Diario El Chubut- Pto. Rawson
Poco a poco, la centolla, bien al sur de la Argentina va buscando mercados que hoy, aún con una extensa brecha cambiaria, es factible para aquellos que ya están en ese camino. Es que los 30 mil dólares que se podrían pagar en líneas generales por el producto no son nada despreciables más allá de las dificultades que pueda presentar el pescar tan al sur y poner el producto en tierras europeas o norteamericanas donde la demanda es notoria.
Finalmente El Marine Stewardship Council es una organización mundial independiente sin fines de lucro que establece los estándares para la pesca sostenible y es la encargada de gestionar programas de certificación y ecoetiquetado para la pesca salvaje.
La certificación en cuestión permite a los consumidores, poder elegir productos pesqueros que lleguen a través de una pesca sustentable y salvaje, es decir que provengan del mar y no de cultivo con el agregado que sea una pesca amigable y que esté enfilada con los estándares del medioambiente.
Desde el año 2004 se viene compilando información al respecto de la especie, sobre todo en el trabajo que desarrolla el INIDEP al respecto, con diferentes análisis por parte de los científicos e investigadores de la Institución.
Hoy la centolla, que habita en las aguas más frías de la Argentina, posee un valorable valor comercial, ya que la tonelada puede llegar hasta un valor de 18 mil dólares en el mercado internacional.
En los buques congeladores dedicados a la centolla, ésta se procesa a bordo, con la particularidad de que al ser pescadas, los lances se suben prácticamente sin fauna acompañante, lo que constituye también una manera de continuar en el camino de una pesca sustentable, considerando también que esta pesca se lleva a cabo con líneas de trampas, un arte considerado selectivo y de muy bajo impacto sobre el ambiente si se lo equipara con las redes de arrastre.
Una de las características principales del uso de las trampas que se usan para esta pesquería es que las artes incluyen anillos para permitir el escape de juveniles y hembras. Otra de las cualidades es que lo que se capturan son exclusivamente ejemplares de machos adultos y devolviendo a las aguas el resto de los ejemplares antes que mueran.
La distribución de la centolla está prácticamente concentrada en la plataforma argentina y la certificación que mencionamos se refiere al Área Central, incluyendo a las aguas del Golfo San Jorge en jurisdicción de las provincias de Chubut y Santa Cruz, aunque incluye también aguas nacionales.
Sin dudas es otro paso importante para las pesquerías, buscando un recurso de gran valor comercial y que incluye un gran movimiento laboral.