Pesca: la fiebre por el “oro rojo” y la ineficacia de los controles

Sito de Internet – La tecla – Mar del Plata

En junio se abre la zafra de langostino y con ella toda la flota se lanza hacia aguas patagónicas. La relación con los hundimientos, la falta de controles y cómo perjudica al trabajo en tierra en Mar del Plata.

El langostino se volvió en los últimos años el recurso más preciado del Mar Argentino. La flota comenzó a dirigir los esfuerzos de pesca cada vez más hacia esa especie en detrimento de la merluza, el baluarte del caladero nacional. 

Las razones son varias. Por tratarse de un producto “de lujo” y exportación sumado que su pesca es “más sencilla”, implica mayor rentabilidad para las empresas. Tanto es así que se habla de la fiebre del langostino o del “oro rojo”. 

Pero la contrapartida de las capacidades de generar ganancia pueden exponerse en los casos de hundimientos y naufragios, cuyas fechas coinciden con la apertura de la temporada. Es el caso del Rigel (7/6/18) y el Repunte (17/6/17) que supusieron 19 víctimas entre muertos y desaparecidos. 

El caso del Repunte es paradigmático en ese sentido ya que se trataba de un buque dedicado a la pesca de merluza a los cuales se añadieron tangones, instrumentos necesarios para la pesca del langostino. Según el reciente informe de la Junta de Seguridad en el Transporte, fue justamente a causa de ellos que el barco no contaba con la estabilidad adecuada.

Desde el mundo de la pesca aseguran que es la actividad económica “más regulada por el Estado”, lo que es cierto si se tiene en cuenta la cantidad de instancias e inspecciones necesarias para que un buque se haga a la mar. Sin embargo, estos parecen ser insuficientes o ineficaces. 

Los dos principales apuntados son Prefectura Naval, encargada de la parte técnica y quién autoriza la salida de los buques y el Consejo Federal Pesquero, quién dictamina los permisos y cupos para cada nave. Fue esa entidad la que otorgó el beneficio de la justificación de inactividad del Repunte. El Consejo lo integran representantes políticos del sector de todas las Provincias con actividad pesquera.

La afectación al trabajo en tierra en Mar del Plata

Los buques fresqueros dedicados a la merluza se lanzan hacia el langostino. Para ello deben solicitar cupos que le permitan determinadas cantidades de capturas por especie, permiso que es brindado por el Consejo Federal Pesquero. 

¿Que pasa con los cupos de merluza entonces? Estos van hacia los barcos congeladores. Este tipo de naves además de la captura, se dedican al procesamiento durante la estadía en alta mar. En otras palabras, la mercancía no vuelve al puerto local para ser trabajada en las fábricas en tierra.

El procesamiento de langostino, aun el obtenido por la flota local, finaliza mayormente en los puertos del sur.