Diario La Capital de Mar del Plata
En tanto, la pesca argentina está a punto de irse a pique. Nueve cámaras empresariales del sector salieron a dar la señal de alarma: los barcos están parados, las exportaciones en caída libre y los números ya no cierran ni con fórmulas mágicas. El diagnóstico es brutal: “quebranto inminente”. El combo incluye costos operativos altos, tipo de cambio poco competitivo, precios internacionales en baja y un sistema laboral que —según las empresas— quedó varado en otra época. Desde marzo, cuando arrancó la temporada del langostino, los barcos directamente no salen. A la recesión se la ve desde el muelle.
La preocupación crece y se impone la adopción de medidas para paliar la situación. El comunicado empresarial pide una “mesa multisectorial” para renegociar acuerdos laborales con “equidad y transparencia”. Traducido: quieren bajar costos sin tocar derechos, pero con los gremios enfrente no será fácil. La pesca es el quinto sector exportador del país, genera casi 150 mil puestos de trabajo y facturó casi 2 mil millones de dólares el año pasado. Pero sin políticas activas ni señales desde el Gobierno, el sector amenaza con hundirse. Y si se hunde, salpica fuerte a Mar del Plata.