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En las últimas horas se conoció la noticia de la renuncia al cargo de presidente de la CAFACh, el empresario Gustavo González, su cargo será ejercido de manera momentáneo por el secretario de la misma Ricardo Williams, hasta tanto se convoque a un acto eleccionario interno para elegir al sucesor.
Si bien algunas versiones indicaban que sería por motivos personales, de acuerdo a lo que pudo conocer PESCARE, el motivo sería otro y puntual: la decisión fue adoptada por González luego del dictamen de la Secretaría de Trabajo que “no fue lo esperado», confió la fuente.
Los hechos se habrían precipitado tras el manifiesto de la cartera laboral, que dictaminó en favor del Sindicato Obrero Marítimos Unidos en un litigio por acuerdos paritarios, conflicto que viene de larga data y que mantuvo en veredas completamente opuestas a la parte empresaria y a la de los trabajadores, donde además de tensas reuniones y la intervención de funcionarios del área de pesca y gubernamentales de Chubut, incluyó denuncias penales desde ambas partes.
“Todos los armadores pesqueros son valientes, van al frente y buscan negociar, pero al único que ‘putean’ es a González. Si el tema del conflicto laboral, que es básicamente económico, se va a judicializar, él no quiere ser el blanco de las críticas y de las acusaciones. Esa situación lo cansó y por eso la renuncia”, aseveró la misma fuente consultada.
El dictamen que motivó la renuncia del presidente del CAFACh es el que indica que en los últimos tres meses del 2023 es el referido al índice inflacionario, donde se indica que el porcentaje es de 53,1%, por lo que el mismo tiene que aplicarse al precio del kilogramo de langostino, el cual iría a un valor de $918,90.
El dictamen de la secretaría de Trabajo se basa textualmente en: “Atento la marcada escalada inflacionario que transita el país y el sinuoso desequilibrio económico imperante en materia de precios, las partes acuerdan establecer una cláusula de ajuste por inflación extraordinaria, acorde con los índices oficiales que publique el INDEC, comprensivo a los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023.”
“Dichos índices mensuales se adicionarán al 138,3% aquí detallado en el marco de la recomposición salarial, y será aplicable al precio de la especie de captura langostino, merluza y anchoa, debiendo liquidar y abonar el salario del mes de enero de 2024 -rubro producción- con la integración de dicho porcentual de ajuste”, expresa de modo textual.
Vale recordar que este no es el único conflicto en el que está inmerso el sector pesquero chubutense. Por una parte las denuncias contra la cúpula del SUPA Chubut por coimas y extorsiones que continuó con los gremialistas detenidos en sus domicilios y liberados hace pocas horas a pesar de continuar procesados.
El Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia es otro de los puntos rojos del sector patagónico, al que se la ha sumado el diferendo salarial con el gremio de la marinería enrolado en el SOMU, que terminó (o continúa) con lo ahora expresado por la cartera laboral chubutense.
Aunque haciendo historia reciente, el inicio de la desgastante actividad del presidente de la CAFACh se inició con la caída del SUPA Chubut en manos opositoras a las que permanecieron de la mano de su asesor legal, y por ese entonces, Secretario de Pesca, Gabriel Aguilar.
Posteriormente, el inesperado cambio de gobierno provincial, pero fundamentalmente a nivel nacional, impulsó recambios que son significativos y de peso para esa cámara; ya la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación no está en manos del Dr. Carlos Liberman, la Secretaría de Pesca de Chubut en la figura del Dr. Gabriel Aguilar y como si fuera poco, el representante de la provincia en el CFP ya no es más el Med.Vet. Adrián Awstin bajo el amparo del exgobernador Mariano Arcioni, paladines que daban sustento político y columna vertebral a una Cámara que fue definitivamente respaldada por esos actores en un marco bastante cuestionado por estos últimos días, pero además, desde lo económico, con una caída de demanda y precios en el langostino en el marco internacional que difícilmente pueda justificar las rentabilidades de cada actor y estrato del sector, en un marco regular de operaciones.
Todos estos temas de conflicto, sumado a una temporada provincial de la pesca de langostino irregular por cuestionamientos alternativos de distintos sindicatos, (cuyo eje central fue la rentabilidad y utilidad para sus agremiados), no va a permitir cerrar una zafra como la esperada en la provincia del Chubut. Inició tarde, en diciembre, y desde los primeros días de enero paralizada como consecuencia de litigios gremiales de toda índole de público conocimiento y que hemos venido informando oportunamente.
En un brevísimo diálogo con PESCARE, Gustavo González manifestó sobre su renuncia, “Solo puedo confirmar que es así y no hay más motivos, más que personales; fueron muchos años y creo vienen momentos duros para el sector en general y es necesario un cambio por alguien que tenga más energía.”