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Para Chubut es una actividad que genera miles de empleos y unos seiscientos millones de dólares en exportación. Esta provincia posee uno de los principales centros de pesca del langostino del país.
La incertidumbre que genera la baja de rentabilidad, por conflictos y por cambios económicos, este año ya le costaron más de 400 millones de pesos al gobierno de Chubut, y cerca de 180 millones de dólares en pérdidas de exportación.
Hay que tener en cuenta que esta actividad es la segunda de Chubut, después del petróleo y le generó más de 13.000 puestos laborales. que anualmente mueve la economía provincial en unos 600 millones de dólares de exportación y que podría crecer aún más pero atraviesa las consecuencias de un conflicto aún no resuelto.
En 2023 se superaron las 90.000 toneladas pero este año no se va a alcanzar lo mismo, por los conflictos que hubieron.
El potencial de desarrollo se diluye por los acuerdos truncos entre empresas y gremios, cuando se inicia la temporada.
Las negociaciones, de las cámaras empresariales con los gremios continúan con: SUPA (estibadores); SOMU (marineros); pero el entendimiento parece que se aleja. Todos parecen tener la verdad y así está empantanado.
Pero a las típicas acusaciones, de que cada sector se quiere quedar con más y/o sacarle al otro, se le suma que ahora está el agravante externo nacional (costos, dólar etc…) e internacional (cambios en la demanda) y que lleva al replanteo histórico donde el kilo entero del producto rondaba los 6,5 dólares, y un altísimo porcentaje se vendía entero y la tendencia mayor es que el mercado nacional e internacional quiere el langostino ‘cola’ y que hay descabezar al crustáceo, este valor agregado al recurso natural genera más mano de obra, pero la elevación en el precio llega a casi 9 dólares con este proceso, y no le es atractivo a la industria, porque dicen que les resulta menos rentable, ya que se necesitan casi 2 kilos de entero para sacar uno de langostino procesado.
En los últimos 7 años, las paritarias se ajustaban por inflación, pero al mismo tiempo que subían los precios y salarios, también se ajustaba el tipo de cambio (dólar, euro), aún con los retrasos o demoras se acomodaba, ahora al estar estable o en baja genera un problema grande .
Se piensa que el salto del dólar, que en teoría valía 370 pesos y pasó a 800, trajo una importante mejora para el sector. Pero la apreciación está equivocada, el dólar de exportación era hasta diciembre, de 630 pesos; y al iniciarse el nuevo gobierno, además de elevar el tipo de cambio a 860 pesos, también elevó las retenciones sobre la exportación.
El sector advierte que el tipo de cambio quedó prácticamente estable, frente a una inflación que derivó en una suba de costos internos de alrededor del 70%. Por eso, insisten, la ecuación ha perdido gran parte de su rentabilidad.
A esto se le suma la baja del precio internacional e impactó en los precios en un 20%, por una mayor producción de Ecuador, con los criaderos de lagostinos que producen más de 5 veces que el caladero natural argentino. Que si bien el crustáceo natural argentino es de mayor sabor, para el mercado es langostino al fin.
Conclusión: el gobierno nacional hizo su parte «negativa», pero también es consecuencia y se está en esta encrucijada de intransigencia entre partes y que termina explicando el estado actual de conflictos como el que se dio entre noviembre y febrero del 2024 y que arruinó prácticamente toda la temporada de captura del langostino.
Las pérdidas son cuantiosas por esta falta de acuerdo entre empresarios y trabajadores y por esa desunión. También perdieron fuerza ante el gobierno nacional para realizar planteos productivos.
Los registros provinciales oficiales marcan, que por ingresos brutos se dejó de recaudar más de 400 millones de pesos. Esta cifra crece cuando se mira lo que no llegó a procesarse y exportarse. En la temporada anterior con más de 90.000 toneladas, este año se redujo a 63.000, con una pérdida de 27.000 toneladas, en dólares unos 180 millones.