Sitio de Internt – Puerto de Palos
Roberto Garrone
A tres días del comienzo de la prospección de langostino entre el 45°S y 47°S dentro de la veda permanente de merluza en aguas nacionales, crece la expectativa para comenzar a desandar una temporada que a priori enfrenta varios signos de interrogación.
Todavía se mantienen los ecos del ruido que hizo la presencia del “Espardel”, el nuevo fresquero de Bricel que se suma al Bouciñas y Pioneros. “Bricel” es la pantalla que utiliza la española Pereira para operar en el caladero argentino, burlarse de la ley vigente y pescar también en Malvinas sin ninguna objeción ni sanción de nadie de este lado del Atlántico.
Bricel se liga también a Alma Sea. El presidente de Alma Sea es Alfonso Magan, el mismo gerente que tenía Pereira mientras operaba en Argentina. Casualidades. Repitiendo el modelo Iberconsa, que financia la construcción de nuevos barcos, antes el Acrux, ahora el nuevo de Pipo Ramacci para quedarse con toda su futura captura
Pereira financia a Bricel para que construya el nuevo fresquero de 29 metros de eslora que reemplaza al “San Antonino”, el barco del grupo Caputo, 5 metros más grande, con mayor potencia de máquina y capacidad de bodega. Pero es un reemplazo.
Tan bajo perfil maneja Pereira en Argentina que la botadura del pesquero de Bricel en el astillero Unidelta de Tigre se llevó a cabo en silenciosa soledad, solo matizada por el aplauso de alguno de sus trabajadores. Sin funcionarios, autoridades, discursos de ocasión, invitados ni gacetilla de prensa a los medios. Como la captura de los barcos “Bouciñas” y “Mar Coral”, la del “Espardel” tendrá un solo destinatario: Pereira.
Otro gen español en el fresquero “Espardel”. Su diseño corresponde al estudio F Carceller, desde donde celebraron la botadura a la distancia, en Vigo. La empresa tuvo a su cargo el diseño conceptual, la ingeniería básica y de producción.
Bricel cumple así el compromiso que no había cumplido cuando incorporaron el “Mar Coral” para reemplazar al “Pioneros”. A ese buque congelador deberían haberlo construido en gradas nacionales. No solo no cumplieron, sino que al “Mar Coral” lo trajeron usado. Estaba pintado de verde, pescando en Malvinas. Pero no son lo mismo, acá no entiende el que no quiere.
Muchos se sorprendieron con la rapidez con que marchan algunos trámites en la Subsecretaria de Pesca. El buque fue botado en marzo y su permiso de pesca se expidió el 18 de mayo “Se autoriza la captura de todas las especies con exclusión de aquellas sometidas al Régimen de Administración mediante Cuotas Individuales Transferibles de Captura”, dice el certificado de inscripción al Registro de la Pesca.
“Los españoles no piden permiso, se sirven”, se escuchó por estos días en los muelles mientras a unos metros aparecía la silueta del “Antonia D”, donde la familia Di Bona todavía masculla bronca por el tratamiento que le dieron al proyecto de reformulación. Tan mal parado quedó que ya le pidieron a la Provincia de Buenos Aires las toneladas de pelágicas que perdió en el revoleo administrativo.
El azar dejó expuesto al “Espardel” que se inscribió a la prospección y fue uno de los cuatro fresqueros que salió sorteado para acompañar a los 16 tangoneros congeladores. Parece que Pereira necesita de langostino. En el fondo no es tan mala señal para el resto de las empresas que conservan temores por la falta de demanda de sus clientes europeos.
Los números de las exportaciones de langostino entero en el primer cuatrimestre marcan ese rumbo. Registran una merma del 5,3% en volumen aunque una mejora en el precio promedio generó un incremento del 2,8% en las divisas generadas: 77,6 millones de dólares.
Queda en evidencia que los exportadores le escapan a una Europa donde todavía hay stock, el euro no para de devaluarse, crece la inflación y no vuelve la paz tras la invasión rusa que disparó el precio de los alimentos y combustibles.
España e Italia bajaron sus compras pero creció Japón, el nuevo destino estrella que se ubica en el segundo lugar como receptor de las exportaciones de langostino entero con 1134 toneladas cuando entre enero y abril del 2021 apenas habían sido apenas 217.
El negocio de la exportación de colas de langostino muestra números rojos, que siembran dudas sobre la apetencia de los frigoríficos en este inicio de la temporada. El volumen se redujo un 15,2%, por debajo de las 20 mil toneladas, que generaron 152 millones de dólares, un 5,5% menos que en el primer cuatrimestre del año pasado.
Sigue siendo paradójico que el principal destino sea Perú para que se reprocese cola en bloque. Queda claro que el incentivo del año pasado no parece haber sido suficiente. El país latinoamericano creció un 40% su participación con 4173 toneladas.
Todo trabajo que podría hacerse en Argentina y no se hace por los elevados costos laborales y de políticas de promoción que verdaderamente fomenten la generación de trabajo.
Habrá que ver con qué precio arrancan la temporada los frigoríficos que compran la captura de los barcos fresqueros. La zafra provincial mantuvo valores parejos de entre 2,30 y 2,40 dólares por kilo durante toda la temporada aunque se entiende que con mayor volumen el precio tienda a bajar un poco.
Por ahora a los armadores los desvela despejar otra incógnita: la de garantizar que los barcos salgan a pescar. Cuando parecía que la famosa tablita de los conductores y maquinistas navales había caído en la caja de la racionalidad, aparecieron los patrones con una más o menos parecida. Mientras algunos ya reservaron lugar en el muelle para alistar el barco otros todavía tratan de persuadir a sus oficiales de que hay una paritaria firmada con valores en dólares atados a la producción
Porque si gremios y cámaras patronales van a erosionarse casi dos meses, con paro y conciliación mediante, y tras llegar a un acuerdo, algunos van a cambiar las condiciones porque se baja la red de arrastre y se colocan tangones, quizás sea más útil sembrar acuerdos por empresa. Menos desgastante, seguro.