OPDS, un cambio para frenar la máquina de impedir

Sitio de Internet – Puerto de Palos – Mar del Plata

Roberto Garroneenero  

Fue absorbida por el flamante Ministerio de Medio Ambiente que creó Kicillof antes que termine el 2021. En el puerto marplatense su apatía para definir certezas demora no solo la remoción de los barros del último dragado sino aplaza la obra de ampliación del elevador sincrónico de SPI y una planta de pretatamiento de harinera Coomarpes.

“Ambiente”, “Transporte” y el de “Hábitat y Desarrollo Urbano”. Esos son los tres nuevos ministerios que entre el brindis de Navidad y Año Nuevo aprobaron las cámaras de Senadores y Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

La ampliación de la estructura administrativa de Axel Kicillof se enmarca en el “Programa de Reconstrucción y Transformación Provincial”, una “hoja de ruta y planificación” para los próximos 6 años.

Esperemos que la planificación no sea como el anuncio de la avenida de circunvalación que ocupó espacios centrales en los medios en los últimos días. Desde Vialidad provincial entregaron el proyecto y al día siguiente el gobernador anunció su financiamiento y que la cristalizarán “cuanto antes”. En La Plata aseguran que los fondos para hacer la obra están. Que no figure en el presupuesto 2022 es apenas un detalle que se les pasó por alto.

Si es como el Muelle 9, que hace un año anunciaron ante empresarios pesqueros y el ministro de Economía, Martín Guzmán, y todavía no salió con el aval del Congreso de la Nación, habrá que seguir esperando.

En el puerto la creación del Ministerio de Ambiente cayó como un bálsamo para curar las heridas abiertas por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), el cual mantiene trabados distintos proyectos productivos y obras de remediación.

Las mayores críticas a la OPDS no se vinculan con hechos de corrupción sino con la burocracia y demoras exasperantes en las tomas de decisiones.  En el Consorcio lo sufren con el tratamiento de los barros contaminados que no estaban contaminados y que la justicia le pide que remueva del playón aledaño a los silos del puerto.

Pero también SPI Astilleros que espera el certificado de aptitud ambiental para extender el elevador sincrónico en la banquina chica del puerto, y Coomarpes, que aguarda el aval para la construcción de una nueva planta de pretratamiento en su harinera que permitirá mejorar la calidad de sus procedimientos.

La otra batalla que enfrentó a la OPDS con la administración portuaria fue el dragado que llevan adelante los daneses de Rodhe Nielsen. “Hicimos como 350 zoom para explicarles que era una obra de mantenimiento, que no intervendríamos en áreas nuevas. Igual mandamos muestras de Playa Grande y de las playas del puerto. Fue más difícil lograr su firma que conseguir una draga”, confiesan cerca del presidente del Consorcio.

En el puerto creen que la creación del Ministerio tiene que ver con esa intención de solucionar estos problemas que si son una carrera con obstáculos en un puerto que mueve apenas el 1% de las cargas totales en las terminales bonaerenses, las consecuencias deben ser más graves en polos productivos de mayor trascendencia.

La extensión de 8 metros en su elevador ubicado en la banquina chica le permitirán a SPI operar barcos más grandes. Hasta ahora sube y baja buques de entre 25 y 32 metros aunque en condiciones especiales ha podido subir buques de hasta 36 metros y unas 500 toneladas.

La ampliación tiene un único objetivo, o uno muy urgente. Poder bajar el “Luiggi”, el tangonero de 40 metros que el astillero de Horacio Tettamanti construye para Solimeno. “Tony” se definió a apostar por la industria naval argentina una vez que le cancelaron la chance de importarlos barcos usados, toda su especialidad.

Como toda obra que impacta en el espejo interior del puerto, la iniciativa de SPI debió tener el aval de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables y también de la OPDS. El de la Subsecretaría ya lo tienen. La OPDS pidió estudios de los sedimentos que se extraerían al colocar los pilotes de hormigón para prolongar la estructura.

SPI montó un estudio de ingeniería ambiental para estar a la altura de las exigencias de los organismos del estado. En el astillero aseveran que las fallas no fueron propias en el registro de muestras sino que los resultados fueron mal interpretados por el labotatorio que realizó el estudio (Fares Taie). El estudio se reiteró y con los parámetros que correspondían, los resultados fueron satisfactorios. Donde se extenderá el elevador es un sector que jamás fue dragado y donde solo operan barcos de la flota menor, coste

Tanto en el Consorcio como en el astillero descartan cualquier interna política en las demoras (Horacio fomentó la candidatura de Gustavo Pulti quien terminó restándole votos indispensables para que Raverta se imponga a Montenegro.

Aseguran que la administración y el permisionario vienen trabajando codo a codo a lo largo de todo el proceso pero la firma para el certificado de aptitud ambiental para la ampliación del elevador no aparece.

Ya en el invierno del año pasado, cuando se conoció la intención de SPI de llevar adelante la obra, y tenía todos los materiales comprados, Sandra Cipolla, la CEO del astillero, reconocía que la idea era tenerla terminada para el mes de septiembre. El costo de la obra era de 25 millones de pesos.

La falta de la venia ambiental, después de cuatro meses les impide hacer la perforación en el lecho portuario para colocar los pilares. Ya la traba comienza a repercutir en toda la cadena de producción del astillero. Urge que SPI pueda comenzar la obra para que se libere el cuello de botella que tiene hoy en sus naves industriales.

En el proyecto de construcción del “Luiggi” estaba contemplado que el barco baje por el sincrolift el mes que viene, cosa que evidentemente no sucederá. Con el cambio en la estructura administrativa y la absorción de la OPDS en el ministerio de Medio Ambiente, y la salida de Juan Brardinelli, todos en el puerto confían en un giro hacia la flexibilización.

“La Municipalidad muchas veces saltea a la OPDS porque son una máquina de impedir”, reniegan en el puerto.

El “Luiggi” no está terminado, le falta muchas horas hombre aún, pero esa etapa se concluirá a flote, con el barco en el agua. Ese espacio que libera en la línea de producción debe ser ocupado por las nuevas construcciones. Y cada construcción demanda la incorporación de nuevos trabajadores.

Toda esa cadena virtuosa hoy está detenida por la burocracia estatal. “Deberíamos haber puesto la quilla de dos barcos nuevos”, aseguran en el astillero, impacientes por las demoras.

Las velas tendrán que prendérselas a Daniela Vilar, que a los 37 años, se convirtió en la nueva Ministra. Viene de ser diputada nacional, y para mal humor de Tony, “la Negra” como la conocen sus compañeros de militancia, proviene de La Cámpora y responde a Máximo Kirchner.