Contessi advierte que la industria naval argentina está perdiendo competitividad

Sitio de Internet – Parte de Pesca – Comodoro Rivadavia

Nelson Saldivia 

El empresario Domingo Contessi, presidente del Astillero Naval Federico Contessi y Cía S.A. analizó la situación de la industria naval y la difícil coyuntura de la actividad pesquera. Fue durante las recientes Jornadas de Economía Azul realizadas en Puerto Madryn bajo la organización de CIMA Patagonia.

Al hacer un repaso histórico de la industria naval argentina, su evolución y altibajos, mencionó una serie de medidas que se tomaron en los últimos gobiernos que permitieron dar un impulso a la construcción de barcos pesqueros.

En la historia reciente recordó que tras una serie de eventos con lamentables naufragios “desde el gobierno de Mauricio Macri se formó una mesa con los armadores y los astilleros. Y la radiografía de la pesca era que teníamos barcos con una antigüedad promedio de 40 años”, citó.

“Teníamos una industria que era próspera y rentable con parte de sus barcos obsoletos. Vale recordar que parte de la flota pesquera argentina nació vieja”, afirmó al tiempo mencionar la etapa en que se importaron barcos usados.

MODERNIZACIÓN DE LA FLOTA PESQUERA

Contessi refirió al DNU N° 145/2019 sobre lineamientos para la modernización de la flota pesquera, “esto fue un paso importante porque por primera vez se dio un incentivo al astillero argentino por sobre el barco importado extranjero”, comparó. Permitiendo cuando el barco fuera construido en el país se pudiera incrementar un 10% la capacidad de pesca respecto del barco saliente.

“Durante el gobierno de Macri habían dado el compromiso de bajar aranceles porque había que renovar la flota rápido y en el gobierno siguiente de Alberto Fernández se dio algo que veníamos pidiendo que era que las autoridades confiaran en la industria naval y no permitieran la incorporación de barcos usados que se podían construir en el país, porque era una competencia desleal”, describió el presidente del astillero marplatense durante su visita a Puerto Madryn.

“Se dio esta particularidad, dos medidas de dos gobiernos completamente distintos terminaron, casi sin querer, creando una política de estado y la industria naval se vio frente a un brote verde en la renovación de la flota pesquera”, graficó el empresario.

COSTOS Y PRECIOS RELATIVOS

En esa línea, recordó que el Astillero Naval Federico Contessi incrementó entre 2019 y 2023 su capacidad instalada ante el crecimiento de la demanda de construcción de buques. “Hoy esa situación se ha ralentizado. La foto hoy es que tenemos siete barcos en construcción, pero la película es que el sector pesquero está entrando en una crisis muy difícil. Y una situación de costos para la industria naval que nos ha hecho perder muchísima competitividad”, analizó al evaluar la compleja coyuntura que afronta el sector

“En el breve brote verde que tuvimos logramos, en la industria naval, bajar el promedio de la flota pesquera de 40 a 34 años. Hoy ese ritmo es diferente. En las actuales condiciones veo un futuro incierto”, arriesgó Domingo Contessi.

Insistió en que la actual estructura de costos distorsiona la ecuación afectando la competitividad. Y lo tradujo en ejemplos concretos: “En el año 2021 firmamos un contrato para renovar seis barcos de una empresa nacional de capitales chinos. Cada uno de esos barcos tenía un costo de tres millones de dólares. Dos se entregaron en 2022, dos en 2023 y ahora estamos entregando los dos restantes. Hoy hacemos el costeo de esos barcos y nos da cinco millones de dólares. Eso es pérdida de competitividad”, aseveró.

Asimismo, describió que como consecuencia del cepo cambiario y las dificultades que hubo para importar insumos, también distorsionan los precios relativos.

“En el anterior gobierno con problemas para importar chapa, nos encontramos que cuando el acero valía en el mundo entre 700/800 dólares, en Argentina valía 5.450 dólares. Hoy esas mismas empresas que hace un año lo venían a 5.450 dólares, lo están vendiendo a 2.000 dólares. Lo que hay que resolver es esta cuestión de los precios relativos”, reclamó.

Finalmente, concluyó que “lo más preocupante para un astillero es que nuestros clientes no tengan rentabilidad. Sin rentabilidad no construyen barcos”.

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