personal para el reproceso de lo que capture el fresquero “Marbella”.

Una apuesta ambiciosa en tiempos donde muchos prefieren poner el dinero en el barco para hacerlo una herramienta más eficaz al momento de la captura y otros se conforman con tercerizar la mano de obra para hacer cola en bloque y que se le sume valor en terceros países.

Ni que decir con vincular trabajadores directos en establecimiento propio cuando en las áreas de recursos humanos festejan cuando se jubila un filetero bajo convenio 161/75. Será el empuje de las nuevas generaciones, que, además de la verborragia violenta, también heredaron el deseo del progreso.   

Habrá que ver qué dice Liberman ante el pedido de Cristina Ledesma para que esos trabajadores sean registrados y no que formen parte de un plantel cooperativo, modelo que en el Parque Industrial parece ser una marca de identidad en establecimientos pesqueros.

Desde que asumió,, el Subsecretario de Pesca se ha preocupado por generar medidas de manejo que redunden en una mayor actividad laboral en tierra. El reproceso de calamar efectvo en tierra de los barcos poteros cuyo permiso de pesca comprometía un porcentaje de la captura, fue una medida acertada.

Son casi 40 poteros los que debieron reprocesar en tierra entre el 10 y el 21% de sus capturas. En este 2020 la flota potera desembarcó 114 mil de las 130 mil toneladas de calamar que se descargaron en todos los puertos. Las exportaciones de illex, hasta octubre, alcanzaron las 117 mil toneladas, de las cuales 109 toneladas correspondió a calamar entero..

¿Dónde quedó el trabajo para los obreros del pescado? Muy lejos de Argentina