Diario del fin del mundo – Ushuaia
Ante la legislación restrictiva en vigencia, los pescadores artesanales del canal Beagle exigen medidas urgentes para proteger su actividad y sustento. Entre esas alternativas barajan la declaración de la emergencia en la actividad que ejercen.
Reclaman la necesidad de declarar la emergencia
arlos Darío Bravo, pescador artesanal del canal Beagle, presentó la problemática que afecta al sector a raíz de la legislación que considera perjudicial por las exigencias que plantea. Requirió la necesidad de declarar la emergencia de la pesca artesanal y reclamó políticas públicas que incentiven la actividad.
El pescador Carlos Bravo expresó: “Estamos trabados con la Ley 931, que es la regulación de la 244. Son leyes provinciales que regula la Legislatura. Este gobierno actual funcionó así con esa ley, durante cuatro años pasó eso. Hoy arrancan de vuelta, y salen con una ley donde las exigencias son mayores”.
Bravo también destacó aspectos de la ley 931 que regula la captura de centolla en el canal Beagle, y su diferencia con pescadores chilenos. “Somos tres, cuatro pescadores chicos, enfrente del canal de Beagle hay una industria, exportan, son organizados. No unificamos las vedas” denunció. “Ellos hoy están pescando, nosotros estamos en veda”.
Además, señaló la difícil situación económica que deben actualmente afrontar: “Hoy, los pescadores artesanales que tenemos acá en Ushuaia, no atentan el recurso. Están todos callados. Por ejemplo, en turismo nadie salió a hablar y decir ‘che, ¿qué pasa que no abastecen?’. Nosotros tenemos cuatro meses de veda, más el invierno, cuando paran todos. ¿Cómo hacemos para aguantar todo ese tiempo?”
En tal sentido, Carlos Bravo destacó la necesidad de adoptar medidas urgentes: “No hay sistema productivo en la provincia. Queremos que nos atiendan. Queremos una emergencia pesquera artesanal. Queremos que estos funcionarios se retiren, que den lugar a nuevas políticas y nuevos proyectos”.
Respecto al futuro de su oficio, afirmó enfáticamente: “Yo tengo todos mis hijos que están recibidos de patrón y que tienen ganas de seguir adelante con la pesca artesanal. Ellos lo van a heredar, es un legado. ¡Escúchennos!”
En cuanto a las condiciones laborales, Bravo lamentó: “La centolla resultó ser un atractivo para la provincia y en el Concejo Deliberante. Lo curioso es que cuando vamos al restaurante, es ahí donde está el valor agregado. Nadie piensa que mi puesto de trabajo está en las costas aledañas, le llamó así la provincia, es un pozo chico, no hay muelle, no hay planta, no hay proyectos”.
En tal sentido, hizo un llamado público a la colaboración, en virtud de la profunda crisis que los afecta cm sector: “Nosotros como siempre tenemos los documentos que le donamos a la provincia y que siempre incentivamos el consumo, que nos escuchen y que está bueno, que somos poquitos, que tenemos muchas falencias. Hay que seguir trabajando. Ayúdennos”.
Finalmente, Carlos Darío Bravo propuso soluciones concretas, partiendo de la unidad que deben exhibir los entes gubernamentales: “Yo fui una de las de las personas que recomendó al gobierno de la provincia hacer el muelle en la planta municipal para acercar las partes, porque ellos tienen que estar unidos para que nosotros salgamos adelante”.