La flota pesquera sumó al buque “Santísima Trinidad” que tiene inversión y construcción con sello marplatense

Sitio de Internet – Ahora Mar del Plata

Se cumplió la presentación del pesquero “Santísima Trinidad”, inversión de la firma Maronti S.A y con costrucción a cargo del Astillero SPI, novedad que vuelve a resaltar el potencial de la industria naval marplatense y en buena medida también la renovación que se viene dando en la flota que opera en aguas de la región.

El acto de presentación del “Santísima Trinidad” contó con la presencia del fundador y la presidenta de SPI Astilleros, el ingeniero Horacio Tettamanti y Sandra Cipolla, respectivamente; y del presidente de Maronti SA, Antonio Baldino, junto con su hijo y también representante de la firma, Nicolás Baldino, además de integrantes de los equipos de ambas empresas.

Esta embarcación pesquera es un buque congelador arrastrero que cuenta con una planta procesadora propia para la pesca de calamar, langostino y merluza, lo cual refleja su excelencia operativa y sus altos estándares de calidad e innovación tecnológica.

Su construcción evidencia la combinación de alta tecnología con mano de obra calificada, lo que pone en valor el potencial de la industria naval argentina para competir en el mercado nacional e internacional.

La presidenta de SPI Astilleros destacó, en primera instancia, “la capacidad que tenemos los argentinos y las argentinas de cambiar la realidad”. Y en ese sentido, ahondó acerca de la conjunción de voluntades: “Una de las cuestiones que quería ejemplificar es que este barco es resultado de un acto de voluntad contra la adversidad”, reflexionó y reparó en la construcción de un vínculo de confianza entre ambas empresas, a nivel profesional y personal.

“Este barco nos demandó cinco años de trabajo, y en ese camino atravesamos de todo: idas, venidas, desafíos y preguntas sobre cómo llegar hasta aquí. Y llegamos porque construimos un vínculo de confianza que superó todas nuestras expectativas. Fue un recorrido con momentos difíciles, sí, pero también profundamente gratificante, porque este barco lo hemos disfrutado con enorme orgullo”, enfatizó Sandra Cipolla.

A su turno, y en representación de Maronti SA, Antonio Baldino, habló del legado familiar y del valor de la empresa que encabeza. Y destacó, en ese sentido, la importancia de trabajar junto con empresas locales y nacionales y de poder avanzar de cara al recambio generacional: “Desde que mi abuelo Antonio Baldino llegó a Argentina, empezó a trabajar de manera ininterrumpida, pasaron los años y hoy me encuentro trabajando con mis hijos que son ya la cuarta generación”, sostuvo.

Y en esa línea, auguró: “Este barco va a dar que hablar, va a ser un indiscutido número uno, no solo por sus características constructivas sino por el grupo humano”.

“No veo solamente un barco pesquero, sino que veo el trabajo de decenas de empresas nacionales y también extranjeras trabajando en conjunto con un mismo objetivo. Ahora nos queda lo mejor, lo más interesante y a la vez un gran desafío que depende exclusivamente de nosotros: salir a pescar”, advirtió Nicolás Baldino.

Horacio Tettamanti habló sobre la importancia de recuperar la confianza para poder impulsar la producción y el desarrollo y, sobre este nuevo buque, admitió que pese a que en algún momento sintió que era momento de rendirse, “si se terminó fue porque hubo un fenómeno al que uno le da mucha satisfacción y es esa confianza” entre ambas empresas.

“El Santísima Trinidad es tal vez una conjunción de lo mejor de la comunidad productiva de Mar del Plata, es producto del diálogo, de la tolerancia, es producto de escuchar. Ojalá que este barco, más allá de lo que significa para la comunidad local, sea nuestro testimonio de que hay otro camino posible a la crispación, a la voz elevada, al insulto. También hay otro lugar que es el diálogo argentino y como siempre digo: cuando los argentinos construimos confianza, nos escuchamos, cuando construimos juntos, cuando nos creemos, somos invencibles. Y eso es lo que queremos dejar como testimonio”, finalizó.

Como la tradición establece, el padre Ariel Sueiro fue el encargado de bendecir el barco, para luego dar lugar al bautismo de la embarcación, que estuvo encabezado por sus madrinas: Maia y Juana Baldino, hijas del presidente de Maronti SA. Y finalmente se realizó la tradicional ceremonia de rotura de botella en el casco del barco, símbolo de buenos augurios, prosperidad y mares seguros.

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