Langostino en Rawson y la certidumbre perdida

Sitio de Internet- Puerto de Palos

by Roberto Garrone  

La zafra en aguas provinciales de Chubut muestra una fuerte caída en los desembarques y un fin de temporada en el horizonte. Sin datos compartidos con el INIDEP todas son suposiciones y lamentos. La anchoa como alternativa para mantener operatividad.

La abundancia que mostró en los últimos años la zafra de langostino en aguas provinciales de Chubut y que tuvo a muchos de los integrantes de la flota costera y artesanal de puerto Rawson rebotando contra el muelle, generando ganancias extraordinarias y un desarrollo productivo alrededor del marisco entero en establecimientos fabriles de la ciudad y la provincia, esa abundancia parece haberse evaporado en esta temporada 21/22.

El dato estadístico confirma lo que se observó en el muelle de playa Unión el mes pasado, con barcos saliendo a primera hora del día y regresando al final de la tarde sin poder completar la bodega. Muchas reformadas y ampliadas bajo el paraguas del Decreto 1109 que reglamentó el esfuerzo pesquero de la ley provincial de pesca y que para otorgar una licencia pone el foco en el manual de carga y no en la bodega.

Licencias al margen, lo cierto es que en enero, el mes que siempre marcó el pico de la actividad en Rawson, las descargas de langostino se redujeron un 31,5% y de 24.835 toneladas se declararon descargas por 17 mil toneladas.

Y con febrero se mantuvieron los vientos que retienen a la flota en muelle, especialmente a la artesanal, la que más sufre el mal clima que cuando no los deja salir del puerto tampoco les permite llegar sobre la línea de las 12 millas, donde se arrima el langostino que habita en el área de esfuerzo restringido.

A juzgar por lo que mencionan algunos capitanes la posibilidad de pedir una prospección al sur del 44°S no tendría mucho sentido. Esa alternativa la había deslizado hace unas semanas Gustavo González, el presidente de la CAFACH en diálogo con “Desde El Muelle” como una posibilidad para ver si los rendimientos en aguas provinciales hacia el sur mejoraban un poco.

Hoy la zona de pesca habilitada se ubica entre el 43°S y 44°S pero los barcos no han ido más allá del 43°50 porque a medida que más bajan es mayor la incidencia de la merluza como especie acompañante. Hay quienes creen que no tiene sentido pedir que se prospecte más al sur cuando los propios capitanes saben el panorama con el que se van a encontrar.

El domingo un grupo de barcos encontró una marca frente a puerto Rawson sobre el 43°23| que les permitió superar las mil cajas en el día, algo que en este nuevo contexto de carencias se celebra. Ahí pescaron el “Fiesta”, “Don Giuliano”, “Tritón”, “Siempre Don Vicente” y el “Vamos a Probar”.

Algo bueno tuvo esta temporada… la flota volvió a capturar ejemplares de buen tamaño, con predominancia de L2 y L3 de buena calidad y con lances limpios, con muy poca merluza. El del año pasado había sido de tallas inferiores, lo mismo que la calidad de la captura.

Cuando calmó el viento volvieron a salir el martes a la mañana. Acompañados de muchos más barcos porque las primicias duran poco en el muelle y los rendimientos se redujeron a la mitad. Igual fue más de lo que hicieron muchos otros días.

Ayer miércoles otra vez el viento los mantuvo amarrados y el pronóstico extendido marca que no mejorará hasta el domingo. Este fue otro de los rasgos distintivos de la temporada; pocos días seguidos de buen tiempo para consolidar una regularidad que tampoco estuvo en el  nivel de abundancia.

Saber qué motiva esta caída abrupta en las descargas que obviamente traducen una disminución de la biomasa disponible para la pesca es una misión casi imposible. Al menos esa explicación no la podremos encontrar golpeando las puertas del Programa Langostino del INIDEP.  Los investigadores del instituto de investigación no tienen acceso a los datos que colecta la Secretaría de Pesca de Chubut.

PdP intentó comunicarse con Gabriel Aguilar pero el Secretario de Pesca no respondió el mensaje cuando se le pidió su análisis de la temporada de pesca en aguas provinciales

Claro que hay datos que exceden cualquier análisis y asoman como incontrastables. La operatoria de la flota de Rawson se aplica sobre concentraciones de reproductores de langositino. Si hay una merma en su biomasa como muestra la reducción de capturas/desembarques, es una señal que más temprano que tarde repercutirá en todo el escenario de la pesquería.

Fundamentalmente en la temporada de pesca de aguas nacionales a partir de mayo/junio, y donde se producen las mayores capturas, ya con la participación no solo de los barcos de Rawson sino los tangoneros congeladores y fresqueros de altura.

¿Estamos en presencia de los primeros síntomas de agotamiento; las primeras muestras por años de aplicar un esfuerzo pesquero mayor al que podía soportar el recurso? Tal vez el mes que viene cuando el INIDEP realice la próxima campaña de evaluación sobre pre reclutas podremos tener alguna certeza mayor.

Por ahora hay que esperar porque la investigación del principal recurso de la industria pesquera argentina tiene un hueco de 4 meses. Cuando se desarrolla la temporada aguas de la provincia de Chubut, los investigadores del INIDEP se quedan sin acceso a esa información científica, se les apaga la luz y se corta la línea temporal. Un lujo que no podemos darnos. Sobre todo cuando al circo del oro rojo comienzan a soltársele alguna estacas.

A esta altura en Rawson la sorpresa le dejó lugar a la angustia y resignación. Algo cambió y esperan que sea un comportamiento pasajero. Estiman que el langostino sigue migrando de sur a norte pero lo hace más hacia el este, fuera de su zona de operaciones,

Algunos sostienen que el recurso estuvo disponible en septiembre/octubre, cuando ya estaba terminando la zafra en aguas nacionales. Esa teoría es un poco endeble: si hubiesen existido marcas la flota la hubiese detectado en su derrotero yendo o volviendo de zona de pesca en Nación.

El mapa migratorio en el tablero de aguas nacionales copia esos movimientos y los cuadrantes más próximos al continente, dentro de la zona de veda permanente de merluza, hace tiempo no muestran rendimientos significativos. Son áreas donde se cola agua o pesca mucha hubbsi.

Ese movimiento en diagonal de sur a norte y de oeste a este explicaría la presencia cada vez mas sostenida del marisco sobre el paralelo 41°S fuera de la zona de veda permanente de merluza, y que ahora es aprovechado, hasta en un 20%, por la flota fresquera de altura mientras completa el resto de la bodega con merluza. Por la porción minoritaria de la bodega le pagan casi 300 pesos el kilo. Por la mayoritaria, 100 en promedio.

Mientras miran de lejos el veranito de la flota marplatense, en Rawson no creen que la temporada pueda extenderse más allá de marzo y terminará de manera anticipada un par de semanas antes de lo previsto.

Vendrán bien esas 10 mil toneladas que consiguieron de cuota de anchoíta para poder acortar el tiempo de inactividad hasta que comience la zafra de langostino en aguas nacionales. Ya hay sondeos con algunos broker para colocar la materia prima en las conserveras marplatenses.

En este escenario de mala temporada del marisco, la anchoa aparece en la agenda de los armadores casi como una obligación para mantener continuidad y algo de rentabilidad. Abril posiblemente ya tenga a varios costeros con los tangones en los galpones y las redes de pelágicas en la cubierta.

Nada podrá reemplazar la rentabilidad y comodidad que regaló el langostino en estos últimos años pero al menos la anchoa regalará un poco de la certidumbre perdida.