Multisectorial “Ningún Hundimiento Mas” en debate público por la situación del puerto

Sitio de Internet – El retrato de Hoy – Mar del Plata

Integrantes de la Multisectorial “Ningún Hundimiento Más” realizarán este viernes a las 15 un debate público en las instalaciones de La Bancaria, ubicada en San Luis 2069, para tratar las diferentes problemáticas que afectan a la actividad pesquera y al puerto de la ciudad. Además, invitaron a la candidata y candidatos a intendente de la ciudad a estar presentes en el mismo.

Asimismo, el tema y los ejes del debate estarán centrados en diferentes problemáticas de la pesca y del puerto de la ciudad como ser la renovación de la flota pesquera, contaminación ambiental en el puerto local, la seguridad en el proceso productivo en la industria pesquera tanto en los barcos como en el trabajo en tierra, la problemática del desempleo en el sector pesquero, el descarte pesquero y soberanía alimentaria y la reactivación del puerto de Mar del Plata como polo productivo.

“Consideramos que el debate de los candidatos es una expresión de madurez y fortalecimiento de la democracia y por lo tanto es importante que estos temas estén en la agenda de los principales candidatos a intendentes”, señalaron.

Por último, desde su lugar como familiares de víctimas de hundimientos y desde el trabajo que vienen realizando como multisectorial, expresaron: “Abrimos la posibilidad de que cada candidato o candidata pueda expresar cuál es el programa de trabajo que tiene para el sector y la perspectiva desde donde pensar estas problemáticas”.

Se extiende por diez días la temporada de langostino en aguas nacionales

Sitio de Internet – Mar y pesca noticias patagónicas

El 15 de octubre se fijará el cierre del despacho a la pesca y el 25 de octubre será el final de la temporada, dándole a las embarcaciones la posibilidad de completar  bodega. Chubut no aprueba la medida.

El Consejo Federal Pesquero decidirá hoy extender por diez días la temporada del langostino en aguas nacionales hasta completar bodega tras un pedido formulado por algunas empresas pesqueras que operan con buques tangoneros congeladores.

Según confiaron a Mar&Pesca fuentes allegadas, el organismo colegiado contaría con la mayoría de los votos, salvo Chubut, cuyo consejero, Adrián Awstin ya habría anticipado ayer durante la primera sesión que votará en contra.

De todos modos, la mayoría de los barcos ya emprendieron su regreso a sus puertos de origen y sólo quedan operando unas treinta embarcaciones en dos zonas, en su mayoría buques congeladores.

Por su parte algunos armadores que anoche se comunicaron con este portal celebraron la noticia al señalar que “unos días más de pesca implica trabajo para la gente en un momento muy complicado para el país”.

“En muchos casos serán menos días porque los barcos completarán bodega antes, además algunas empresas sobre todo de Mar del Plata ya mandaron su tripulación a la casa y quedan muy pocos buques, no será gran impacto al recurso”, indicó por último un armador.

La Justicia pidió disponer de los «medios necesarios» para que los buzos examinen el Rígel

Sitio de Interne t- 0223 – Mar del Plata

El titular del Juzgado Federal Nº2 de Rawson, Gustavo Lleral, firmó este miércoles una resolución en la que le exige al Gobierno de Mauricio Macri que disponga de los «medios necesarios» para que un grupo de buzos descienda en el lugar donde produjo hace 16 meses el trágico hundimiento del pesquero marplatense “Rigel”.

Con la requisitoria que formalizó en las últimas horas el magistrado, se contempla la posibilidad del rescate de los cuerpos de los marineros desaparecidos, en caso de que fueran hallados dentro de la embarcación al momento de la inspección.

La novedad, que surge después de reiterados pedidos de los familiares de las víctimas al advertir un total estancamiento en la causa que intenta esclarecer el hecho, fue confirmada este mismo miércoles, después de una marcha que tuvo lugar por las calles de Rawson.

Miguel Osorio, el papá de Cristian, el auxiliar de máquinas del Rígel, reconoció que la resolución del juez representa un «avance» para el expediente aunque se mostró «cauto» con su repercusión. «Acá la Justicia no autoriza nada; solamente está haciendo un pedido al Ejecutivo», aclaró, en una primera instancia.

«Tenemos una gran duda porque sabemos que no hay una ley que pueda obligar al Gobierno de que una cosa así se pueda ejecutar. Sería importante que la Justicia le imponga una obligación al Gobierno», dijo a 0223 el familiar del tripulante, quien agregó: «No sé si esto es en el fondo una jugada política para tirarle la pelota al Gobierno».

En este sentido, Osorio prefirió no adelantar mayores expectativas hasta tanto las autoridades «no informen una fecha concreta de cuándo se harán las pericias» al barco, que tenía 9 tripulantes a bordo.

El descenso de los buzos resulta clave para las familias ya que permitiría recuperar los cuerpos de los marineros en caso de que puedan ser encontrados. Pero también es una arista determinante para delinear eventuales responsabilidades en la investigación que intenta dirimir los causales de la tragedia.

El buque Rigel zarpó el 5 de junio de 2018 del Puerto local rumbo al sur para abocarse a la pesca de langostinos y el último contacto que tuvo con las autoridades fue alrededor de las 23 del viernes 8 de junio. Iba a la búsqueda del langostino que por esa época abunda en las costas de Chubut y cuyo valor de venta es mayor al de cualquier otro marisco.

El sábado 9 de junio fue hallado un cuerpo en la zona donde se buscaba al pesquero y finalmente se confirmó que era el de Salvador Taliercio, capitán de la embarcación. Pero el pesquero tenía otros 8 tripulantes a bordo: el segundo patrón Rodrigo Sanita, el jefe de máquinas Néstor Rodríguez, el auxiliar de máquinas Cristian Maximiliano Osorio y los marineros Amadeo Jonatan, Nahuel Navarrete, Carlos Daniel Rodríguez, Pedro Mierez y Rodrigo Blanco.

Rigel: tras 16 meses de lucha de los familiares, la Justicia pidió que bajen los buzos

Sitio de Internet – Qué Digital – Mar del Plata

El Juzgado Federal de Rawson instó al gobierno a que “arbitre los medios necesarios” para realizar inspecciones en el buque y recuperar los cuerpos.

Luego de tanta insistencia y lucha de los familiares, y también de las idas y vueltas del propio Jugado Federal de Rawson, finalmente el titular del mismo, Gustavo Lleral, instó al gobierno a disponer los medios para que bajen los buzos al casco del buque pesquero Rigel. Dieciséis meses después y tras una marcha en la ciudad, el primer gran logro de los familiares de las víctimas del hundimiento.

En concreto, en la orden de oficio redactada y firmada por el propio juez Lleral y dirigida al jefe de gabinete, Marcos Peña, el Juzgado insta al gobierno a que “arbitre todos los medios necesarios”, ya sea el propio Estado o terceros, para realizar “una completa inspección interna y externa” del buque, y como parte de ella la recuperación de los cuerpos que hayan quedado atrapados en el casco.

Desde que se dio por finalizada la búsqueda de los ocho tripulantes en el frío otoño del año pasado en las costas de Rawson, los familiares encabezados por Guillermina Godoy y Mateo Navarrete, iniciaron una lucha incansable para que el Estado provea de buzos y el equipamiento necesario a la Armada para que realice pericias y recupere los restos de sus seres queridos.

Desde ese momento no pararon de exigirlo, de gritarlo y de incluso pedirlo por todos los medios a los funcionarios nacionales, incluso los de primera línea como el presidente Mauricio Macri (que les dijo “así es la vida”), la vicepresidenta Gabriela Michetti y los principales refenrentes de la oposición, como también los legisladores nacionales.

El propio juez que está a cargo de la instrucción, no sólo se negó en reiteradas ocasiones a atender a las familias, sino que ya les había negado la posibilidad de que bajen los buzos.

“Fuimos a Rawson y no nos atendió el juez. Es una tomada de pelo con vidas de por medio. Nos dijeron que estaban sujetos a un estado quebrado, que lo tenía que entender. Hicimos kilómetros y kilómetros y no tenemos nada. ¿Tenemos que esperar un año o un año y medio para que entren a un barco otra vez? (en relación a las pericias al Repunte) Ya hubo posibilidades, ya pasó el Seabed Constructor por ahí, ¿nosotros también tenemos que esperar un año y medio?”, lamentaba en enero, desde el acampe que mantuvieron en la Catedral, Guillermina Godoy, en diálogo con este medio.

De esta manera, las familias de los ocho tripulantes del buque pesquero, que protagonizaron una movilización a metros del Juzgado este mismo miércoles, lograron un gran impulso para continuar una lucha que los tiene, desde hace 16 meses y con un desgaste conmovedor, en las calles y en los pasillos de las dependencias de todos los estratos del Estado, con el solo objetivo de tener dónde llorar a sus seres queridos.

Rigel: la justicia autorizó el descenso de los buzos para buscar los cuerpos

Diario La Capital de Mar del Plata

El juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, emitió una resolución en la cual pide la gobierno nacional que arbitre los medios para que un grupo de buzos descienda en el sitio donde se hundió el buque pesquero “Rigel”.

El pedido contempla la recopilación de toda aquella información que pudiera ser de intere´s para esclarecer lo ocurrido con la embarcación, como así también el rescate de los cuerpos de los marineros desaparecidos, si los encontrasen en el lugar.

La noticia fue comunicada hoy a los familiares de los marineros desaparecidos, tras una marcha que los mismos realizaron por las calles de Rawson, de la cual también participaron allegados a los desaparecidos por el hundimiento del pesquero, “Repunte”, también siniestrado en el marco de la temporada de langostino, según consignó diario Jornada

El Rigel naufragó el 9 de junio del 2018 y sus ocho tripulantes desaparecieron. El padre de unos jóvenes recordó que “a los 23 días del naufragio el buque fue localizado a 93 metros de profundidad, a 110 millas de la costa de Punta Tombo en la provincia de Chubut”.

El pesquero había zarpado del puerto de Mar del Plata el martes 4 de junio del 2018. La última posición reportada por la nave fue a 111 millas náuticas (alrededor de 220 kilómetros) al sudoeste de Rawson. Según informó entonces la Prefectura, en ese momento había olas de cinco metros de altura y vientos de entre 30 y 40 kilómetros por hora.

El Rigel era un barco de bandera argentina de 27 metros de eslora y 6,1 de ancho, que había partido desde su puerto de asiento en Mar del Plata con una tripulación de nueve hombres, de los que solo se encontró el cuerpo sin vida de su capitán.

Progresa la construcción del “Federico C”, que ahora continuará en el varadero

Sitio de Internet – Pescare – Mar del Plata

Se trata del buque más grande realizado hasta aquí por el astillero Contessi. En una compleja maniobra, fue retirado del galpón cubierto para su alistamiento final.

El último tramo del año encuentra al astillero Federico Contessi con plena actividad. Mientras en paralelo corre la edificación de una nueva nave de trabajo, avanzan las construcciones de tres embarcaciones en forma simultánea.

Uno de esos barcos representa un desafío mayúsculo para la firma. Se trata del “Federico C”, un congelador tangonero de 39,9 metros de eslora y 10 de manga, el pesquero más grande que hasta aquí se haya erigido en estas gradas. En el historial de la empresa está incluso por encima del “Centauro 2.000” (1995), de 32,2 metros.

La unidad reemplazará al “Miss Patagonia”, que está cumpliendo 30 años de servicios en la estructura productiva del propio Grupo Veraz. Por la complejidad que demanda su armado, el casco del “Federico C” debió ser movilizado del galpón hacia el varadero.

Salida hacia el varadero.

Las maniobras se realizaron la semana pasada y demandaron más tiempo que el habitual: “Fueron cuatro días de mucho trabajo y mucha tensión porque la tarea no era para nada sencilla”, le explicó el director del astillero, Domingo Contessi, a Pescare.com.ar.

El alistamiento final continuará en el varadero. El directivo detalló en ese sentido que ahora se está colocando la sección de proa (había sido cortada para posibilitar el traslado). En cuanto a la botadura, se estima que se realizará en diciembre o a principios del próximo año.

“Estamos trabajando para ver si podemos hacer la botadura hacia fin de año o primeros días de 2020. Va a ser distinta a otras porque en este caso no va a estar el barco terminado (…) Necesariamente tendremos que hacer algunos trabajos de alistamiento en tierra y posterior colocación; de otra manera no nos va a dar el calado”. 

Dado estas circunstancias, es probable que se deba esperar alguna marea extraordinaria para bajar el barco a las aguas interiores del puerto local. Los datos disponibles indican que los primeros días de enero serían los más adecuados.

Colocación de la proa.

De todas maneras, Contessi aclaró: “Al margen de que tenemos limitaciones de espacio, este no es el barco más grande que podríamos construir. El tema es que hasta ahora no hemos tenido demanda de barcos más grandes. Siempre ese tipo de buques se han importado usados”.

Luego, agregó: “En estos últimos tres años, por primera vez se empiezan a importar nuevos. Por eso el “Federico C” lo empezamos a hacer para nuestro propio grupo empresario, esperando que una vez que esté en el agua genere la confianza para animar a otros”.

Equipo de trabajo del astillero.

La definición cobra sentido en el marco del debate abierto por la fijación de aranceles para la importación de embarcaciones, que se actualizó con la reciente visita al país del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. El funcionario europeo habló de un supuesto compromiso del Gobierno argentino para bajarlos del 14 al 7 por ciento.

Es conocido en el medio el interés y el potencial que tiene el clúster de Vigo. Los españoles ven un negocio de 1.200 millones de dólares cuando analizan la renovación de flota que demandará la industria pesquera local en los próximos veinte años.

El «Espartano» en construcción.

Los astilleros locales, naturalmente, están dispuestos a competir si se fija el marco adecuado. Como muestra, Contessi está construyendo otros dos buques: el “Espartano”, para Cabo Vírgenes, y el “Nuevo Quequén”, para el armador Roberto Valle.

Son unidades costeras de unos 20 metros de eslora, aunque el primero presenta características particulares: es doble cubierta, un prototipo nuevo que busca la innovación en el segmento.

Nancy, la capitana

Sitio de Internet – 0223 – Mar del Plata

Nancy Jaramillo tenía apenas 18 años, un bebé de ocho meses y una vida en la pobreza extrema cuando se embarcó por primera vez como camarera en Puerto Madryn a bordo de un buque pesquero de la empresa Conarpesa. Limpió baños, aguantó días completos sin comer para no descomponerse, aprendió a tejer redes, limpió pescado a bordo y estudió. Hoy, a los 43, es la única capitana de un barco pesquero del país y dirige el destino de 30 hombres que salen a altamar a pescar a hacer mareas que duran entre 30 y 40 días. Pero ese, claro, es el final de una larga historia.

«Empecé por un tema de necesidad. Me había presentado en la Armada, en la Policía y en Prefectura, porque mi idea era tener todos los meses un sueldo seguro, pero no me aceptaban por ser mujer. Hice de todo: vendí carbón en los negocios, fui maestra particular de primaria, empleada doméstica, niñera y con todos eso trabajos ganaba 120 pesos al mes. Pero el tarro de leche para mi hijo salía 80 pesos y necesitaba, por lo menos, dos al mes», dice.

Oriunda de Trelew, Nancy vivía junto a sus cinco hermanos y sus padres en un asentamiento precario de Madryn cuando a los 17 quedó embarazada de su único hijo, Ammiel. «Mi familia era muy pero muy pobre, todo lo hice por necesidad», repetirá a lo largo de la conversación esta mujer a la que se le rieron en la cara cuando se presentó en la sede de Prefectura Naval para llevar un currículum. Sin embargo -y como suele hacer cada vez que recuerda el maltrato que sufrió-, ahora cuenta la anécdota entre risas. Mujeres acá, en la dependencia, no hay ni habrá jamás, le aclaró el uniformado. «Pensar que ahora está lleno», advierte, y se vuelve a reír. 

Era 1996 cuando Nancy obtuvo su libreta de camarera -la única opción para una mujer a bordo de un barco- y enseguida ofreció sus servicios en varias empresas de la pesca, una actividad en pleno auge en el sur del país. Un día la llamaron para subirse al buque “Antonio Álvarez” de la firma Conapersa. «No sabía qué iba a pasar, pero éramos muy pero muy pobres, en serio que éramos muy pobres», insiste. Ante la incertidumbre, su mamá le aconsejó que se vistiera con su mejor ropa, “un jean re gastado, esos que ahora uno usa de entrecasa», explica.

Nancy no sabía en qué se había metido y tampoco tenía a quién preguntarle. Antes de despedirse de sus padres que la habían acompañado al puerto, alguien de la empresa le entregó 50 pesos sin ningún tipo de explicación. Ella tomó el dinero, se lo dio a su mamá y se embarcó. El misterio se develó cuando el barco arribó al puerto de Mar del Plata: esos 50 pesos eran en concepto de viáticos que la empresa anticipaba a sus trabajadores para que compraran su comida una vez que pisaran tierra. Sin plata, sólo se le ocurrió simular que no tenía hambre para cumplir con ese mandato que le habían enseñado en su casa: no se pide ni se acepta nada de nadie. Pese a sus esfuerzos, uno de su compañeros se dio cuenta de la situación y la invitó a comer, oferta que obviamente rechazó de inmediato. Al final, aceptó una parte del sandwich que el hombre insistió en darle; un sánguche de fiambre que se convirtió en su última cena antes de emprender el primer viaje hacia el límite de la zona económica exclusiva del Mar Argentino, a donde el pesquero se dirigía en busca de langostino.

Horas antes de abandonar el puerto cada integrante de la tripulación recibió dinero, esta vez, 150 pesos. Sin poder creerlo, se comunicó con sus padres a la casa de la vecina -ellos no tenían teléfono-, preguntó por el bebé y les contó las novedades en unos pocos minutos.

-¡Mamá, me dieron 150 pesos! 

-¿Por qué te dieron esa plata? ¿Qué hiciste?

-Nada, no hice nada, mamá. Ahora me dijeron que el barco sale mañana…

-¿Cómo es el barco?

-Es re grande, no te imaginás…

-Bueno, hija, tené cuidado, ¿sí?

Después cortó y guardó los billetes en un bolsillo. Un hombre que la había observado se le acercó y le señaló algo que para ella había pasado completamente por alto. “Me dijo ‘nena, perdoná que te haga esta pregunta pero ¿vos trajiste toallitas femeninas? Porque nos vamos dos meses y vos vas a menstruar… Con esa plata que te dieron comprate shampú, jabón y esas cositas…’ ¡Ni se me había ocurrido! En casa, a lo sumo, cuando andábamos bien de plata, usábamos algodón porque era más barato, pero nunca toallitas. Así que me compré algodón y me fui a navegar”, recuerda.

Según sus cálculos, durante su primera navegación perdió diez kilos. “Me vomité la vida”, dice y se ríe la capitana que cuando se pone nerviosa, se ríe más. “Hasta que un día me agarró un gallego y me dijo: escúcheme niña, estamos pasando cerca de Madryn, si no te recuperás, pongo la proa al puerto y te dejo allá. Eso sí, no embarcas nunca más. O te levantas y pones las garras que necesitas, te superas y empiezas a laburar o se termina todo”, se acuerda. El mensaje fue claro y ella sólo pensó en una persona: Ammiel.

En ese entonces, la única comunicación que tenía la tripulación con sus familiares era a través de la radio del barco que se conectaba con la sede del Somu de Puerto Madryn. Por eso una vez a la semana padres, madres e hijos se concentraban en la sede del gremio de los marineros a la espera de noticias de su gente. Pero Nancy no sabía -nadie se lo había dicho-, por lo que pasó los sesenta días sin saber nada de nadie. “Me desaparecí del mapa y cuando volví, mi hijo no me reconoció. Ese ese es el dolor más grande para una madre”, asegura, y por primera vez, los ojos se le llenan de lágrimas que logra contener.

-Éramos muy humildes, pobres en serio, no me quedaba otra.

***

A bordo del “Antonio Álvarez”, Nancy Jaramillo recibió consejos de los más experimentados, aprendió a aguantarse los mareos y también tuvo miedo cada vez que alguno de sus compañeros o superiores la llamaban para hacerle algún comentario en privado. Es que pese a que se había cortado el pelo al ras para pasar lo más desapercibida posible en medio de todos esos hombres, el miedo a que alguno tratara de sobrepasarse con ella la mantenía alerta las 24 horas. 

Un día, un gallego -otro- la llamó a su camarote y de un modo particular trató de llevarle tranquilidad. Dice que le dijo que en un barco dos o tres podían querer violarla, pero el resto iba a defenderla. Esa noche se fue a dormir con una mezcla de sensaciones: necesitaba confiar en que era cierto lo que le había dicho su compañero, pero no lograba perder el temor por completo.

En su tercera marea, a Nancy le dieron una paliza. Fue uno de sus compañeros, un muchachote que al verla pasar entre los camarotes le recomendó que se vistiera con calzas para que se le marcara mejor el culo. Ella todavía no tenía 20 años y le seguían temblando las piernas cada vez que un marinero se le acercaba a conversar, pero esa vez, Nancy se plantó. “Me dí vuelta y le dije: por qué no le decís a la puta de tu mujer que se ponga una calza, cornudo. Me rompió la cara a trompadas, pero fue una forma de hacerme respetar: me banqué los golpes y después no me jodieron más. Aparte, quedó todo ahí abajo, no se enteró el capitán”, explica. Años más tarde, se hicieron amigos y él se disculpó: “Me dijo que se calentó porque yo tenía razón: la mujer lo engañaba y yo justo le toque donde más le dolía. Después de eso quedamos en que si yo alguna vez tenía algún problema, le avisara y él me iba a defender”. En esa época, cualquier inconveniente que surgiera a bordo se resolvía así, a trompadas, y siempre era útil tener un aliado, alguien que hiciera de protector. ¿El costo? Aguantar.

***

En el ‘98, cuando ya tenía varias navegaciones en su haber -se embarcó de forma continua para las pesqueras Harengus, Hamaltat y Wanchese-, Nancy obtuvo la libreta de marinera que la habilitaba a trabajar como ayudante de cocina a bordo, cocinera, operaria de planta y marinera de cubierta. Y tuvo que hacerse su lugar en ese mundo de hombres aprendiendo, incluso, a tejer redes durante las horas del descanso, lo que provocaba malestar en la tripulación, que la acusaba de quererlos hacerlos quedar mal.

-¿Todavía se cree que una mujer a bordo trae mala suerte?

-No, manzana.

“Empecé en el barco limpiando baños de hombres y después, de a poco, fui avanzando. Yo puedo asegurar que no es imposible”, dice. También fue operaria de planta a bordo y realizó tareas que incluyen la carga, lavado y preprocesamiento y clasificado del pescado.A partir de allí, tuvo su objetivo más en claro: quería ser capitana y en eso se concentró durante la siguiente década.

Entre 2003 y 2013, tras haber podido ingresar a la Escuela de Pesca de Mar del Plata -a pesar de que tenía las mejores calificaciones, la institución puso todo tipo de reparos para frenar su admisión-, consiguió los títulos de patrón de pesca costera, piloto de pesca, segundo oficial de pesca, primer oficial de pesca y piloto de pesca de primera. Mientras tanto, debió seguir navegando para sacar a su familia adelante y pagar sus estudios. “Un día, un capitán me llamó aparte y me dijo que tenía un regalo de parte suya y de su esposa. Era un libro que necesitaba y que no me podía comprar porque era carísimo. Era así de grande -dice con las manos-, con las tapas duras, hermoso… No se lo podía aceptar, me daba tanta vergüenza…”, se acuerda y se emociona. Es que Nancy, a pesar de todo, es una mujer agradecida. 

Su debut como capitana de relevo fue en 2013, al mando del buque “Miss Tide”. Tres años más tarde, por fin, logró quedar efectiva como capitana del “Erin Bruce”, cuyos destinos dirige hasta hoy y en el que dentro de una semana saldrá altamar por 30 días.

Hace un par de años se radicó en Mar del Plata, pero reparte sus días en tierra entre Madryn y su casita de Parque Camet, en donde vive junto a su madre. “Me la traje porque habíamos puesto un polirrubro y se fundió, y ella se quedó muy mal. Ahora la tengo conmigo. Tenemos gallinas y una huerta”, cuenta. En el sur quedaron sus hermanos, su padre, su hijo y su nieto. Si bien ahora está en pareja, admite que su vida personal es otra de las cosas que debió postergar porque, a la hora de elegir, ella siempre prefirió irse al mar.

***

Pese de su trayectoria en el rubro, Nancy admite que todavía, a veces, tiene que esforzarse para que la tomen en serio. “Me ha pasado de ordenar una maniobra y que antes de ejecutarla, consulten a otro qué opina”, señala. No obstante, asegura que ese tipo de episodios cada vez son menos frecuentes pero también trabaja duro para que así sea, no sólo por ella, sino por las demás mujeres que están o que quieren ingresar al mundo de la pesca. “En mi tripulación hay dos mujeres y realmente se nota la diferencia. Las mujeres, además de su trabajo, aportan ‘civilización’ en el barco; ahora no se tienen que arreglar las cosas a las trompadas”, se ríe, de nuevo.

-¿Esto era lo que querías ser?

-Síii, totalmente. Hubo gente que tenía mucha fe en mí, incluso antes que yo misma y siento que estoy en mi lugar. 

-Entonces, valió la pena.

-Lamento haber pasado tanto tiempo lejos de mi hijo, pero también sé que si no iba al mar, no comía él ni mi familia. Hoy por hoy, el mar es el único lugar en el que me siento libre.

-La última: ¿ya hay toallitas femeninas en tu barco?

-No, todavía no… Pero ya falta menos (más risas).

Rigel: “Es indigno y doloroso para una madre tener que pedir los restos de un hijo”

Sitio de Internet – El marplatense 

El Rigel zarpó del puerto de Mar del Plata, el 5 de junio de 2018, tripulado por el capitán, Salvador Taliercio, el segundo patrón, Rodrigo Sanita, el jefe de máquinas, Néstor Fabián Rodríguez, el auxiliar Cristian Osorio y los marineros Rodrigo Blanco, Amadeo Jonatan, Nahuel Navarrete, Carlos Daniel Rodríguez y Pedro Mierez.

El casco del pesquero, fue hallado mas de 20 días después de haber zarpado, en las costas cercanas a Rawson, por efectivos de Prefectura Naval a 93 metros de profundidad y aguas adentro del Mar Argentino, a la altura de Punta Tombo.

A más de un año del trágico hundimiento, los familiares de los tripulantes del Rigel se movilizarán hoy en Rawson, Chubut, con motivo de cumplirse 16 meses del hecho, dando así continuidad, al reclamo de colaboración, para que buzos bajen a rescatar los cuerpos de los marineros.

“Lo que estamos pidiendo es que entren al casco del barco, que nos digan si realmente están ahí y que nos devuelvan sus restos. Si el Estado no los cuidó, no los protegió al salir, como salió roto, si inspección, desde el puerto de Mar del Plata, el Estado tiene que hacerse responsable“, afirmó Guillermina Godoy, madre de Nahuel Navarrete, en declaraciones al programa “Antes que sea Tarde” por Radio Mitre Mar del Plata.

“La movilización la haremos este miércoles 9 de Octubre a las 10 de la mañana en Rawson, para manifestarnos al Juez Gustavo Lleral, que es quien entiende en la causa, para que de la orden de que los buzos bajen y busquen los cuerpos. Es un derecho que tenemos como madres y ese es nuestro objetivo, buscarlos a ellos” destacó Godoy.

En referencia a la argumentación de porque no se busca recuperar los cuerpos “desde el presidente de la Nación para abajo, nos dicen que no hay presupuesto. Es así que seguimos con un solo buque de salvamento, como se sigue también sin presupuesto, para la gente de la pesca“, aseguró.

“El trabajo que viene realizando el Juez Lleral, es demasiado tranquilo. Sabemos que la justicia va a tomar sus tiempos en expedirse, pero seguramente, si una de las víctimas fuera un hijo del Juez, no hubiera estado esperando como hasta ahora, 16 meses para recuperar los cuerpos” señalo la madre de Nahuel Navarrete.

“El día en que empecemos a sentir al otro como nuestro, van a empezar a cambiar un poco las cosas. Es indigno y doloroso como madre tener que pedir los restos de un hijo“, se lamentó finalmente Guillermina Godoy.

Chubut posterga apertura de la pesquería de langostino

Diario El Chubut – Pto. Madryn

La Secretaría de Pesca de Chubut autorizó una prospección comercial sobre el recurso langostino dentro de sus 12 millas de jurisdicción provincial, teniendo como inicio el relevamiento el pasado 27 de septiembre. El estudio se lleva a cabo por buques de la flota artesanal de hasta 9,90 metros de eslora y de barcos de la flota costera de hasta 17 metros de eslora, con la posibilidad de completar el cupo de barcos con amarillos de hasta 21 metros de eslora. El relevamiento debe completarse con “cinco días efectivos de pesca”, y hasta ayer había barcos que les faltaba completar uno o dos días de lances. No obstante, con los datos preliminares que dan una relación muy baja de kilos por hora de arrastre, con promedios bastante inferiores a los 400 kilos por hora de arrastre, hace que la Secretaría de Pesca haya resuelto posponer la fecha de apertura del caladero provincial para la pesquería del recurso Pleoticus muelleri y programar otra prospección para la segunda quincena de octubre.

El dato fue anunciado a Revista Puerto por el titular de la cartera provincial de Pesca, Adrián Awstin, al señalar que con la información obtenida hasta el momento “he tomado la decisión de no abrir, porque los promedios son muy bajos y volveremos a hacer otro relevamiento un poco más al sur sobre el filo de la segunda quincena de octubre”, confirmó.

El primer día efectivo de pesca se concretó el 28 de septiembre con un promedio de 368 kilogramos de langostino por hora de arrastre, con pesca incidental de merluza hubbsi de 27 kilos por hora de arrastre. Los porcentajes de talla de las unidades capturadas arrojaron 54% de langostino L1; 26% de L2; 15% de L3; 3% de L4 y un 2% más chicos.

En tanto, en el segundo día efectivo de pesca de la prospección, el promedio se redujo a 264 kilos de langostino por hora de arrastre, con 32 kilos de merluza hubbsi por hora de arrastre. Los tamaños de las piezas del crustáceo se mantuvieron con 52% de L1; 23% de L2, 15% de L3, 3% de L4, y 7% de menor talla.

Asimismo, en el tercer día efectivo de capturas del relevamiento, el promedio de captura fue inferior a las dos primeras jornadas de estudio, bajando a 150 kilos de langostino por hora de arrastre.

La Secretaría de Pesca de Chubut ha tenido como “parámetro de apertura”, un promedio de 400 kilos de langostino por hora de arrastre, y en ninguno de los tres días efectivos de prospección se llegó a esa base, y si bien a algunos barcos le faltan uno o dos días de pesca, para así completar los datos, la autoridad de aplicación ya tiene resuelto no abrir, por ahora, aguas provinciales.

“No están dadas las condiciones para abrir, así que habrá que esperar algunos días más. Ya comenzamos a programar una nueva prospección, aun no tiene fecha, pero será sobre el filo de la segunda quincena de octubre”, anticipó Adrián Awstin. (Fuente: Revista Puerto)

El 25% del pescado que se vende en Mar del Plata no es lo que indica la etiqueta

Sitio de Internet – 0223 – Mar del Plata

El dato surge de una investigación que realizó el Conicet local. El atún es la especie más sustituida. En el 60% los casos se reemplaza por peces cartilaginosos.

Científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) revelaron que uno de cada cuatro filetes de pescado comercializado en Mar del Plata no corresponde al producto de referencia que lleva en la etiqueta. En la mayoría de los casos la mercadería se vende como producto de mayor valor cuando en realidad tiene un precio de venta menor.

El relevamiento se realizó a lo largo de toda la Costa Atlántica. En concreto, los investigadores encontraron que el 21% del filet de pescado vendido al por menor no corresponde con la especie indicada por los comerciantes. En la mayoría de los casos, se tratan de especies que se encuentran en peligro de extinción. El resultado, obtenido en conjunto con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Instituto Nacional de Limnología y la Universidad Nacional del Litoral, fue publicado tiempo atrás en la revista científica inglesa Fisheries Research.

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En la actualidad, a través de una técnica conocida como «código de barras genético» que permite determinar la secuencia de un gen que varía entre distintas especies para luego comprarlo con las muestras ya obtenidas, los investigadores pueden identificar con precisión la especie de la que proviene el producto pesquero para así ponerle un freno al fraude al que acuden algunos comerciantes y empresarios.

Los investigadores Gabriela Delpiani, Matías Delpiani, Mariana Deli Antoni, Marina Covatti, Luciana Fischer, Juan Martín Díaz de Astarloa y Luis Lucifora analizaron muestras de toda la costa atlántica bonaerense, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca, área de mayor desembarque pesquero del país. La tasa de sustituciones por ciudad varió entre un 13% en Santa Teresita y San Clemente del Tuyú, hasta un 40% en Miramar. En Mar del Plata la tasa de reemplazo fue de 25%.

Además de detectar una alta tasa de reemplazo, encontraron que las especies que más comúnmente se usan para sustituir a otras son peces cartilaginosos, es decir, tiburones, rayas y pez gallo o elefante, ya que fueron usados en más del 60% de los reemplazos, y el atún fue la especie más sustituida.

«Es preocupante que se vendan peces cartilaginosos con otros nombres porque estos tienen un alto riesgo de extinción. De hecho, las especies que detectamos que se usan como sustitutas se encuentran todas amenazadas y algunas han disminuido drásticamente en Argentina», explicó Delpiani. La comercialización de tiburones y rayas bajo otros nombres abre la puerta al comercio de especies prohibidas, como los grandes tiburones, cuyo desembarque está prohibido en todos los puertos argentinos.

El principal motivo para realizar sustituciones parece ser el fraude económico, ya que en la mayoría de los casos se utilizaron especies de menor valor comercial como reemplazo de especies más caras. Así, filets de tiburones, rayas, pez gallo, mero, pescadilla o castañeta fueron vendidos como atún, lenguado, abadejo, chernia, brótola o besugo. En proporción mucho menor, se observaron casos de mal etiquetado accidental, que pueden explicarse por la semejanza morfológica de las especies involucradas.

Ante esta investigación Delpiani pidió que las autoridades correspondientes debieran hacer pública la lista oficial de nombres de productos pesqueros. «Estas listas, empleadas en muchos países, son herramientas muy útiles para combatir el mal-etiquetado porque evitan la proliferación de nombres inventados y homogenizan los nombres de los productos entre comercios», cerró el investigador.